El teletrabajo está en boca de todas las personas. Y no es para menos, con lo que viene a evitarnos las torturantes presas en el tránsito y, a quienes andamos en buses, el mal servicio sea para donde sea. Los datos muestran que el interés se mantiene.
Entre el 14 de diciembre de 2023 y el 13 de marzo de 2024 la firma Nauta Marketing Digital detectó más de 37.000 personas en Costa Rica hablando del teletrabajo. Fueron 64.000 menciones y tuvo un alcance estimado de un millón de personas. La quinta parte de la población. Y las menciones fueron positivas en su mayoría (58%) a las que se suman las opciones neutras (18%).
La firma, una pequeña empresa costarricense, utiliza el teletrabajo desde 2010 y para esta medición utilizó herramientas de monitoreo, medición y listening social, tanto en redes sociales como en noticias en formato digital.
“Hasta ahora que nos enfrentamos a una discusión tan generalizada en el país sobre el trabajo remoto”, dijo Xinia Coy Herrera, directora general y socia fundadora de Nauta.
La firma desarrolló una serie de indicadores de logro para medir la efectividad del teletrabajo en su compañía y encontró que las preocupaciones en la gestión del personal que trabaja en forma remota están asociadas a las áreas de comunicación, colaboración, productividad, motivación y satisfacción de los equipos internos.
Como les conté en el boletín EF de la mañana el 7 de junio anterior, en el primer trimestre del 2024 el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reportó 155.000 personas en teletrabajo, más que un año antes y que en diciembre de 2023. Tómese en cuenta que las conexiones a Internet vía fibra óptica a más de 545.837 suscriptores y de cable módem a una ligeramente menor (527.589), facilitan el teletrabajo. Hay otro factor.
El índice global de trabajo a distancia de NordLayer ubicó a Costa Rica como uno de los mejores países de la región para esta modalidad de empleo (y el 54 a nivel global), considerando la ciberseguridad, la seguridad económica, la infraestructura digital y física, y la protección social (los derechos personales y de inclusión).
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Pero hay preocupaciones que también deben considerarse.
Varias instituciones y estudios alertan sobre el riesgo del estilo de vida sedentario y, las deficiencias en los horarios de comida que pueden provocar incrementos de obesidad y enfermedades cardiovasculares en las personas teletrabajadoras.
Otros riesgos están relacionados con el aislamiento (que puede tener impacto en la salud mental y emocional de las personas), falta de desconexión del trabajo (que aumenta si las jefaturas no respetan el derecho a la desconexión), jornadas sin descansos y mayores al horario establecido y agravantes de tipo organizacional, físico, ambiental y psicosocial.
Tales agravantes pueden conllevar síntomas de trastornos musculoesqueléticos (con menor incidencia entre las personas que hacen ejercicio) y estrés. Cada persona puede disimular estos síntomas, incluso ante sí misma. De hecho, están identificadas cinco patologías, que fueron enumeradas en la revista Médica Sinergía:
1. —Ojo seco: alteración de la unidad funcional lagrimal (que está integrada por las glándulas lagrimales, la superficie ocular, los párpados, los nervios sensoriales y motores de la zona) que se manifiesta como un ardor, la sensación de un cuerpo extraño, ojos rojos e irritación, lagrimeo y pesadez de párpados.
2. —Luz azul y salud visual: el uso de dispositivos electrónicos provoca la exposición continua a la luz azul (parte del espectro electromagnético que es percibido por el ojo humano), lo que afecta el ritmo circadiano (el ciclo natural de vigilia y sueño) al generar dificultades para conciliar el sueño.
3. —Dolor lumbar: las condiciones físicas donde se realice el teletrabajo y las largas horas en una misma posición pueden provocar problemas lumbares, que además se relacionan con la ansiedad y la depresión.
4. —Estrés: con manifestaciones de tecnoansiedad (altos niveles de activación fisiológica, tensión y malestar), tecnofobias (pensamientos hostiles y agresivos hacia la tecnología), tecnofatiga (fatiga, cansancio mental y agotamiento cognitivo) y tecnoadicción (deseo incontrolable de estar conectado todo el tiempo).
5. —Síndrome de burnout: estado de agotamiento físico, emocional o mental con consecuencias en la autoestima, pérdida de interés en el trabajo y del sentido de responsabilidad, y depresiones.
“Se consideran factores de riesgo el tener poco o ningún control sobre su trabajo, falta de equilibrio entre su vida laboral y personal o intentar asumir múltiples funciones que no corresponden a su cargo”, dicen las autoras del artículo, las doctoras Renata Rappaccioli, Fabiola Hernández y Allison Zamora. “Los síntomas principales son agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal.
Cada una de esas situaciones implica las medidas correspondientes. Pero en el caso del burnout, las autoras recomendaron buscar un ambiente adecuado de trabajo en la casa (con buena ventilación, iluminación, libre de ruidos fuertes), bloquear distracciones y hacer pausas activas, mantener el área de trabajo organizado, hacer ejercicio al menos tres veces a la semana y contar con una adecuada red de apoyo para cambiar de actitud y administras los factores estresantes.
No es una situación que se deba dejar pasar. El 44% de los trabajadores dice sentirse estresado, una cifra récord en la historia, reportó Gallup en una encuesta global del 2023.
La responsabilidad para evitar estas patologías es tanto de cada persona como de las empresas. Y no se evitan con eliminar el teletrabajo, lo que podría tener otras consecuencias (desmotivación, cansancio, renuncias). La vía es mejorar la gestión del teletrabajo.