La distribución de gasolina es uno de los negocios clave en la economía de Costa Rica, pues el transporte y la industria son los dos sectores que más combustible requieren para su desempeño.
En el territorio nacional operan actualmente 406 estaciones de servicio. De ellas, la mayoría funciona de forma independiente, es decir, sin pertenecer a un conglomerado en particular. Pero otras 172 están ligadas a algún grupo empresarial, según datos de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
El informe anual de la Intendencia de Energía, dado a conocer esta semana, expone que en Costa Rica existen 10 grupos empresariales que manejan el 42,4% de las gasolineras del país.
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La cadena que controla más puntos es Delta, con 60 locales. Esta cifra es más del doble de lo que posee el segundo conglomerado más numeroso: JSM, que tiene 25 gasolineras, solo una más que el grupo Uno.
De todas las estaciones del país, 214 están asociadas a la Cámara de Empresarios del Combustible.
Precisamente las gasolineras son el principal comprador del combustible que se distribuye desde las terminales de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope). El 64% del combustible lo capta este sector, que posteriormente llega al usuario final.
Cerca de una quinta parte va a clientes directos, un 11% a plantas envasadoras de gas licuado de petróleo (GLP) y una menor cuota a otros vendedores.
El transporte en general es el principal consumidor de combustible en el país. Aquí se incluye transporte público, de carga, así como el de vehículos privados. El parque vehicular del país está compuesto por casi 1,8 millones de unidades.
La industria es el segundo gran consumidor de combustible, con el 19,3%.
Por tipo de combustible, los datos de la Aresep indican que el diésel es el que tiene más mercado en el país, con casi un 36% del volumen de venta conjunto.
El diésel lo consume principalmente la carga pesada, aunque también la mayor parte de la carga liviana, transporte público y de turismo, un tercio de los taxis y casi el 10% de los automóviles usan este subproducto.
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Las dos gasolinas –superior y regular– tienen una cuota del 37,8% juntas. Estos combustibles lo utilizan casi la totalidad de automóviles y motocicletas, además de dos tercios de los taxis y una parte de la carga liviana.
A nivel país, el consumo de combustible creció en 2022 un 6,3% con respecto al año previo. Además, la cifra del 2022, superior a 3.400 millones de litros, es similar a lo registrado en el 2019, lo que sugiere una recuperación tras dos años con números inferiores.
“Esto implica que, en términos de consumo, en el año 2022 se registra la recuperación del mercado de los combustibles, luego de la contracción producida por la pandemia del covid-19″, indica la Aresep.
El órgano regulador incluyó en su informe la lista de los cantones con mayor y menor consumo de las dos gasolinas y de diésel.
En el caso de este último combustible, Alajuela es el municipio con mayor consumo, con 61,4 millones de litros en 2022. Mientras tanto, en León Cortés Castro se adquirió menos de un millón.
Por otra parte, San José es el cantón donde más se compra gasolina regular y superior, mientras que Turrubares y León Cortés Castro, respectivamente, son los territorios que menos las consumen.
En general, en los primeros lugares de las tres listas aparecen cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM), pero también sobresalen territorios como San Carlos o Pérez Zeledón. Estos dos sitios están entre los cantones más extensos y poblados del país, y además son lugares turísticos, de paso hacia otros destinos y con sistemas productivos propios.
En la otra cara, cantones como Turrubares, León Cortés Castro, Hojancha y Dota repiten como los que tienen menor demanda de estos combustibles. Son municipios menos poblados y con poca densidad, aunque no necesariamente están entre los más pequeños territorialmente.