Admitámoslo: a todos nos da pereza estirar. Uno ya calentó, ya se esforzó, ya lo dio todo (en buena teoría) y prefiero ir a bañarme y comer que quedarme unos minutos más estirando a consciencia.
There, I said it.
Y sí, la flexibilidad es una aptitud física tan importante como la fuerza o la condición cardiovascular, que, entre otros beneficios, ofrece el reducir el riesgo de lesión.
Aún así, lo tenemos medio ninguneado: no viene a la mente de primero como parte del entrenamiento. Incluso, se cree que es una práctica exclusiva para quienes ya son de por sí flexibles o los yoguis.
(Eso es tan absurdo como pensar que bañarse es para quienes ya están aseados y no, para los que están sucios. En fin.)
Les tengo noticias que tal vez aumente el sex appeal a la sección de estiramiento de su rutina de ejercicios: un estudio en el que participaron 3.139 “güilillas” de entre 46 y 65 años de edad reveló que quienes tiene un cuerpo más flexible, tienen un riesgo de muerte significativamente menor.
“Esta relación se mantuvo incluso después de tener en cuenta factores como la edad, el índice de masa corporal (IMC) y el estado de salud general”, asegura el informe.
Si bien no se demuestra que entrenar para tener mayor flexibilidad conduzca directamente a una vida más larga, sí sugiere que la flexibilidad podría ser un indicador importante de la salud general y la longevidad.
Ahora, si aceptamos que la flexibilidad es una aptitud física como la fuerza, que requiere entrenamiento para incrementarse y mejorarse, me atrevería a decir que incluir estiramientos en la rutina de ejercicios lograría hacer que su cuerpo sea más flexible y, por ende, que esa flexibilidad se asocie con un menor riesgo de muerte.
“Somos tan jóvenes como nuestra columna es flexible”, sostiene Cristopher Harrison, creador de una técnica de entrenamiento en suspensión que descompresiona la columna vertebral (AntiGravity).
Tiene sentido, porque una columna saludable nos permite movimientos tan básicos como caminar.
Por el contrario, los investigadores especulan que la falta de flexibilidad podría estar relacionada con otros problemas de salud, como la rigidez arterial o la inflamación crónica, que podrían contribuir a un mayor riesgo de muerte.
Así, que, queridos lectores, quitémonos la pereza y dediquémosle tiempo al estiramiento, que no es plato de segunda mesa.