En la conferencia de prensa del 9 de agosto del 2023, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, manifestó que desea hacer un inventario de los yacimientos de gas natural en Costa Rica con el fin de que sirva de base para un debate nacional con relación a permitir la explotación de gas natural.
En campaña electoral, el ahora presidente Chaves había manifestado su interés en la explotación de gas natural pero no en la de petróleo. Esto es una incoherencia. Es absurdo estar a favor de la explotación de gas natural, pero en contra de la explotación de petróleo porque los argumentos en favor de la explotación de gas natural son los mismos para la explotación de petróleo.
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Como bien manifestó el presidente Chaves, Noruega es un ejemplo de que la explotación recursos fósiles no tienen que ir en contra de la agenda ambiental. Costa Rica ni el resto del mundo consumirán menos recursos fósiles por permitirse su explotación en territorio nacional. Ergo, el tema ambiental es una cortina de humo para oponerse a la explotación de recursos fósiles. La verdadera oposición es el odio de los socialistas que por décadas han tenido en contra de las grandes transnacionales petroleras.
Aun si fuera cierto que la explotación de recursos fósiles causase daño a alguna ranita, me inclino por favorecer la inversión con el fin de reducir el desempleo y la pobreza en Costa Rica que en este momento azota a más del 23% de las familias.
Costa Rica se vería beneficiada en todo sentido si se permitiera la explotación de recursos fósiles: inversión multimillonaria, creación de fuentes de empleo y millonarios ingresos para el fisco por impuestos recaudados (en particular renta). Estos ingresos fiscales extraordinarios permitirían la derogación de impuestos como el marchamo. También permitiría reducir impuestos como los aranceles, el IVA y renta. Esta reducción de impuestos impulsaría el crecimiento económico, reduciría el desempleo y la pobreza.
En febrero del 2019, por medio del Decreto Ejecutivo 41.578, Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica en ese entonces, extendió hasta el año 2050 la moratoria a la exploración y explotación petrolera y de gas natural. Esta fue una nueva prórroga cuyo origen data de la administración Pacheco de la Espriella (2002-2006). Al vencerse este decreto original, la presidente de ese entonces, Laura Chinchilla, renovó la prohibición hasta 2014. Luego, la administración Solís Rivera (2014-2018) firmó un nuevo decreto extendiendo la moratoria hasta el 15 de setiembre de 2021.
Si el presidente Chaves está realmente interesado en la exploración y explotación de gas natural, ¿por qué no simplemente revoca el Decreto Ejecutivo 41.578? Si se firmó un decreto para prorrogar la explotación de gas natural y petróleo es porque debe existir una ley que lo permita.
Los ambientalistas están preocupados por la emisión de gases que producen el efecto invernadero. Sin embargo, el problema de las emisiones por quemar recursos fósiles no se resuelve con prohibiciones. La solución está en desarrollar tecnologías que absorban dichos gases. Por ejemplo, en la provincia de Columbia Británica, Canadá, la empresa Carbon Engineering se ha propuesto combatir el cambio climático. Para ello, está desarrollando una planta que absorbe el CO2 con el equivalente a 40 millones de árboles. Esto podría ser la solución a las emisiones de CO2.
En fin, no nos dejemos llevar por el mito ideológico que impide la explotación de recursos fósiles. Demos luz verde a su explotación y recibamos sus beneficios.