Si se hace una búsqueda sencilla en Google existen cientos de entradas sobre birth tourism (turismo de nacimiento, turismo de maternidad o turismo de parto, en español): una polémica práctica que mezcla embarazos y nacimientos con viajes y trámites migratorios.
Agencias de turismo incluso ofrecen planes para programar partos en distintas ciudades, en donde es posible que el recién nacido obtenga un segundo pasaporte si nace en su territorio.
El asunto también se ve en noticias de medios de comunicación.
LEA MÁS: 50.000 extranjeros se han naturalizado costarricenses en la última década; vea de qué países vienen
A inicios de 2023, el diario inglés The Guardian incluso profundizó sobre el caso de mujeres rusas en Argentina, en donde se detectaron ingresos de varias mujeres, al mismo tiempo y en los mismos vuelos, en búsqueda de una segunda nacionalidad para sus hijos en suelo sudamericano. Hasta marzo del año pasado, las autoridades migratorias argentinas contabilizaban en su territorios más de 10.000 ingresos en los últimos 12 meses.
Sin embargo, este no es el único caso famoso de este tipo de prácticas. Por ejemplo, años atrás también fueron populares los viajes de mujeres chinas a Estados Unidos en búsqueda de otra nacionalidad para su hijo, así como para eludir las restricciones de “hijo único” impuestas por la nación asiática en varias de sus ciudades entre los años 1980 y el 2015.
Los objetivos del “turismo de parto” son de los más diversos. Pueden ser en beneficio único de los hijos, aunque también podría ayudar a los padres. EF le explica de qué se trata, cuáles países lo ofrecen y cuál es el caso de Costa Rica.
Opciones
Existen múltiples países que ofrecen su ciudadanía para las personas que nacen en el país, sin mayores restricciones adicionales, de manera inmediata o con el paso del tiempo.
Según un recuento hecho por la organización Nomad Capitalist, que promueve la reubicación geográfica para obtener ventajas socioeconómicas, la mayoría de los países que ofrecen su nacionalidad de esta forma están en el continente americano.
Entre ellos, el sitio menciona casos como los de Argentina, Brasil, Panamá, Uruguay y Estados Unidos.
También hay pocos países fuera de América que reconocen la nacionalidad de la misma manera. Ellos son Paquistán y algunas islas del Pacífico, como Fiji.
Otros países también ofrecen su ciudadanía por nacimiento, pero también solicitan requisitos adicionales relacionados con el domicilio usual de los padres o con el estado legal de su residencia. Tal es el caso de múltiples países europeos.
Dar un doble pasaporte a un hijo no solo implica otorgarle la posibilidad de tener dos refugios en su vida o eventualmente la posibilidad de reunificar la familia en otro territorio, sino que además brinda ventajas al hijo como poder ingresar a más lugares sin tener que disponer de una visa. Algunos de los pasaportes de América como los de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Chile o Argentina permiten ingresar sin visa a más de una centena de países.
“Algunos podrían buscar asegurar una vida mejor para sus hijos en un país con más oportunidades económicas, educativas y profesionales. Otros podrían estar buscando un camino para ellos y otros miembros de su familia para inmigrar legalmente más adelante (...) Participar en el turismo de nacimiento proporciona al recién nacido una ciudadanía alternativa y podría agilizar el proceso de naturalización de los padres, según el país”, señala el portal especializado, VisaIndex.com.
¿Y en el caso de Costa Rica?
¿Cuáles condiciones impone el país a personas extranjeras que nacen en Costa Rica para obtener su nacionalidad? y ¿pueden las personas costarricenses aspirar por una doble nacionalidad? Veamos.
Extranjeros en Costa Rica
Costa Rica es uno de los países que ofrece la nacionalidad por nacimiento a hijos de padres extranjeros. Es una de las formas de obtener la ciudadanía que establece la Constitución Política.
Así lo establece el artículo 13, el cual señala que es costarricense por nacimiento: “el hijo de padres extranjeros nacido en Costa Rica que se inscriba como costarricense, por voluntad de cualquiera de sus progenitores mientras sea menor de edad”. También abre la puerta para que sea la propia persona la que pida ser inscrita ante el Registro hasta los 25 años, cuando ya es mayor de edad.
El mismo artículo también indica que será costarricense por nacimiento “el hijo de padre o madre costarricense nacido en el territorio de la República”, “el hijo de padre o madre costarricense por nacimiento, que nazca en el extranjero, y se inscriba como tal en el Registro Civil” o “el infante, de padres ignorados, encontrado en Costa Rica”.
Costarricenses en el extranjero
Las personas costarricenses también pueden acceder a una segunda nacionalidad sin ningún problema, sin perder la nacionalidad costarricense.
La Constitución Política establece en su artículo 16 que la nacionalidad “no se pierde y es irrenunciable” desde la aprobación de la Ley 7.514 en el 6 de junio de 1995.
Viajes caros
Si bien la mayoría de los países que ofrecen nacionalidad por nacimiento están relativamente cerca de Costa Rica, viajar con este fin puede salir especialmente caro aún si los tiquetes aéreos son de bajo costo.
Por ejemplo, un parto natural en Estados Unidos puede costar casi $20.000 a través de los grandes planes de seguro de ese país, según un reciente estudio de la Kaiser Family Foundation citado por la agencia de noticias Bloomberg.
En la mayoría de países de América Latina conviven sistemas públicos y privados de salud, con costos menores que los estadounidenses. Sin embargo, se debe tomar en cuenta el costo de una estancia suficiente en el país de destino para todo el proceso previo al parto y de su respectiva recuperación.
Usualmente una mujer embarazada puede viajar en avión hasta unas cuatro semanas antes de su parto (aunque siempre es preferible el consejo de un médico para cada caso) y la recuperación de un parto natural puede tardar de cuatro a ocho semanas, en casos normales.
Críticas
El fenómeno del “turismo de parto” ha desatado críticas en múltiples países receptores de este tipo de “turistas”. Sobre todo, cuando se percibe como una forma de migrar irregularmente.
Por ejemplo, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a ser cuestionado públicamente por el uso del término anchor baby (“bebé ancla”), el cual ha sido acuñado por grupos organizados en contra de los flujos migratorios en el país norteamericano en alusión a los hijos de personas migrantes que, desde su punto de vista, terminan ayudándoles a formalizar su situación a través de procesos de reunificación familiar.
No obstante, esta visión ha sido descrita como discriminatoria y engañosa por parte de grupos defensores de derechos humanos; pues un ciudadano estadounidense solo puede patrocinar la ciudadanía de sus padres hasta cumplir los 21 años.
Aún así, en 2020, Estados Unidos restringió su otorgamiento de visas para mujeres embarazadas y también ha castigado a agencias que ofrecen estos servicios. Si bien que una mujer dé a luz en su territorio no es delito, sí ha sido considerado como tal la oferta de planes por parte de terceros para facilitar esa práctica.
En algunos países de América Latina como Brasil y Argentina, según artículos de BBC Mundo, los procedimientos de residencia y ciudadanía para los padres pueden ser más expeditos.
El turismo de maternidad también fue criticado el año pasado por las autoridades argentinas de entonces, con la llegada de las mujeres rusas. En una entrevista con la cadena TN, la entonces directora de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), Florencia Carignano, aseguró que la llegada de mujeres de alto poder adquisitivo no sería negativa si llegan a “vivir, radicarse, trabajar en Argentina, criar a sus hijos en Argentina”, pero en realidad “llegan, tienen a los hijos, los anotan como argentinos, dejan un poder a los apoderados, se van de Argentina y no vuelven más”.
A pesar de las críticas, el birth tourism es una práctica que existe desde hace años y sigue vigente.