Amarse a uno mismo no es vanidad, es sanidad.
La confianza en uno mismo, significa que uno siente que puede hacerse cargo de sus necesidades y de su seguridad para sobrevivir distintas situaciones, practicando la auto-compasión y no la búsqueda infinita de la perfección.
Significa que la persona no se da por vencida respecto a sí misma, aceptando la propia humanidad.
La auto-confianza es frágil y se puede deteriorar.
A veces, cuando tomamos decisiones que no producen los resultados que esperábamos, cuando contribuimos a dañar relaciones importantes, cuando perdemos oportunidades de trabajo, poco a poco, nuestras decisiones pueden hacernos sentir que nos perdemos a nosotros mismos y perdemos confianza en nosotros.
Todos tenemos algunas cicatrices en nuestra auto-confianza, son adquiridas a lo largo de la vida. Cuando dudamos de nosotros, es porque nos juzgamos duramente, cuando perdemos confianza en nuestro juicio, cuando no confiamos en nuestras habilidades y en nuestra capacidad de visualizar el futuro.
En esos momentos, nos hablamos duramente y nos maltratamos por errores del pasado.
Lo anterior, puede complicarse cuando enfrentamos adversidad, pues sentimos que, ante el cambio exógeno en condiciones, no seremos capaces de enfrentar la nueva realidad.
¿Cómo se restaura la confianza en uno mismo?
Primero, reconociendo que es un tema a trabajar.
Segundo, buscando ayuda.
Tercero, iniciando por ayudarse uno mismo.
Hay un ejercicio con el que puede empezar a trabajar usted solo, mirando de una forma más objetiva hacia adentro.
Piense, medite, escriba ¿Qué logros ha tenido a lo largo de la vida? ¿Qué retos ha sorteado? ¿Qué situaciones indeseables ha logrado superar? ¿Cuándo ha sido excepcionalmente valiente? Los reveses o fracasos, ¿qué le han enseñado? ¿cómo los ha dado revertido en el pasado? ¿qué posibilidades han aparecido cuando pensaba que no había nada más a su alcance?
Si usted tiene la disciplina de meditar, reconocer y escribir, su historia, esta parte de la historia, la parte en la que usted ha sido héroe, va balanceando la percepción de usted.
Es posible que pueda reescribir su futuro. A través del ejercicio diario, cotidiano, repetido, es posible ir desarrollando la capacidad de reconocerse y encontrarse.
Cuando usted se ve más objetivamente, en ese momento empieza a irradiar más confianza, proyecta más seguridad, la gente lo nota.
Si usted confía en usted la calidad de vida, sus decisiones y la perspectiva ante la adversidad es muy distinta.