De cara al Día de la Madre, quise hacer un post dedicado a las mamás que quieren hacer ejercicio y no saben cómo lograrlo; y más que sacudir mis mangas y ver qué ideas salían de ellas, le pregunté a sus peers: mamás que hacen ejercicio de manera regular.
A continuación, agrupo sus consejos en tipos de mamás, esperando que alguna les calce.
Tiempo para mí
—“Necesito hacerlo sola porque necesito concentración”.
—“Si me está viendo, quiere estar encima mío”.
—“Si cierro la puerta, aunque esté con mi pareja, lo oigo llorar del otro lado”.
—“Busqué un gimnasio por conveniencia de horarios, cercanía a mi casa y por precio “.
—“Como mamá y entrenadora personal les digo: el ejercicio se disfruta más si se realiza sola porque es un momento único y propio”.
Están las mamás que planifican su ejercicio como una cita personal. Es un tiempo para sí mismas, intocable, donde solo están presentes ellas mismas, sin que los hijos puedan verlas, ni oírlas... ni ellas a ellos. Y dentro de este grupo de mamás, hay dos bandos.
Por un lado, está el bando teamwork. Ellas logran resguardar su tiempo de ejercicio individual apoyándose en alguien que se encarga de sus hijos en este rato. El esposo, la mamá, la niñera y hasta el personal de algunos gimnasios son ese compañero de entrenamiento que, si bien no está a su lado, es imprescindible para lograr sacar esa hora de actividad física sin interrupción.
Por otro lado, está el bando solitario, que logra hacer ejercicio cuando los demás duermen.
La mayoría lo logra bien temprano en la mañana, antes de que sus peques se hayan despertado. Lograrlo requiere de una enorme fuerza de disciplina porque implica levantarse de madrugada, a veces mal dormidas, y con el silencio y el frío que invitan a seguir planchando la oreja.
Otras optan, más bien, por hacerlo al final del día, luego de asegurarse de que sus hijos duermen. Sin embargo, y doy fe de ello, a esta hora llegan agotadas.
Si esa es la hora que pueden, las apoyo. Sin embargo, por seguridad, no recomendaría ejecutar programas de fuerza a estas horas.
Al final de la jornada, después del trabajo del día y las labores domésticas, la cantidad de energía que tienen probablemente sea menor que el cansancio que las embarga, y resulte insuficiente para los esfuerzos requeridos en entrenamientos de este tipo. En este escenario, podría ganar la mala técnica y terminar con una lesión. Entonces, escuchen su cuerpo y háganle caso.
Juntos pero no, revueltos
—“Desde pequeños, los acostumbré a verme hacer ejercicios en casa. Ellos están en lo suyo, yo en lo mío”.
—“Vamos al parque a jugar en el play y, mientras él juega, yo aprovecho para hacer ejercicios funcionales”.
—“En mi gym hay espacio para chicos”.
—“Los instructores me dejan llevarla y, mientras yo hago la clase, ella se entretiene en otra cosa en el encierro”.
—“Sí me gusta que me vea para crear un hábito”.
Si bien muchas mamás abogan porque “esos espacios personales hay que defenderlos y procurarlos siempre por salud física y mental”, otras destacan los beneficios de que sus hijos aprendan sobre la disciplina de la actividad física.
Y si usted es una de esas mamás que se siente culpable, por dedicarle tiempo al ejercicio en vez de a sus hijos, en Very Well le aconsejan: “Para los niños, conocer los comportamientos saludables desde una edad temprana es un regalo. Puede ser muy motivador saber que su hijo esté mirándola entrenar porque en la niñez es cuando están más dispuestos a aprender y retener información y hábitos nuevos”.
De ahí la importancia de que ellos aprendan que la actividad física es un hábito divertido y saludable que lo hace sentir bien y no, una tarea que debe soportar, ni un castigo por haber comido de más o haber “descansado más de la cuenta”.
Intervalos
—“Jugamos vóley y llevamos una bola extra y se la tiramos mientras jugamos... Podemos jugar unos 15 minutitos, que es el rato que dura entretenido en una cosa”.
—“Tener opciones de ejercicio virtual, en vivo o grabado, facilita todo”.
—“Cuando no puedo contar con quién me cuide a mi bebé, hago ejercicio mientras hace siesta”.
—“Programo sesiones de 15 minutos. Eso es lo que uno logra con toddlers”.
Algunas mamás, sobre todo las que tienen peques que no van a la escuela aún, no logran más de 15 minutos de quietud. Literalmente, sus hijos no se quedan quietos por más de un cuarto de hora.
¿Hacer 15 minutos de ejercicio será suficiente? Tal vez. Recordemos que, por salud, lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda son, al menos, 150 de actividad aeróbica moderada a vigorosa cada semana. Si hicieras 15 minutos dos veces al día, de lunes a viernes, cumplirías la meta.
Y esto no sería un pity training, tipo “peor es nada”. En realidad, podría ser muy efectivo para mantener el metabolismo activo durante más horas al día, similar a cuando se realizan entrenamientos en intervalos de alta intensidad (High Intensity Interval Training o HIITs).
En familia
Finalmente, están las mamás cuyas bendiciones no solo las ven haciendo ejercicio, sino que también puede hacer ejercicio con ellas.
Los ortopedistas de OSR Physical Therapy consideran que hacer de la actividad física una dinámica familiar, como lo puede ser la noche de peli, la noche de juegos de mesa y hasta la tarde de quehaceres domésticos, es la forma más efectiva de fomentar ese hábito saludable.
“Estarán construyendo hábitos para toda la vida. Los niños a menudo llevan las tradiciones familiares hasta la edad adulta, una de las cuales podría ser el ejercicio familiar. A medida que los niños conectan las películas y los juegos con la unión, también conectarán la actividad física con la diversión y la comunidad. Cuando miran una película o juegan un juego, a menudo no se involucran ni observan las acciones de los demás. Sin embargo, con el ejercicio familiar, hay mayor oportunidad para conocerse”, detallan en el sitio web de OSR.
Ellos consideran que este tipo de actividades en familia también pueden generar confianza y autoestima en los niños y fomentar el trabajo en equipo, siendo la meta común lograr determinada cantidad de minutos de actividad física como familia a la semana.
¿Y qué pueden hacer? Tomen nota de los consejos de estas mamás:
—“Salgo a caminar con ella (tiene cuato años), por lo que ese día caminamos poquito pero ella lo disfruta igual”.
—“Yo hago Barre y, desde que mi hija camina, ella se sienta al lado mío y me imita. ¡Honestamente, a los dos años que tiene, ya lo hace muy bien!”
—“Yo lo monto en la bici conmigo”.
—“Salto con él 25 minutos diarios en trampolín y, cuando es hora de las pesas, él juega solo a mi lado”.
—“Mi hijo hace natación y, más bien, eso me motivó a mí a inscribirme también. Vamos en horarios diferentes, pero a él le encanta que mamá también nada”.
—“Nos encanta y, cuando alguna de las dos no tiene muchas ganas de ir a hacer ejercicio, la otra empuja”.
—“Mi hija me invita a sus clases de yoga. Me disciplina. Es un tiempo de bonding”.
—“Tengo un coche de correr y con el primero salía a correr y caminar. Lo disfrutan mucho. Ahora tengo dos niños: mientras el grande va en su bici, nosotras, en el coche, corriendo”.
—“Con el de 11 años, cuando en el colegio hacen neuro-activación, lo acompañó y aprovecho a tener un tiempo juntos y reírnos un rato”.
—“Cuando pongo videos, mi hija inicia sentadita viéndome bailar y luego, con confianza, se va incorporando a la clase”.
—”En Fit Mom & Me hacemos ejercicios en las mañanas, con bebés, niños y también tenemos mamás que hacen ejercicio luego de dejarlos en el kínder”.
—“Para nosotros ha sido clave encontrar ratos donde cada uno tenga su espacio y otros, donde compartamos. Así van entendiendo y respetando que cada uno tiene sus gustos y hay otras cosas que sí podemos hacer como familia. En mi caso, con mi hijo comparto el tenis y con mi hija natación. Lo demás lo hago yo sola o con mi esposo y ellos saben que ese rato no los involucra activamente. Todo es parte de la misma dinámica familiar”.