Hoy es un día especial para leer a Costa Rica…
No para dictarle las palabras que se nos antoja encontrar en sus páginas.
Lectores humildes…
Tampoco para borrar o tachar las frases y oraciones que no nos gustan.
Lectores honestos…
Mucho menos para cercenar y desechar los capítulos que nos incomodan, duelen o enojan.
Lectores maduros…
Para nada la arrogancia de intentar reescribir sus episodios, ambientes, diálogos y personajes.
Lectores sensatos…
No para hacer berrinche y decir: “¡Me niego a leerla! ¡No acepto sus reglas ortográficas y gramaticales! Rechazo sus signos de puntuación! ¡No me gusta su estilo ni estructura! ¡Volveré a leerla en caso de que me guste la reedición que le harán dentro de cuatro años!”
Lectores responsables...
¡Jamás para censurarla, incluirla en un catálogo de libros prohibidos, someterla al juicio de la Inquisición o condenarla a la hoguera!
Lectores democráticos.
Sí, leer a nuestra Patria –ese libro que muchísimos amamos- hoy domingo 1º de abril del 2018 es un acto de integridad, modestia y valor porque se trata de leerla tal y como ella está escrita y se continúa escribiendo.
No se valen las correcciones de estilo caprichosas, las notas de pie de página a la medida, los prólogos manipulados, los índices del odio, las dedicatorias prejuiciadas ni el título mezquino.
Mucho menos la tipografía de la violencia, el empaste malintencionado, las costuras apocalípticas, el papel de la venganza, el marcador de lectura ofensivo, la traducción de la petulancia, la tinta que manche la voz del voto, la Editorial No Cuenten Conmigo.
La crítica sí; bienvenida. El análisis riguroso, ¡claro que sí! La desazón también. Las múltiples interpretaciones, ¡por supuesto! Pero, además, la sugerencia, el aporte, el espíritu constructivo, la elegancia, la grandeza.
Hoy es un día especial para leer a Costa Rica como leemos a Carmen Lyra, Miguel de Cervantes, Irène Nemirovsky, William Shakespeare, Anaïs Nin, Marcel Proust, Alice Munro, Antón Chéjov, Herta Müller, Franz Kafka, Toni Morrison, Sándor Márai, Carson McCullers, Fernando Pessoa, Joyce Carol Oates, Octavio Paz, Marguerite Yourcenar, Mo Yan, Svetlana Alexiévich, Carlos Salazar Herrera: sin cambiarle las comas, amañar las historias, adulterar el contenido.
Leámosla con apertura. Conozcámosla. Aprendamos de ella. Profundicemos. Reflexionemos. Recapacitemos. Aceptémosla con sus versos, poemas, cuentos, novelas, guiones para teatro; ¡todo lo que ella tiene para compartir con nosotros!
En sus páginas se vale subrayar, escribir, dibujar asteriscos y signos de interrogación y exclamación, trazar paréntesis, llaves, puntos suspensivos.
No nos conformemos con hojearla u ojearla. ¡A la Patria le gusta que la leamos en serio!