Recientemente he recibido varias solicitudes sobre este tema al que me referí en el pasado, por lo cual refresco y actualizo el post que publiqué en su momento.
Con frecuencia cuando observo la interacción entre adultos y niños, me ronda en la cabeza el narcisismo que se está desarrollando en estas criaturas. Es un tema que me inquieta cuando lo extrapolo a lo que pasará cuando sean mayores, sus dificultades en integrarse a la sociedad y mas aún, los golpes durísimos que se llevarán al comprobar que no, no son el centro del universo, ni tampoco son mas inteligentes ni con mayor belleza, etc. etc. Es la crianza que no lleva límites en muchos aspectos, uno de ellos el de la alabanza desmedida.
Una niña o niño súper vanidoso, súper creído, súper absorto en sí mismo, no es gracioso, sino preocupante. Mas con frecuencia observo que tal atributo se considera algo divertido, que padres o abuelos tienden a celebrar. Si, si, estamos claros que los ojos del amor tienden a exacerbar los buenos dones, nada malo con eso. Lo que si para mi es un gran signo de precaución es el desmedido uso de la alabanza. Recién se publica un estudio realizado en Holanda, en donde se valoró este tema, a continuación resalto lo mas importante.
El Dr. Eddie Brummelmann explica que “Los niños se tornan mas narcisistas cuando se les pone en un pedestal, cuando se les hace sentir que ellos son superiores, mas especiales, se merecen mas y son mas singulares que cualquier otro niño”.
El campo del narcisismo infantil es muy nuevo y hay mucho por averiguar, sin embargo los científicos dicen que “un enfoque, basado en los descubrimientos, es de enseñar a los padres a expresar cariño y afecto de manera que fortalezca la autoestima de los niños sin ponerlos en un pedestal, sin hacerles sentir que son superiores a, o se merecen mas, que otros”.
Tratar a los niños cariñosamente les hace sentir que son especiales y valiosos, mas no superiores. Es decir un niño sobrevalorado, es un niño o niña a quien no se le está preparando para la vida real y muy al contrario, se les está afectando de manera negativa. El mayor problema es que narcisismo no es igual a auto estima, como es evidente con mucha frecuencia y paso a explicar mas adelante en el artículo. Los narcisistas necesitan mucha aprobación, son insensibles a las necesidades y sentimientos de los demás, pero a la vez presentan tremenda fragilidad emocional ante la desaprobación.
El estudio de la Universidad de Ohio indica que la alabanza constante y tal vez inmerecida para todos y cada uno de los logros de los niños o tal vez incluso por los no logros, puede tener el efecto secundario de crear un ego híper inflado.
Lo peor del caso, es que esto es un desorden de conducta, no una precondición genética. Un desorden de conducta generado en parte por una expresión de cariño mal dirigida, por patrones de socialización errados, por padres que confunden la autoestima con el narcisismo. A riesgo de ser redundante, a continuación, algunos patrones de crianza que ha sido detectados como no convenientes por la Dra. Ellinor Greenberg:
"Escenario 1: El niño de oro - Golden Child"
Estos padres suelen ser narcisistas de closet, quiens se sienten incómodos siendo el centro de atención. En cambio, se jactan de sus hijos: por talento, belleza física, popularidad, condiciones atléticas, etc. A menudo, el niño merece elogios, pero estos padres a veces lo llevan a niveles ridículos. Este tipo de idealización excesiva de un niño como perfecto, sin fallas y especial puede llevarle a tener una adaptación narcisista en la vida posterior.
“Escenario 2- Valores parentales narcisistas"
En esta situación el niño es criado en una familia que sólo recompensa grandes logros. Uno o ambos padres son narcisistas exhibicionistas. El lema de la familia es: lucirse, destacarse, ser referentes.
El amor es condicional: Cuando anotas el gol, eres la mas linda, ganas la feria de ciencias o eres la estrella en el espectáculo de la escuela, te bañan de alabanza y atención. Cuando no lo haces, eres una decepción. Todo el mundo en la familia se supone que es especial y lo demuestran una y otra vez. No importa cuánto logres, la presión nunca se apagará.
Hay aún mucho que aprender sobre el narcisismo y como se gesta. No pretende ser éste un tratado teórico sobre el mismo, sino una recopilación de algunas teorías al respecto. También hay estilos de crianza que no he tocado en este post, y también influyen en el narcisismo que tiene que ver con los estilos destructivos, negativos, tales como l a frialdad acompañada de métodos autoritarios y controladores, que insisten en la perfección, el triunfo y la fortaleza de un niño, utilizando la descalificación permanente como un acicate o l a indiferencia o descuido, con escasa reacción a las necesidades de los niños, muy poco control o exigencias, relativamente pocas expresiones de afecto, en general ausencia de la vida de los niños, de manera física y también en cuanto al rol de padres. Dos extremos que también conducen al narcisismo frecuentemente.
Ante todo, quisiera invitar a padres y madres, que están leyendo este artículo, a reflexionar.