Cuando hablamos del trabajo de core, usualmente pensamos en la parte abdominal, exclusivamente. Es más, ni siquiera, pensamos en todo ese grupo muscular, sino, en los famosos cuadritos, que todos quisiéramos exhibir.
Sin embargo, el recto abdominal (el six pack) es apenas una parte de los abdominales y estos, apenas una parte del core. Y sí, estéticamente, son muy agradables a la vista; pero esa no es la razón por la cual es tan importante trabajarlos, ni son ellos los únicos que requieren ejercicio.
El coreestá compuesto por las vértebras lumbares, la pelvis, las articulaciones de la cadera y las estructuras activas y pasivas que producen o restringen el movimiento de este segmento, detalla una investigación sobre el tema publicada en el Orthopedic Research Online Journal (OROJ).
Es decir, añaden especialistas en medicina deportiva del Nationwide Children’s Hospital, son también parte del core los músculos que estabilizan las caderas, el sistema de músculos que forman el torso (en el frente, los costados y la parte posterior del cuerpo) y hasta los músculos que estabilizan los hombros.
“Su función principal es estabilizar el tronco mientras los brazos y las piernas se mueven, para evitar que la columna sufra una carga excesiva, y transferir fuerza de la parte inferior del cuerpo a la parte superior y viceversa”, detallan. De ahí que también se le conozca como el powerhouse o el centro de poder del cuerpo.
Por eso, añaden en Harvard Health Publishing, un core débil o inflexible no solo puede afectar el funcionamiento de los brazos y las piernas, sino también propicia lesiones --siendo las de la zona lumbar las más comunes.
¿Por qué?
Los músculos del core son los responsables del equilibrio y la estabilidad, “un componente clave en muchas actividades de la vida diaria”, publica OROJ.
De hecho, las lesiones de espalda no son ocasionadas por un único “mal movimiento”. Esa es la gota que derrama el vaso pero, en realidad, no suelen estar ligadas a un incidente concreto, sino a un historial o carga excesiva con mala mecánica, explican en el 700 Children’s blog del Nationwide Children’s Hospital: “las lesiones en la columna tienden a provenir de una combinación de inclinarse hacia adelante, de lado a lado o rotar excesivamente”.
Agacharse para ponerse los zapatos, girarse para mirar hacia atrás, permanecer sentado, ducharse, levantar objetos, niños o animales... Todas estas son actividades cotidianas que demandan esfuerzo de nuestro core. A ellas, algunos podrán sumarle correr, levantar pesas o realizar otros deportes y actividades físicas, incluida la sexual, y/o labores domésticas como trapear, aspirar, sacudir, chapear....
¿Le queda alguna duda de que su core requiere fuerza?
Más beneficios
Además de ser necesario, trabajar su core lo beneficia de otras maneras:
- Beneficia su postura. Tener estos grupos musculares fortalecidos favorece la postura. Esto, dice el editorial de Harvard: “recorta tu silueta y proyecta confianza. Más importante aún, disminuye el desgaste de la columna y te permite respirar profundamente”. Además, una buena postura se traduce en una buena salud mental.
- Mejora su desempeño fitness. Diversos estudios han visto cómo la fortaleza en el core mejora el rendimiento en deportes. Específicamente , en la corrida, dice Dan Giordano, director médico de Bespoke Treatments, un core fuerte permite correr de manera adecuada y eficiente, sin desperdiciar energía; además, previene lesiones, especialmente en corredores novatos. “Un core débil puede provocar un desequilibrio, dice, lo que puede disminuir su rendimiento al correr, causar fatiga, hacer que corra con una mala postura o incluso tambalearse de lado a lado mientras corre”, detalla a Runners World.
- Lo mantiene joven. Christopher Harrison, creador de AntiGravity, siempre ha dicho que somos tan jóvenes como flexible sea nuestra columna. La ciencia lo respalda: “La pérdida de movilidad se produce cuando se agota la capacidad de compensar los efectos acumulativos de las deficiencias y la vida diaria normal se convierte en un desafío”, detalla el OROJ . Además, se asocia con el deterioro en el bienestar y la calidad de vida en la vejez, el aumento de la morbilidad múltiple, el incremento en la necesidad de atención médica, la mortalidad más temprana y otros.
¿Convencido de empezar a entrenar su core? En la próxima entrega le cuento cómo.