Los nuevos casos de coronavirus cayeron a cero en China por primera vez el sábado, pero aumentaron en la India, y los enfermos abrumaban los hospitales de América Latina, tanto en países laxos con respecto a las cuarentenas como en los que han recibido elogios por adoptar medidas firmes y tempranas de distanciamiento social.
En otros lugares, muchos gobiernos están flexibilizando las restricciones a medida que enfrentan recesiones históricas provocadas por la batalla global contra la pandemia de COVID-19. En apenas unos meses, la enfermedad ha matado al menos a 338.000 personas en todo el mundo e infectado a más de 5,2 millones, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins, que se basa en cifras oficiales, aunque los expertos creen que los números reales son mayores.
La persistencia de la pandemia ha colocado a las autoridades en medio del dilema de encontrar el equilibrio entre la urgencia de reactivar la economía y el temor a los riesgos para la salud.
Un vistazo al mundo
En Estados Unidos, las medidas de control interrumpieron el fin de semana alargado por el Día de los Caídos en Guerras o “Memorial Day”. Es el día en el que Estados Unidos conmemora a los hombres y mujeres de sus fuerzas armadas que murieron mientras estaban en servicio y se celebra el último lunes de mayo. La pandemia también interfirió en las celebraciones colectivas en todo el mundo musulmán que marcan el final del mes sagrado del Ramadán.
América Latina es el nuevo epicentro mundial del coronavirus y los expertos han recalcado los límites de acción de los gobiernos en una región donde millones de personas tienen empleos informales y muchas fuerzas policiales son débiles o corruptas y no pueden imponer restricciones.
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Los dos países más poblados de la región —México y Brasil— batieron sus marcas de infectados y muertos casi a diario esta semana, alimentando las críticas hacia sus presidentes, que han aliviado las cuarentenas en un intento de limitar los daños económicos. Sin embargo, la tasa de infecciones también aumentó en países que anteriormente fueron elogiados por la imposición de cierres de negocios y cuarentenas tempranas y enérgicas, como Perú, Chile y Ecuador, donde las unidades de cuidados intensivos estaban abrumadas por el alto número de enfermos.
Brasil confirmó un total de más de 330.000 casos, superando a Rusia para situarse como la segunda nación con mayor número de afectados, solo por detrás de Estados Unidos, que tiene 96.000 decesos y 1,6 millones de contagios, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins. Brasil también registró más de 21.000 fallecidos, aunque los expertos creen que la cifra es mayor.
El gobierno del presidente Jair Bolsonaro prorrogó el cierre de todas sus fronteras por 30 días.
La decisión aplica tanto a las fronteras terrestres como las aéreas, y excluye el tráfico comercial. Brasileños y residentes en el país quedaron exceptuados en la decisión, publicada en el Diario Oficial el viernes por la noche, al aducir “razones sanitarias”.
En Estados Unidos, algunas regiones se están abriendo más rápido que otras, mientras el presidente Donald Trump presiona para que las autoridades estatales y municipales se muevan más rápido en el levantamiento de las medidas de control. Las cavas en California se están preparando para volver a recibir visitantes a partir de la semana próxima y los casinos de Las Vegas podrían reabrir el 4 de junio.
Mientras los estadounidenses honran a sus militares en el largo fin de semana del Día de los Caídos, algunas familias planean visitar playas o parques nacionales por primera vez desde que apareció el virus.
David Bernhardt, secretario del Interior —equivalente a un director del Departamento de Recursos Naturales, pues supervisa oficinas como el Departamento de Administración de Tierras, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) y el Servicio del Parques Nacionales— tenía previsto visitar el Gran Cañón el sábado. El equipo especial de la Casa Blanca de lucha contra la pandemia de coronavirus sugirió usar utensilios desechables en las comidas campestres y marcarlos para que las personas sólo toquen los suyos.
Estados Unidos ha sido el país más afectado, con más de 96.000 muertes entre sus 1,6 millones de casos confirmados, seguido por Rusia y Brasil, según el recuento de Johns Hopkins.
China no reportó ningún contagio el sábado por primera vez desde el inicio de la pandemia que surgió allí a finales del año pasado.
En Corea del Sur hubo 23 nuevos casos, en su mayoría en la densamente poblada área metropolitana de la capital, Seúl, donde las autoridades cerraron miles de clubes nocturnos, bares y salas de karaoke para frenar las transmisiones.
A principios de marzo, Corea del Sur reportaba alrededor de 500 nuevos casos diarios hasta que comenzó a utilizar una agresiva política de rastreo y pruebas para estabilizar el brote. Más de 200 de los últimos contagios estaban ligados a personas que acudieron a clubes nocturnos en el área metropolitana de Seúl cuando la nación comenzó a aliviar las restricciones.
En Japón, un grupo que representa a camareros de bares y trabajadores del sector del ocio nocturno presentó sus pautas para proteger a los trabajadores con la reapertura, como que lleven mascarilla, hagan gárgaras cada 30 minutos y desinfecten los micrófonos de los karaokes después de cada uso.
El Banco de Japón, que recientemente anunció medidas para facilitar los préstamos en la tercera economía del mundo, dijo en un comunicado conjunto con el gobierno que “trabajaremos juntos para que la economía japonesa vuelva a una sólida trayectoria de crecimiento después de la pandemia”.
El número de nuevos casos diarios en el país se redujo a dobles dígitos, y las muertes relacionadas con el virus están por debajo de las 800.