El tránsito lento que hoy experimentan los conductores al pasar por el puente de la Ruta Nacional 32, cerca del Estadio Ricardo Saprissa, podría mejorar en setiembre del 2020. Fecha estimada en la que se estrenaría el nuevo puente sobre el río Virilla.
La modernización es vital porque la estructura actual es insuficiente para atender los 34.000 vehículos que la transitan diariamente.
Además, no tiene capacidad para atender la carga adicional de contenedores que viajarán hasta Limón con la apertura de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM).
Desde marzo, la obra se construye al costado oeste del puente actual. La infraestructura tendrá tres carriles que se sumarán a los dos existentes para aliviar a los conductores provenientes de Santo Tomás, San Luis, Santo Domingo, San Isidro y San Rafael de Heredia, así como Tibás.
Entre las ventajas que traería la ampliación están el aumento de la capacidad instalada y que la estructura generará redundancia. Es decir, en caso de accidente o futuras labores de reforzamiento, no se tendrá que cerrar el paso y habrá carriles habilitados para el fluido vehicular, según Olman Vargas, director del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).
Aunque la nueva infraestructura mitigará el impacto vial, no es la solución definitiva y requiere de una atención integral de la zona.
“El puente nuevo está involucrado en una serie de obras adicionales que en conjunto genera un efecto real en el descongestionamiento, en los tiempos de mejora y en calidad de vida”, afirmó Carlos Jiménez, ingeniero del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
La ampliación de los puentes de la ruta 107 que pasan detrás del restaurante la Casa de Doña Lela sobre los ríos Virilla e Ipís, son parte de esas obras complementarias.
Aunado a eso, se deberá de agrandar el puente sobre el río Tibás y el tramo comprendido entre la Neón Nieto en Tibás y Santo Domingo de Heredia.
A pesar de que se necesitan otras obras para dar un alivio más sustantivo a los conductores, el puente nuevo es considerado como la clave en ese conjunto de proyectos.
Compleja edificación
La construcción de la infraestructura, que dio inicio en marzo de este año, requiere de un complejo proceso por la distancia que existe con el río Virilla y la topografía del terreno.
Para el levantamiento del puente paralelo se utilizará la técnica de voladizos sucesivos que permite construir en la altura y que garantiza que no sea necesario intervenir los carriles del puente actual.
Como parte del proceso se deberá realizar la estabilización de taludes, sobre todo en la parte inferior del puente y en las cercanías del río.
El proyecto deberá tener una pendiente máxima de 15% para garantizar la entrada y salida de maquinaria especializada para los montajes y colados de concreto.
Además, se edificarán accesos temporales a ambos lados del río para la elaboración de las pilas que tendrán 50 metros de altura.
El proyecto es gerenciado por la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops, por sus siglas en inlgés) y la construcción está a cargo del Consorcio Virilla 32. El financiamiento proviene del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
La modernización del nuevo puente sobre el río Virilla forma parte de la ampliación de la Ruta Nacional 32 y es parte de las acciones que la administración Alvarado Quesada realiza para la reactivación de la economía nacional.