El mercado laboral costarricense continúa achicándose: en el trimestre de setiembre, octubre y noviembre de 2023 la fuerza de trabajo se redujo en 253.000 personas en comparación con el mismo periodo del año anterior.
En esta caída el grupo más afectado parece ser el de las mujeres: 158.000 de ellas abandonaron el mercado mientras que los hombres fueron 95.000, según los últimos datos de la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), publicada este enero.
Estos números se tornan más preocupantes cuando se toma en cuenta que las mujeres tienen una menor tasa neta de participación en comparación con los hombres: 40,3% contra 66,1%. Es decir, el género menos activo laboralmente fue el que más salidas del mercado tuvo.
El INEC consideró que hubo una disminución “estadísticamente significativa” en este indicador, ya que la tasa neta de participación se redujo en 5,4 puntos porcentuales (p.p.) para los hombres y en 8,3 p.p., para las mujeres en cuestión de un año.
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Problemas en el mercado laboral
El mercado laboral, en general, ha dejado un sabor agridulce en el último año. La tasa de desempleo bajó del 11,6% al 7,2%, lo que equivale, según cálculos del INEC, a que 128.000 personas salieron del desempleo. El problema es que salir del desempleo, en estadística, no significa exclusivamente que las personas encontraron un puesto de trabajo, sino que puede suceder también cuando ya no son laboralmente activas, ya sea por retiro de edad o porque renunciaron a buscar trabajo.
Esto último es lo que pareciera que está sucediendo en gran medida, principalmente porque los datos de pensionados no han incrementado en el mismo ritmo. Además, la pirámide generacional no se habría invertido lo suficiente todavía como para que los puestos de trabajo de jubilados no sean tomados por las nuevas generaciones.
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De las 128.000 personas que ya no están consideradas como desempleadas, 27.000 fueron hombres y 101.000 mujeres, una proporción semejante a la que abandonó la fuerza laboral y que pareciera apuntar hacia ese mercado femenino más lastimado.
Actualmente se está dando un fenómeno donde se ha reducido al mismo tiempo la tasa de ocupación (personas ocupadas como porcentaje de la población en posición de trabajar) como la tasa de participación (fuerza de trabajo como porcentaje de la población en posición de trabajar. Estos dos indicadores se han reducido en 3,7 p. p. y 6,8 p. p. en comparación con el mismo trimestre del año anterior.
Lo curioso es que este fenómeno se dio posterior a una leve recuperación que hubo después de la pandemia.
En otras palabras, el país recuperó puestos de trabajo (aunque no todos) y luego los volvió a perder entre el 2022 y el 2023.