Desde 1953 la presidencia del Directorio Legislativo ha estado ocupada por 65 diputados mientras que solo tres legisladoras han dirigido el Congreso.
La reducida cifra podría aumentar en los próximos días, pues para la legislatura 2020-2021 se promueve la candidatura de dos congresistas: la liberacionista Silvia Hernández y la socialcristiana María Vita Monge.
Si la presidencia del Congreso la ocupa alguna de las dos aspirantes, este sería el periodo legislativo (2018-2022) con más presidentas de los últimos 68 años, pues a inicios de esta administración la oficialista Carolina Hidalgo también ostentó el cargo.
Esta sería la primera vez en que dos legisladoras lideren el Plenario en un solo cuatrienio.
Antes de Hidalgo ocuparon la silla presidencial la liberacionista Rosemary Karspinsky (en la legislatura 1986-1987) y la socialcristiana Rina Contreras (en el periodo 2000-2001).
Para llegar a esta conclusión se utilizó una recopilación de datos del Centro de Información Estadística del Departamento de Servicios Bibliotecarios de la Asamblea Legislativa, la base fue actualizada por EF para el período 1953-2020.
Hasta el momento la matemática legislativa se inclina a favor de la diputada liberacionista, pero Monge asegura que no se retirará de la contienda.
La mayor participación de las mujeres en puestos claves del Poder Legislativo se da gracias a una serie de reformas que se dieron en las últimas tres décadas.
Matemática legislativa
La diputada Hernández es quien parte con un escenario más favorable, ya que acumula el respaldo necesario para convertirse en la nueva presidenta de la Asamblea Legislativa. Los movimientos y negociaciones de la última semana del mes fueron claves.
El lunes 26 de abril una mayoría de diputados del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) votó un acuerdo para apoyar a la verdiblanca, un movimiento que restó respaldo a su compañera de bancada, la diputada Monge ―quien sí cuenta con el apoyo de los 10 diputados del Partido Acción Ciudadana (PAC)―.
La decisión del PUSC la tomaron cinco de sus nueve legisladores: Rodolfo Peña (jefe de fracción), Aracelly Salas, Pablo Abarca, María Inés Solís y el precandidato presidencial Pedro Muñoz.
Con esta adhesión del PUSC, Hernández suma 40 votos para alcanzar el máximo puesto de la Asamblea, y ostenta 11 más de los 29 votos que se requieren como mínimo.
La bancada rojiazul anunció que su intención es negociar un puesto en el Directorio Legislativo para impulsar proyectos de su interés.
“La fracción de Unidad ha optado por apoyar a la diputada Silvia Hernández en procura de consensuar una agenda de reactivación económica y de generación de empleo (...), buscaremos ser parte de ese directorio de consenso”, aseguró el diputado Abarca.
Hernández también suma el respaldo de los ocho legisladores de la fracción del Partido Restauración Nacional (PRN), los seis del bloque fabricista Nueva República, y otros cinco de la integracionista Patricia Villegas, el republicano socialcristiano Otto Roberto Vargas y las independientes Zoila Volio, Ivonne Acuña y Dragos Dolanescu.
Restauración Nacional es otra fracción que también aspira por un puesto en el Directorio.
Hernández además espera contar con el respaldo de los 17 diputados de la fracción verdiblanca, los cuales ratificaron su candidatura de forma unánime.
La diputada liberacionista pretende alcanzar una agenda de consenso en sus negociaciones con otras fracciones, para no frenar la dinámica legislativa en una legislatura que estará aderezada con el ciclo electoral.
“He tenido una muy buena receptividad por parte de cada una de ellas (de las distintas fuerzas políticas) y lo que he tratado es abordar un hilo conductor, una agenda legislativa, que podamos impulsar en este último período legislativo”, dijo la congresista.
A pesar de que la balanza se inclina a favor de Hernández, Monge ―la otra legisladora aspirante a la presidencia del Congreso― afirma que no se retirará de la contienda. El miércoles 28 de abril la bancada oficialista anunció su apoyo a la socialcristiana por su vocación de diálogo y manifestó que la agrupación no tiene intenciones de aspirar a un puesto en el directorio.
EF contactó a la diputada socialcristiana a través de su asesor de prensa y mediante un mensaje de WhatsApp, pero no obtuvo respuesta al cierre de edición.
Mediante un comunicado difundido por su asesor de prensa, Monge criticó a los diputados de su fracción que votaron para apoyar a Hernández y les calificó como de “ultraderecha”.
Zanjar brechas
“El tema de que por primera vez tendríamos un cuatrienio con dos mujeres presidentas y que por primera vez existan dos candidatas al puesto es muy importante, porque muestra que el país ha dado pasos pequeños en paridad de género en puestos de decisión y de mando”, manifestó Jesús Guzmán Castillo, investigador del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Lograr una representación política en el primer poder de la República no ha sido una tarea fácil, pues durante décadas se tuvo que hacer una labor de concientización y llevar a cabo reformas estructurales. El establecimiento de las cuotas electorales tuvo lugar a finales de los años noventa, mientras que el mecanismo de paridad horizontal y vertical se aplicó por primera vez en febrero de 2018.
La paridad vertical es el mecanismo que se incorporó en el Código Electoral de 2009 y establece la paridad de género en el número de delegaciones, nóminas y órganos partidarios dependiendo de si su composición es par o impar. Su mecanismo de alternancia por género en las listas electorales evita que al reclutar candidatos y candidatas, las mujeres queden rezagadas en los últimos lugares.
Mientras que la paridad horizontal no solo busca la paridad numérica y de alternancia en la postulación de candidatos, sino que promueve la igualdad de género en los resultados de la elección, y exige que las mujeres ocupen los primeros lugares de las listas para que tengan oportunidades reales de ser electas.
Así lo indica el artículo del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) titulado: El efecto de los mecanismos de paridad vertical y horizontal en la representación política en Costa Rica: el caso de las elecciones legislativas de 2018; documento elaborado por la politóloga Tatiana Benavides Santos.
“Sin la existencia de estos mecanismos estaríamos viendo algo diferente, menos mujeres en política y puestos de decisión. No solo se trata de llegar sino de permitir o facilitar mecanismos para que más mujeres puedan ocupar más puestos de esa envergadura”, comentó Ronald Alfaro, politólogo e investigador del Programa del Estado de la Nación.
Desde 1953 el Directorio Legislativo registra un total de 408 puestos de los cuales solo 78 diputadas lograron acceder a ellos, lo que significa una participación del 19%. El cargo que más ocuparon las mujeres en los últimos 68 años fue el de vicepresidentas. (ver gráfico).
El presente periodo legislativo (2018-2022) no solo tendrá la mayor cantidad de mujeres presidentas del Congreso, sino que desde el inicio promovió la participación de las diputadas en puestos clave.
Durante el 2018 cinco mujeres dominaron el Directorio Legislativo, lo que significó el 83% de representación femenina.
En este momento Carolina Hidalgo ostentó la silla presidencial, la vicepresidencia quedó a cargo de la socialcristiana María Inés Solís; Yorleny León de Liberación Nacional y Shirley Díaz ocuparon la primera y la segunda prosecretaria; mientras que Ivonne Acuña de Restauración Nacional obtuvo la segunda secretaria.