Hace un tiempo sondeé en el Instagram de Carobicos si los ejercicios de estiramiento y flexibilidad eran parte de la rutina de entrenamiento de mis seguidores.
Preocupantemente, el 66% me respondió “¿pa’qué?” Esta percecpción junto con el errado mito de que se debe estirar antes de hacer ejercicio, me lleva a compartirles los tres principales beneficios de estirar al final del entrenamiento:
1. La flexibilidad es una aptitud física
Así como los ejercicios de fuerza son parte de un plan de entrenamiento, así también deben serlo los estiramientos, que nos permiten desarrollar y mantener un rango saludable de movimiento en las articulaciones y realizar actividades físicas de manera más efectiva.
Esto debido a que una articulación flexible requiere menos energía para moverse a través de un rango de movimiento más amplio, por lo que un cuerpo flexible mejora el rendimiento general al crear movimientos con mayor eficiencia energética, aseguran en el Consejo Americano de Ejercicio (ACE).
2. La flexibilidad reduce el riesgo de lesión
Cuando los músculos no tienen sufieciente rango de movimiento, se acortan y se tensan. “Esto los pone en riesgo de sufrir dolor en las articulaciones, distensiones y daño muscular”, explican en una publicación de Harvard Health.
El ACE coincide: “Si tuviera que hacer un movimiento repentino, es menos probable que un músculo que es flexible se lesione”.
3. Estirar “desintoxica”
Como el estiramiento aumenta el flujo sanguíneo al músculo, explica una publicación de Mayo Clinic, hacer este tipo de movimientos al final de la sesión de ejercicio favorece la eliminación del ácido láctico que se acumula durante el entrenamiento y la llegada de oxigenación y nutrientes reparadores a los tejidos.
Además, músculos bien estirados retienen menos tensión y, por lo tanto, pueden ayudarlo a sentirse menos estresado.