Rodrigo Chaves ganó la Presidencia de Costa Rica con una diferencia a nivel nacional de 109.000 votos de acuerdo a los últimos datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), pero tres provincias le dieron la mayor ventaja.
Chaves cultivó en Alajuela, Limón y Puntarenas una ventaja de votos conjunta de 116.000 que se compensó con pérdidas en San José y Cartago, donde se impuso su contrincante José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN).
En esta ocasión, las tres provincias costeras coincidieron con el resultado a nivel nacional, pues en las últimas dos elecciones se decantaron por candidatos que finalmente perdieron la elección y que son, por lo general, figuras que intentan alejarse de la política tradicional.
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Pero la característica que marca a las costas es el abstencionismo. En Guanacaste, Puntarenas y Limón más del 50% de los electores se abstuvieron de votar, un resultado que se profundizó con respecto a la primera vuelta.
Mientras tanto, el PLN perdió terreno en algunos de sus territorios tradicionales y su estrategia no le dio los frutos necesarios para triunfar en la segunda ronda.
EF acudió a Alfonso Rojas, politólogo y especialista en datos, para analizar algunos números de la elección.
Las provincias
En los resultados generales, Chaves se impuso en cinco provincias: Alajuela, Heredia, Guanacaste, Puntarenas y Limón; Figueres se hizo con solo dos provincias: San José y Cartago.
El Partido Progreso Social Democrático (PPSD) de Chaves logró darle la vuelta al resultado en Alajuela, pues el PLN ganó en ese territorio en la primera ronda con 20.000 votos de más. Chaves recibió en Alajuela la mayor diferencia de votos, pues ganó con poco más de 50.000 sufragios a su favor.
En Puntarenas y Limón, el PPSD se ubicó en tercer y cuarto lugar en la primera vuelta, respectivamente. En ambas había triunfado el Partido Nueva República (PNR) de Fabricio Alvarado. De nuevo, Chaves se hizo con esos votos más conservadores y ganó en las dos provincias con una ventaja de 32.000 y 34.000 votos.
“Esas son las provincias que le dieron la victoria a Chaves, pero es tan marginal la diferencia que un cambio de 30.000 o 40.000 votos ya pone la elección cerrada”, comentó Rojas.
Heredia y Guanacaste fueron terrenos liberacionistas en la primera ronda, cuando el PPSD se posicionó en tercer lugar en ambas. Pero dos meses después el panorama dio un giro y Chaves venció en las dos provincias aunque con una diferencia más cerrada: 6.005 y 13.769 votos, respectivamente.
Por su parte, el PLN logró mantener San José, provincia en la que ganó en primera ronda con 78.000 votos más que el segundo lugar, el PPSD. Pero esa diferencia se acortó a poco más de 15.000 votos en el balotaje.
En Cartago, Figueres sacó 37.000 votos de ventaja sobre Chaves en la primera ronda, cuando el partido del presidente electo ocupó la cuarta posición. Los verdiblancos mantuvieron la provincia pero con una diferencia de solo 10.221 sufragios.
Es decir, en las provincias que ganó Figueres, lo hizo con una menor distancia comparado a la ventaja que tuvo Chaves en las otras provincias donde ganó, especialmente Alajuela, Puntarenas y Limón.
Según publicó esta semana el diario La Nación, Chaves ganó en 53 de los 82 cantones: triunfó en todos los municipios de Limón y Puntarenas, mientras en Alajuela y Guanacaste solo perdió en Zarcero y Nandayure, respectivamente. Feudos importantes de Chaves fueron cantones como Pérez Zeledón, Pococí o los de la Zona Norte.
Foco en las costas
En la primera ronda del 2014, las tres provincias costeras se decantaron por el entonces candidato Johnny Araya, del PLN. Pero ese resultado se revirtió en el desempate dos meses después, cuando Luis Guillermo Solís del Partido Acción Ciudadana (PAC) ganó en las siete provincias.
No obstante, esa elección tuvo la particularidad de que Araya renunció a la campaña a mitad de camino hacia la segunda ronda.
Cuatro años después, Fabricio Alvarado, entonces candidato de Restauración Nacional, ganó en primera ronda en las tres provincias y mantuvo Puntarenas y Limón en la segunda vuelta.
Este año, Figueres triunfó en Guanacaste y Alvarado lo hizo en esas dos mismas provincias, pero Chaves terminó venciendo en las costas.
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Guanacaste, Puntarenas y Limón –y especialmente estas últimas dos– se han decantado en las últimas elecciones por candidatos que se desmarcan de la política tradicional y se presentan como “nuevas” opciones, en rechazo a las élites y la corrupción.
En esta ocasión el resultado en estas provincias coincidió con el desenlace nacional, lo cual podría acercarlos al Gobierno Central pero también le da a Chaves una mayor responsabilidad de responder a esas expectativas.
Para el politólogo, una decepción en las costas podría reforzar la falta de legitimidad que viene pasándole factura a Zapote y profundizar la tendencia abstencionista.
La sombra abstencionista
La característica que marca a Guanacaste, Puntarenas y Limón es el abstencionismo.
Esta estadística aumentó en todas las provincias en la segunda ronda con respecto a la primera, pero en las costas se disparó por sobre el 50%. En Limón creció cuatro puntos porcentuales hasta el 53%.
Esa poca afluencia de votantes provocó que Chaves haya sido electo en esas provincias con una porción muy baja del padrón, y no necesariamente por un apoyo masivo.
Por ejemplo, en la provincia caribeña estaban inscritos 294.954 electores y 83.357 le dieron su apoyo al presidente electo, lo que representa un 28,3% del padrón electoral limonense.
Las otras cuatro provincias registraron un abstencionismo inferior al promedio nacional. Cartago fue la que tuvo mayor participación.
Pérdida del PLN
Figueres perdió, aunque por poca diferencia, dos provincias que previsiblemente le eran más fáciles de ganar: Heredia y Guanacaste.
El voto urbano se inclinó en mayor medida por el verdiblanco, pero no lo suficiente para compensar la pérdida de costas y en el norte de Alajuela.
EL PLN apeló en la primera parte de la campaña justamente al voto urbano, más liberal, pero a mitad de camino dio un giro hacia un tono más conservador, en un guiño a los grupos fabricistas. Estrategia de “abarcar mucho” que, más bien, lo debilitó, según Rojas.
“Si Figueres hubiera reforzado esa estrategia urbana, habría recolectado más voto del Frente Amplio y el Liberal Progresista que le pudo haber permitido ganar la elección”, afirmó el politólogo y analista de datos.