La primera plantación fue descubierta en 2017. Cinco años después, los hallazgos de sembradíos de hoja de coca y narcolaboratorios en remotas montañas son cada vez más frecuentes en Honduras, tradicional puente de las drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos.
Desde hace décadas, el departamento de Gracias a Dios, habitado por indígenas misquitos, y otras regiones de Honduras han servido para descargar aeronaves y embarcaciones con cargamentos de cocaína, rumbo al norte.
Sin embargo, en 2017 también se empezaron "a observar los primeros sembradíos de coca. Se contabilizaron 10.000 plantas, que fueron cortadas e incineradas", explicó a la AFP el portavoz de las fuerzas armadas hondureñas, José Coello.
LEA MÁS: Nicaragua y Honduras viven momentos de incerteza después y antes de sus procesos electorales
¿Pasar de puente a "consumidor y luego productor? Eso le va a causar muchos problemas a Honduras", alertó el exagente de la agencia antidrogas estadounidense (DEA), Mike Vigil.
El cultivo de coca "es muy alarmante porque Honduras no era un país productor de coca", reconoció el director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez. "Pero no es significativo, todavía. Afortunadamente, es muy reducida" la producción, argumentó.
“Eso demuestra en lo que Honduras se había convertido” en el anterior gobierno, lamentó el funcionario. “¿Cómo era posible que se hicieran esas plantaciones?”, se preguntó.
"La gente que cultiva normalmente estas plantas ilícitas son campesinos, son gente pobre, no son los mafiosos grandes. Ellos nada más compran la pasta de coca para procesarla", dijo Vigil a la AFP.
La pobreza afecta a más del 70% de los 9,6 millones de hondureños. Eso es caldo de cultivo para los narcotraficantes y pandilleros que siembran la violencia en el país, que registra una tasa de homicidios de 37 personas por cada 100.000 habitantes, cuatro veces el promedio mundial.
Coello destacó que al tener fronteras terrestres con tres países y marítimas con nueve, Honduras "es un paso obligatorio para el tráfico de drogas, especialmente cocaína, procedente de Sudamérica" hacia Estados Unidos.
“Ha habido un debilitamiento de la institucionalidad y la idoneidad de los servidores públicos, por eso (hay un) narcopresidente, narcodiputados, narcoalcaldes, narcoempresarios” presos en Estados Unidos, dijo a la AFP el general retirado Luis Maldonado.
El expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022) fue extraditado en abril a Estados Unidos, acusado de conspirar para introducir 500 toneladas de cocaína entre 2004 y 2022 al mercado estadounidense.
Su hermano, el exdiputado Juan Antonio Hernández, fue condenado en 2021 a cadena perpetua en una corte de Estados Unidos, donde están acusados cerca de medio centenar de hondureños por este mismo delito.
En el juicio, fiscales estadounidenses calificaron a Honduras de "narcoestado".
Es probable que los carteles de la droga ahora apoyen los cultivos en Honduras porque quieren "disponer de una plataforma de distribución más cercana a los mercados de consumo, los Estados Unidos y lo que pudiera ser Europa", explicó Maldonado.
Coello asevera que las instituciones de seguridad "hacen su mayor esfuerzo" en el nuevo gobierno de Xiomara Castro, que asumió en enero.
"En 2022, un total de 4.681 kilos de cocaína han sido decomisados y 222.317 libras de marihuana, 22 narcolaboratorios desmantelados y 13 áreas clandestinas de aterrizaje" destruidas, detalló.
"Tenemos 302.600 plantas de marihuana que han sido cortadas e incineradas... en las plantaciones de arbustos de hojas de coca [han sido destruidas] 2.647.015" unidades", agregó.
Vigil señala que antes de hacer erradicación de los cultivos se debe establecer medios de vida alternativos para los campesinos, a fin de no empujarlos "a una pobreza más profunda".
El portavoz de las fuerzas armadas destacó que los narcos operan en zonas remotas de los departamentos de Colón, Olancho y Gracias a Dios (noreste), accesibles únicamente en helicópteros y lanchas porque solo hay rutas fluviales.
“Estamos trabajando (con) la dedicación y la implementación de nuevas estrategias, sobre todo por la voluntad política actual (..). Se muestra con esos decomisos de cuatro toneladas de cocaína [en 2022] y el caso de un millón (700 mil) plantas” que fueron destruidas en agosto, sostuvo Sánchez, el director de la policía nacional.