Aunque la neurodiversidad puede abordarse desde ciertos trastornos del humor, tales como depresión, bipolaridad, o ansiedad; también suele enfocarse desde otros ángulos que distan mucho de los desórdenes mentales. Es el caso del espectro autista, la dislexia, la dispraxia, el déficit atencional con hiperactividad, y otras más. Todas ellas influyen en el desempeño laboral de quienes las padecen, y gracias a investigaciones que van en aumento, es posible entenderlas mejor, para integrarlas en la fuerza de trabajo de una mejor manera.
Neurodiversidad y éxito
Existen personajes famosos que han tenido alguna situación de diversidad neuronal, tales como el autismo. Es el caso de Mozart, quien desde los cinco años componía obras musicales: algunos especialistas consideran que era autista de carácter ligero, debido a su dificultad para comunicarse con los demás. Otros reconocidos autistas en la historia son artistas como Bethoven, y Da Vinci, entre muchos otros; y más recientemente, se citan los casos de emprendedores exitosos como Marck Zuckerberg y Elon Musk.
El síndrome de Asperger también tiene referente relevantes. De Albert Einstein, el genio de la física, se dice que aprendió a hablar entre los tres y los cinco años, y que su carácter introvertido era propio del síndrome de Asperger. Más recientemente, se menciona a la aclamada cantante Susan Boyle, quien a los 50 años entendió que su temperamento explosivo no se debía a un daño neuronal, sino al síndrome de Asperger. Bill Gates, empresario exitoso, hombre sumamente metódico: quienes le conocen afirman que suele concentrarse demasiado en su trabajo y evitar el contacto visual. Lionel Messi, con rasgos similares a las de Gates, pero aplicadas al deporte, fue diagnosticado con el síndrome de Asperger a sus 9 años de edad; esto le permitió concentrarse en su pasión por el fútbol.
Entornos neuro-inclusivos
David Joseph, director ejecutivo de Universal Music en Gran Bretaña, recibió un mensaje de texto de un artista a quien ya conocía, pero al darse cuenta que las palabras estaban escritas en el orden equivocado, entendió que era una persona con diversidad neuronal. En ese momento decidió elaborar, junto con su equipo de recursos humanos, una guía sobre cómo hacer que el lugar de trabajo fuera más amigable con los neurodivergentes. Así hay muchos casos de empresas cuyas políticas de no discriminación se hacen explícitas; de lo contrario, se exponen a contratar únicamente a personas neurotípicas.
Para crear esos espacios de trabajo, existen varias tendencias laborales. Por ejemplo, las oficinas abiertas no son ideales, porque confluyen muchas personas; ni tampoco los llamados “hot desks”, espacios flexibles donde pueden trabajar diferentes ejecutivos a lo largo de la semana, porque suelen carecer de un ambiente calmado y tranquilo para personas con diversidad neuronal. A veces puede bastar facilitar audífonos que cancelen el ruido, reservar algunos escritorios exclusivos para ellos, o estar en zonas aparte (incluso en sus casas), donde puedan tener espacios organizados en los que puedan conservar un ritual de trabajo.
Otro aspecto que influye es la iluminación, ya sea fluorescente, brillante o incluso cerca de las ventanas: personas con una sensibilidad mayor, pueden agudizar sus migrañas o su ansiedad. No todas las personas neurodiversas disfrutan de las actividades grupales de integración, o de eventos corporativos donde es mandatorio socializar en espacios ruidosos: eso más bien puede indisponer la relación con otras personas. De manera similar, algunas actividades o reuniones de último minuto, podrían preverse con un poco más de planificación para evitar malestares. Adicionalmente, es oportuno permitir estilos de vestir excéntricos, o peinados también divergentes.
Desafíos
En Costa Rica ya existen empresas con programas específicos para brindar opciones laborales a las personas con neurodiversidad. Tal es el caso de P&G (Procter & Gamble), EY (Ernst & Young), Coopecaja, VMWare y algunas más. Pese a que falta mucho camino por recorrer, ya hay organizaciones que capacitan internamente a sus colaboradores para trabajar con personas que difieren de los neurotípicas. En consecuencia, han modificado las políticas de contratación, desde el modo de prospectar candidatos, hasta las entrevistas de trabajo, incorporando preguntas muy sencillas; por ejemplo, “¿Cómo trabaja mejor? ¿Cómo es más productivo? ¿Cómo le gustaría recibir retroalimentación?”.
En resumen, la neurodiversidad es un concepto que se ha acuñado en el ámbito de recursos humanos, para designar no solo a personas con trastornos de ánimo, sino también a quienes padecen de autismo, dislexia, dispraxia, déficit atencional, hiperactividad, entre otras. A lo largo de la historia, han saltado a la luz pública personas neurodivergentes que han surgido con éxito en entornos profesionales, ya sea corporativos o también artísticos. Para que las organizaciones logren integrarlas apropiadamente, es importante generar espacios físicos, establecer prácticas y también procesos de reclutamiento y selección que están tradicionalmente diseñados para individuos neurotípicos. En Costa Rica algunas empresas lo están implementando, pero aún es un desafío para la mayoría de las organizaciones.