América Latina habría sufrido un retroceso de 12 años en pobreza y de 20 años en pobreza extrema en el 2020 debido al impacto de la pandemia del Covid-19, alcanzando niveles similares a 2005, de unas 210 millones personas.
“La pandemia irrumpe en un escenario complejo en la región en términos de bajo crecimiento que se mantiene por varios años, la pobreza había estado aumentando”, dijo Alberto Arenas, director de la división de desarrollo social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El especialista indicó que la situación laboral empeoró en el sector informal y en las labores de cuidado y servicio a cargo de las mujeres, en este caso por la sobrecarga.
Arenas agregó que también se profundizaron las brechas y desigualdades estructurales en los países de la región.
La pandemia también afectó a 168 millones de estudiantes de la región por el cierre de los centros educativos. Los estudiantes de los estratos más bajos son los que sufren mayores barreras para estudiar en línea, pues en algunos países la cobertura digital alcanzaba solamente el 30%.
“Es decir, la pandemia tiene efectos desreguladores en distintas dimensiones, no solamente en el aislamiento, en salud, sino también en el sector educativo y laboral”, acoto Arenas, durante el foro virtual “A un año del COVID-19: Impactos y desafíos para el desarrollo social de América Latina”, realizado por la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo).
Aunque los países de la región llevaron a cabo estrategias de emergencia para menguar la crisis, para superar la situación sufrida —durante el periodo de cuarentena y medidas estrictas de contención por la pandemia el pasado año— se necesita la solidaridad internacional y regional, especialmente para que el acceso a las vacunas contra Covid-19 sea equitativo y eficiente.
“Sin salud no hay recuperación. Sin tener controlada la crisis sanitaria no va a existir una recuperación económica sostenible en la región”, afirmó Arenas.
El especialista indicó que podrían ocurrir algunos brotes de recuperación, pero que sin un control sobre la pandemia será imposible la mejoría sostenible para la región.
Arenas sostiene que la CEPAL propone mantener estas iniciativas en el presente año.
“Seguimos hablando de emergencia en el 2021 y estamos pasando de una emergencia a una crisis prolongada que se genera, desde la crisis sanitaria a los ambiental, económico y político”, dijo.
Recalcó que las condiciones vistas durante el 2020 todavía existen y, por tanto, las acciones de protección social de emergencia deben ser mantenidas y rediseñadas debido al creciente desafío de la sostenibilidad.
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