O al menos el futuro inmediato. Probablemente en los próximos años la lista cambie algo, pero en cualquier escenario hacia adelante nuevas industrias, nuevas tecnologías y nuevas profesiones serán o son las que mandan.
Se lo contaba el otro día al miscelaneo del edificio de apartamentos, que llegó a realizar unos trabajos. El edificio tiene al menos cuatro décadas y no cuenta con redes internas ni para televisión por suscripción y menos para Internet. Lo único que hay son las entradas para conectar teléfonos fijos, que ya ni se usan y están en las paredes como un recuerdo y una marca de la época en que se construyeron los apartamentos. Como producto, está desactualizado.
—La tecnologías nos está hundiendo— decía él.
Luego pensé cómo una pandemia hace 30 o hace 15 años habría sido peor para empresas y colaboradores, pues entonces la penetración y cobertura de Internet de banda ancha era mucho más reducida y la computación en la nube no existía como en la actualidad.
Con la tecnología —gracias a los avances en la gestión de grandes bases de datos (big data), la analítica y la inteligencia artificial— la industria farmacéutica desarrolló las vacunas contra el covid-19.
A diferencia de 1856, cuando un brote de difteria (entonces poco conocida) surgió en la costa norte de Francia. Charles Dickens la reportó a los periódicos de Londres, de donde iban muchos turistas, lo que provocó el enojo de los hoteleros y dueños de restaurantes franceses. Terminó el siglo y pasó la Primera Guerra Mundial (con su pandemia de la llamada Gripe Española), pero la vacuna contra la difteria se obtuvo hasta 1920 y se suministró en forma gratuita hasta 1940.
El problema es no es solo que hay sectores de población que no lo estén comprendiento. Hay muchos más, a veces incluyendo a quienes —a la fuerza, como en el comercio— debieron dar pasos a aprovechar la tecnología en medio de la pandemia del covid-19.
La mayor dificultada es que hay sectores empresariales con tecnologías del siglo XX, políticos con discursos del siglo XIX y todos echando la culpa de sus males a quienes advierten del impacto de la transformación que vivimos. Hacen como aquel antiguo militar que culpa al mensajero que le lleva malas noticias desde el frente.
Manpower Group hizo, recientemente, una interesante observación. Los cambios no solamente se deben al acelere de las tecnologías de información y comunicación (y cambios de modelos de negocios). La transformación también es causada por los cambios demográficos y la creciente sofisticación de los consumidores.
El empuje tecnológico también tiene nuevos actores. Lo queramos o no, hay varias industrias que están empujando y modificando el presente y serán claves en el futuro.
Los reportes apuntan a las siguientes: la nanotecnología, la inteligencia artificial (IA), la virtualización (la realidad virtual y mixta o animada), la genómica y la biotecnología.
En conjunto, estos sectores, disfrutarán de un crecimiento combinado de más del 400% durante los próximos cinco años. Las firmas que están en estos sectores ya atrajeron una inversión de $892.630 millones en total en 2020 y se espera que superen los $2,44 billones en 2025.
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La diferencia, con respecto a otros sectores tecnológicos “más tradicionales” que también siguen creciendo, es que estas cinco industrias —más que mejorar aplicaciones existentes, como hacer pantallas de televisión más nítidas o celulares con mejores facilidades para selfies— transformarán la forma en que nos ocupamos de la atención médica, la energía limpia sostenible y la producción de alimentos, entre muchas otras cosas.
Las cincto tecnologías tendrán un impacto para resolver los principales desafíos globales relacionados con la sostenibilidad, la atención médica, la energía, los recursos alimentarios y la innovación a nivel global.
De ellas, la IA es la de mayor alcance. Se pronostica que la inversión en IA crecerá 16 veces a $ 997.770 millones para 2028, con un crecimiento anual de 40%. Eso se debe a que la IA es el catalizador para acelerar todos los sectores, desde la tecnología hasta las industrias de alimentos, banca, comercio al detalle, energía, transporte, construcción, aviación y medicina, incluyendo la monitorización remota de pacientes y un diagnóstico clínico más inteligente.
Según StockApps en el último trimestre de 2020 hubo un aumento masivo en la inversión en empresas de tecnología de IA por un total de $73.400 millones, un salto en comparación a los $15.000 millones de principios de 2020. En la primera mitad de 2021 se contabilizan más de 4.080 acuerdos de inversión en empresas de tecnología de IA, según la plataforma de monitoreo de inversiones Pitchbook.
En el caso de la nanotecnología el mercado crecería de $54.200 millones en 2020 a $126.800 millones para 2027, acelerando los avances en medicina, electrónica, soluciones ambientales y materiales, con el potencial de mejorar el procedimiento de administración y almacenamiento de medicamentos y la energía renovable. Se espera que la combinación de IA con nanotecnologías, por ejemplo, haga que las tecnologías de plataforma reinventen las demás industrias durante los próximos años en estas misma década.
Pitchbook indica que en 2020 se invirtieron $5.560 millones en empresas de nanotecnología y que en la primera mitad de 2021 ya se suman $7.720 millones a partir de 775 acuerdos de inversión.
Otra combinación será de la nanotecnología con la biotecnología.
Con la mirada en los negocios, la industria apuesta a la generación de soluciones ante la gran cantidad de virus (se habla de al menos 220 identificados) que se sabe podrían afectar a los humanos. Pero solo hay diez soluciones clínicamente aprobadas. “La nanotecnología y la biotecnología pueden ayudar a contrarrestar esta amenaza”, indica Paul Sheedy, cofundador de la World Nano Foundation.
En el caso de la biotecnología, “el mercado más grande y maduro”, se prevé que crezca de $752.880 millones en 2020 a $ 2,44 billones en 2028, con un crecimiento de 16% cada año, impactando la agricultura, la industria de alimentos, minimizará los desperdicios e impulsará los avances en la atención médica.
Aparte de ser sectores que demandan inversiones, capital y talento, todas las industrias o tecnologías son transversales a todos los sectores. Desde el sector financiero hasta la agricultura, la salud, la industria, el comercio, los deportes, los servicios, el sector inmobiliario y de construcción, el de alimentos y bebidas, agencias de mercadeo y comunicación digital.
Todas requieren cada vez más profesionales de distintos campos —desde abogados y médicos hasta contadores, administradores, agentes de bolsa y de bienes raíces, ejecutivos de ventas— con más competencias tecnológicas, que puedan utilizar las aplicaciones, plataformas y sistemas desarrollados o por desarrollar.
Se requiere también personal especializado en ingeniería del software, transformación digital, ingeniería en computación, ingeniería en infraestructura informática, ingeniería de redes informáticas, diseño de experiencias de usuario, desarrollo web y móvil, animación digital, ingeniería de computadoras o electrónica digital y analítica de datos, Internet de las cosas, IA, computación en la nube y ciberseguridad, entre otros.
“La demanda crece”, recalca Ignacio Trejos Zelaya, cofundador y profesor de informática de la Universidad Cenfotec. “La digitalización se acelera”.
De hecho, según Cenfotec las profesiones del futuro son:
1. Bioinformática y Biotecnología.
2. Agricultura de precisión.
3. Sistemas robóticos para la producción industrial.
4. Tecnologías financieras y de valores digitales.
5. Internet de las cosas y sistemas ciber físicos.
6. Tecnologías ‘de Nube’.
7. Inteligencia Artificial aplicada.
8. Tecnologías cognitivas.
9. Cómputo de alto rendimiento.
10. Sistemas distribuidos y concurrentes.
11. Realidad virtual, aumentada y extendida.
12. Informática cuántica.
13. Informática ambiental y ubicua.
14. Tecnologías para la gestión de la privacidad, la seguridad (‘security’).
15. Ingeniería de sistemas críticos (‘safety critical’).
La demanda de habilidades técnicas y humanas hará inevitable que las empresas requieran, cada vez más, planes urgentes para adquirir y actualizar talento, con personas de diversas profesiones haciendo una reconversión hacia esos campos y otros colaboradores actualizándose aceleradamente, mediante estrategias personales y profesionales de reskilling y upskilling.
El único problema es que no hay mucho tiempo. Estas industrias y profesiones ya están dominando el panorama industrial, de inversiones y de empleo.