La gobernanza familiar se puede describir como un sistema de mecanismos y prácticas que respaldan las decisiones entre miembros de una empresa familiar. Resulta importante comprender el alcance y los efectos positivos que se pueden lograr al incorporar las prácticas de gobernanza en una empresa familiar y así lograr sostenibilidad a largo plazo.
Un sistema de gobernanza familiar proporciona una clara orientación sobre la forma en que la familia tomará las decisiones. Sin embargo, en muchas empresas se reconoce su importancia, pero no se determina un tiempo para dar inicio al proyecto y en algunos casos una vez iniciado es difícil coordinar cambios y sesiones de avance del proyecto alegando que existe “mucho trabajo”. Esto sucede porque estamos priorizando el día a día sobre lo importante en el tema de gobernanza y nos mantenemos trabajando en sacar las tareas más cercanas a la fecha de vencimiento, aplazando el inicio del proyecto. Indiscutiblemente este efecto me lleva a pensar en las trampas mortales para las empresas familiares, donde la primera que salta a la vista es sentirnos inmunes.
Durante el transcurso del año pasado, llevamos a cabo sesiones de trabajo con los líderes de empresas familiares y entre las primeras sesiones se comentaba que existen cinco trampas mortales:
1. Creernos inmunes: resulta ser la más sencilla de identificar, pero a su vez la más mortal ya que juega con el ego de los empresarios al pensar que: “Eso no nos va a pasar a nosotros porque nuestra familia es muy unida” además, ignoran el hecho de que al hacer un proceso de gobernanza familiar cuando la familia está en buenos términos siempre es el mejor momento, debido a que hay un mejor flujo de la conversación y se pueden abordar mejor los temas difíciles.
2. Capacidad profesional y propiedad: Es definir las cualidades profesionales de la familia para integrarse a la empresa, pues en muchas ocasiones se omite el rol del empresario y su familia haciendo más difícil la toma de alguna decisión y la ejecución de las misma.
3. Gobierno y dirección: Cuando una empresa familiar empieza a funcionar, su propietario asume la mayoría de las funciones y por lo general no es necesario delegar ninguna función. Pero se debe tener cuidado en esta etapa pues tarde o temprano el líder deberá encomendar el poder para poder percibir una rendición de cuentas, que esperamos sean positivas. Para que este proceso sea exitoso lo ideal es contar con las estructuras y la formalidad de una empresa estable y así se evitará causar un problema en el funcionamiento.
4. No seguir las reglas de empresa: al no tener definidas o no respetar las decisiones que ponen en riesgo a la empresa, provocarán una inestabilidad interna. Por esa razón, es importante contar con información para los propietarios, conocer la remuneración que los miembros de la familia van a recibir y mantener una razonable liquidez en la empresa, donde la misma no se convierta en la “caja chica” de la familia.
5. Retraso de la convivencia generacional: Todo traspaso entre generaciones conlleva retos diferentes, no es lo mismo entre el fundador y la segunda generación, que entre los hermanos y la tercera generación. Los procesos no se dan de la noche a la mañana y es importante asegurar un tiempo de convivencia antes de la salida de la generación con el poder, esto nos asegura el traspaso integral de conocimientos, alianzas y estrategias de la empresa, permitiendo una transición sutil y efectiva sobre los conocimientos adquiridos en el pasado.
Ahora que tenemos una mayor claridad de las posibles trampas que acechan a una empresa familiar es importante hacer una pausa y pensar: ¿Qué tan preparado estoy para el futuro? ¿Qué tan claras están las siguientes generaciones con su futura relación y rol en la empresa? ¿Las reglas están claras para todos los miembros de la familia? Además, es importante reconocer la necesidad de un proceso de gobernanza familiar para evitar caer en los conflictos y las trampas que acaben con la empresa. Le recomendamos asesorarse con un profesional para que cuide y proteja su patrimonio.
Asegure el tiempo, esfuerzo y capital invertido en gobernanza familiar para que la empresa perdure en tiempo.