En el proceso de reflexión para la gestión del patrimonio y la construcción de un plan financiero, se recomienda plantearse al menos 5 preguntas que apoyen la priorización y la definición de los objetivos. Una vez que se logran dar las respuestas a estas interrogantes, se podrá establecer un marco de trabajo que guiará el proceso de decisión en materia de inversiones y protección del patrimonio.
Estas preguntas aparecen en la literatura y las prácticas de casas administradoras de patrimonios de manera consistente; sin embargo, muchas veces en el día a día se pasan por alto. Esta práctica le permitirá no tomar decisiones sesgadas por información reciente, por estatus social, por competencia, por disponibilidad o por tendencia; es decir, por factores externos a nuestra realidad o esencia.
Analice, independiente de su patrimonio en monto o tipo, y de manera consciente las siguientes preguntas:
- ¿Qué es lo que más valora en su vida? ¿Cuáles son sus valores?
- ¿Por qué es importante?
- ¿Quiénes son las personas más importantes para usted?
- ¿Por qué son importantes?
- ¿Cuál le gustaría que sea su legado?
Estas preguntas intentan abrir la perspectiva a la hora de tomar decisiones y lo invitan a hablar desde la profundidad de sus valores y su entorno. Esto le permite inicialmente alejarse, por un momento, de situaciones del mercado financiero y establecer un plan personalizado desde su realidad. El mercado financiero y las opciones de inversión son, entonces, la herramienta y no el fin en esta visión y reconoce que como ser humano estamos en constante planeamiento de nuestro futuro y nuestro patrimonio.
Hoy en día al existir tanto ruido a nivel económico, político y social que rodea a los mercados financieros y nuestras vidas, mantener el estilo de toma de decisiones bajo las mismas premisas, parece no ser una opción. Este entorno llama a definir prioridades y diseñar nuevas estrategias; para construir un plan de inversión con un propósito y una visión de largo plazo.