La frustración es como un veneno que puede combatirse con algunos antídotos como los siguientes:
Antídoto #1
Desahogarse, compartir la tristeza asociada al fracaso, reconocer las vulnerabilidades y dejarse aconsejar.
Muchas veces las personas se suelen aislar y no exteriorizar sus problemas. Encontrar a la persona indicada, y que pueda entender la situación que se atraviesa, puede ser el primer paso para enfrentar los sentimientos generados por la frustración.
Hablar implica evitar la soledad, y excluir del pensamiento la idea de que nadie más en el mundo entiende el problema que se está atravesando. Todas las personas han experimentado el fracaso y la derrota. Una mirada externa puede servir para poner unas gotas de indiferencia a una situación que parece irremediable.
Antídoto #2
Tolerancia a la frustración: ver los obstáculos como una tarea desafiante que es posible enfrentar.
La frustración suele ser menor cuando un individuo esperaba, o sabía de antemano, que la meta sería desafiante. Esto último se conoce como la tolerancia a la frustración, y consiste en la capacidad de resistir y enfrentar tareas difíciles. Así, quienes tienen poca tolerancia a la frustración, suelen verse afectados por trastornos de apegamiento, o disonancias cognitivas, debidas a un resultado adverso que, pese a ser relativo, se visualiza como una pérdida absoluta.
Es asignar una magnitud menor a un problema cuya dimensión es relativa, no absoluta.
Antídoto #3
Desarrollar la resiliencia personal para afrontar situaciones desestabilizantes y condiciones adversas
La frustración bien gestionada puede detonar mecanismos mentales y anímicos que rehabiliten a los individuos y a su equipo.
Las vivencias frustrantes que se han sabido enfrentar, también pueden elevar el nivel de resiliencia de las personas. La resiliencia es un concepto que se acuñó en el campo de la ingeniería, y consiste en la memoria de un material y su capacidad para recuperarse de una deformación. Luego, el concepto de resiliencia se adoptó en la psicología, y es la habilidad para superar circunstancias difíciles y traumáticas.
Antídoto #4
Aprender de lo sucedido y convertir el fracaso en un estímulo que favorezca el crecimiento personal
La frustración también puede impulsar esfuerzos mayores para buscar alternativas de solución al logro de una meta. Por ejemplo, Spector encontró que la incoherencia en la exigencia de las tareas hacia los colaboradores pueden funcionar como un impulso impetuoso para el cambio en las personas y su organización.
No se trata tanto de resistir, como de aprender a vivir, a saber gestionar las cosas que pasan. Ser consciente de que no se es valioso por lo que se hace o deja de hacer, sino de que quien se es, del valor intrínseco de cualquier individuo.