Algunas máquinas utilizan el propio peso corporal para retar y desarrollar la fuerza muscular
Los gimnasios al aire libre me generan tres sensaciones:
1. Felicidad, cuando paso por alguno y veo que está siendo utilizado adecuadamente
2. Preocupación, cuando veo a alguien utilizándolo de forma incorrecta, con la consecuente posibilidad de lesionarse.
3. “Charita”, cuando pienso en que muchas personas no saben para qué sirve cada máquina o cómo combinar su uso adecuadamente para planear una rutina de entrenamiento efectiva
Pregunté a mis seguidores su percepción, y me entristecieron un poco los resultados:
¿Será que, si hubiera más información sobre cómo usarlas de manera efectiva, las percepiones cambiarían?
Una encuesta realizada a 162 personas en Inglaterra mostró resultados radicalmente distintos a mi, sondeo: 75% consideran este tipo de equipo de fácil acceso, beneficioso para su salud y agradable de usar.
En similares porcentajes los encuestados consideró que hacer ejercicio al aire libre es más beneficioso y/o agradable para la salud que hacer ejercicio en el interior.
No es el primer estudio en determinar este resultado. De hecho, ya se había visto una relación positiva entre caminar al aire libre y la materia gris en la corteza cerebral.
“Los parques de fitness al aire libre hacen que el ejercicio sea gratuito y accesible para todos, quienes obtienen todos los beneficios de un gimnasio cubierto (cardio, entrenamiento de fuerza, aumento del flujo sanguíneo, flexibilidad, etc.), más una dosis extra de vitamina D”, afirma MRC, proveedor de este tipo de equipos.
Un estudio publicado en el Internationl Journal Environmental Research Public Health los respalda, pues adultos mayores que completaron el protocolo lograron llevar su frecuencia cardíaca y el esfuerzo percibido a una intensidad moderada, lo que, al cabo de 12 semanas, les permitió mejorar significativamente su condición aeróbica.
¿Pero cómo sacarle provecho?
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