Érase una vez, en un pueblo no muy lejano, que vivían hombres y mujeres que enviaban tarjetas a sus parientes y amistades cada Navidad.
Érase una vez, en un pueblo no muy lejano, que vivían hombres y mujeres que buscaban en las páginas amarillas proveedores para sus actividades personales, familiares o empresariales.
Érase una vez, en un pueblo no muy lejano, que vivían hombres y mujeres que se paraban en una esquina a esperar que pasara un taxi.
Ejemplos sobran.
Hace unos 15 años visité la feria tecnológica de televisión en Tokio (Ceatec) en la cual las pantallas de plasma eran la gran novedad y se hablaba, como gran adelanto, de las pantallas LCD.
Si va a las cadenas comerciales lo que encontrará son pantallas de LED y con tecnologías 4K y 8K, tecnologías que en aquel entonces no existían ni en prueba. La evolución fue más rápida de lo que se predicaba.
Usted sabe qué ocurrió, qué sigue igual (por qué y con cuáles consecuencias) y qué cambió en las dos últimas décadas y especialmente en los últimos tres años. No nos engañemos: las transformaciones seguirán, no hay marcha atrás.
“Para 2023 se prevé que la región avance en hacia una mayor digitalización”, dice Martha Ardila, directora de ventas en Centroamérica y el Caribe para Red Hat.
¿Cuáles son las tecnologías que estarán en la base de los siguientes transformaciones?
La nube, los datos, la automatización con Internet de las cosas (IoT), robótica e intelitencia artificial; las aplicaciones de hogares, edificios y ciudades inteligentes; el blockchain para registrar en tokens los bienes inmuebles, la inversión en arte (los NFT o token no fungible) y las identidades personales; los pagos digitales y con criptomonedas; y el metaverso y las tecnologías relacionadas (la realidad virtual, aumentada y mixta) que se pueden aplicar para capacitación, entrenamiento, mantenimiento, educación, turismo, consumo de contenido y mercadeo en general.
¿Se acuerda cuando se preguntaba si su empresa y usted debían estar o no en redes sociales? La misma respuesta aplica para estas tecnologías. Hay sectores que ya ni se lo preguntan, como el inmobiliario o la arquitectura.
Se dependerá más y más de la infraestructura de redes de fibra óptica (incluso dentro de instalaciones), de quinta generación o 5G, de nuevas versiones wifi (donde se avanza a tecnologías de wifi 7), las murallas de ciberseguridad y protección de los datos, y las prácticas de sostenibilidad ambiental, según Red Hat, Fortinet, IDC, Gartner, Boston Consulting Group, Foro Económico Mundial y otras entidades globales.
El aprovechamiento de las nuevas tecnologías y tendencias dependen, sin embargo, de la cultura abierta de colaboración, de digitalización y de innovación. Ese es el secreto. ¿Ya la tiene usted o su empresa?
Si no evolucionamos en esa cultura de digitalización, innovación y colaboración pronto estaremos recordando que érase una vez, en un pueblo no muy lejano, que viven hombres y mujeres que siguen empantanados utilizando dinero en efectivo, actualizan manualmente los datos de sus ejercicios en las rutinas que llevan en las aplicaciones del gym, y se comunican en redes sociales y apps de mensajería como si fuera la gran cosa.
Pronto estaremos recordando que érase una vez, en un pueblo no muy lejano, que viven hombres y mujeres que en sus empresas utilizan lectores de códigos de barras, recurren a aplicaciones de mensajería de texto o plataformas de video para reuniones “virtuales”, que tienen sistemas de gestión de clientes y les preguntaban a estos siempre por su fecha de nacimiento, que llevan la contabilidad y sus finanzas en hojas de cálculo y que esperan que sus clientes lleguen a sus tiendas.
Todo eso cambiará. Déle un vistazo a las presentaciones del CES Las Vegas, entre el 5 y el 8 de enero próximos.
Pronto estaremos recordando también que érase una vez, en un pueblo no muy lejano, que viven hombres y mujeres que deben llenar y presentar formularios de papel firmados en manuscrito y perder horas en trámites. (Eso tendrá que cambiar.)
Claramente, perdón por repetirlo... otra vez: si no nos actualizamos como empresas o instituciones y personas pronto estaremos recordando que érase una vez, en un pueblo no muy lejano, que viven hombres y mujeres que fueron desplazados y nunca se dieron cuenta, ni tomaron ventaja, de los cambios tecnológicos.
Estaremos igual que los sectores, empresas y personas —incluso jóvenes de las nuevas generaciones, valga la redundancia— que no se actualizan ni siquiera con la tecnología ya desactualizada de hace menos de una década y actualmente sobreviven padeciendo las consecuencias.
El 2020 quedó atrás, el 2021 fue un paso ya olvidado y el 2022 se esfumó. ¿Usted los aprovechó? ¿Qué hará en este 2023 para adaptarse a la transformación que ya está en marcha?
Luego, recuerde que quedan 365 días que se van en un clic, en el cual el mercado y la tecnología seguirán volando, y que viejos competidores y nuevos rivales —como las startups y las fintech— de seguro sí aprovecharán para robarle clientes, oportunidades y negocios.