La Fed tomó la decisión este 18 de septiembre de reducir en 50 puntos base la tasa de interés de referencia (Federal Funds Rate). Desde julio del 2023 hasta la fecha, la tasa se ubicó entre 5,25% - 5,50%. Con la reducción anunciada, la tasa se ubicará entre 4,75% - 5%.
A principios del 2022, dicha tasa estaba entre 0,0% - 0,25%. A lo largo de ese año la Fed la subió 425 puntos base y durante el 2023 la volvió a subir otros 100 puntos base.
La Fed había subido la tasa de interés con el fin de combatir la inflación. Dado que la inflación solo puede ser causada por un exceso de emisión monetaria, al subir la tasa de interés, se recoge el exceso de liquidez y con ello se reduce la inflación.
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La meta de inflación de la Fed ha sido del 2% anual. A principios del 2021 la tasa de inflación en los Estados Unidos, medida por el Consumer Price Index (CPI), empezó a crecer. Para marzo de ese año la inflación se ubicó en 2,6% y alcanzó un pico de 9,1% en junio del 2022. Desde entonces, debido al aumento de la tasa de interés, la inflación ha caído y en junio del 2023 ya se ubicaba en 3,0%. Sin embargo, para agosto del 2024 la inflación apenas había descendido a 2,5%. Es decir, la inflación sigue siendo muy alta con relación a la meta del 2% anual. Si el objetivo es una meta de inflación del 2%, la Fed debió haber subido la tasa de interés en 25 puntos base.
Sin embargo, la Fed, como entidad pública, está sujeta a presiones políticas. En este caso, los populistas han estado presionando a la Fed para que baje sus tasas de interés porque, según ellos, así se “estimularía” el crecimiento económico y la reducción del desempleo. Según este grupo de economistas keynesianos, al reducirse la tasa de interés, se logra una mayor emisión de dinero y esto causaría crecimiento económico. La realidad es que, según la Escuela Monetarista, si se reduce la tasa de interés, la mayor emisión monetaria solo causaría un repunte de la inflación y un nuevo ciclo económico con todos los daños que eso implica.
Powell manifestó hoy lo siguiente en la conferencia de prensa: “En el mercado laboral, las condiciones han seguido enfriándose”.
La idea de que la emisión de dinero, y por ende la inflación, puede estimular la reducción en el desempleo es un error de los keynesianos que ya fue superado por la academia desde el siglo pasado.
Así lo confirma el Deutsche Bundesbank en su libro Política Monetaria del Deutsche Bundesbank (1994): “En el curso de los años sesenta, si no antes, la evolución económica de los países industrializados del mundo occidental desvirtuó la suposición, a veces muy extendida, de que el nivel de empleo de la economía puede ser incrementado, de forma duradera, con el estímulo de una inflación …. Antes bien sucede lo contrario: la estabilidad de la moneda es, a largo plazo, un supuesto importante para el buen funcionamiento de la economía de mercado y, con ello, para un próspero crecimiento económico y un alto nivel de ocupación”.
Por su parte, el Banco Central Europeo dice en su portal de Internet: “En el largo plazo un banco central sólo puede contribuir al crecimiento potencial de la economía manteniendo un entorno de precios estables. No puede estimular el crecimiento económico expandiendo la oferta monetaria o manteniendo tasas de interés en un nivel inconsistentes con la estabilidad de precios”.
Por su parte, el Banco Central de Canadá es también del criterio que lo mejor que puede hacer un banco central para estimular el crecimiento económico, la generación de empleo y la productividad, es mantener precios estables. Para dicho banco central, precios estables significa inflación promedio, pero debajo, del 2% anual.
“La experiencia ha demostrado que la mejor forma de … contribuir a un sólido desempeño económico y elevar la calidad de vida es manteniendo una inflación baja, estable y predecible. … Una inflación baja y estable crea un ambiente favorable a un sano y constante crecimiento, a la generación de empleo y salarios crecientes. Especialmente ayuda al estímulo de inversiones a largo plazo que contribuyen a crecimiento sostenido en el tiempo, a la creación de empleo y a la productividad”, expresa el Banco Central de Canadá en su portal de Internet.
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En resumen, la mejor manera que un banco central puede estimular el crecimiento económico y la generación de empleo no es con emisión monetaria (bajando las tasas de interés), sino garantizando una estabilidad de precios y que la inflación se ubique por debajo del 2% anual.
La tasa de inflación sigue siendo muy alta en los EE. UU. Por tanto, no era el momento para bajar la tasa de interés, sino más bien de subirla ligeramente. Es lamentable que la Fed, quizá con el fin de impulsar la campaña presidencial de Kamala Harris, haya bajado las tasas de interés y le siga el juego a quienes por ignorancia o mala fe sostienen que la emisión monetaria puede reducir la tasa de desempleo.
Si se deseara reducir el desempleo, lo correcto no es aumentar la oferta monetaria. Lo correcto es rebajar impuestos, reducir el gasto público, promover el libre comercio y desregular los mercados para promover la libre competencia.