Los conteos previos —a cinco días de la sesión del Plenario de este 1.° de mayo, en la cual se renovarán los principales puestos de poder de la Asamblea Legislativa— todavía no permiten confirmar cuáles partidos dirigirán el Congreso ni quien ocupará su presidencia durante la legislatura que irá de mayo de 2024 a abril de 2025.
Rodrigo Arias, diputado y exministro de la Presidencia del Partido Liberación Nacional (PLN), parece estar muy cerca de lograr un tercer mandato en Cuesta de Moras; sin embargo, no es el único contendiente y esta vez ha tenido más problemas para reunir los votos necesarios que en las dos ocasiones anteriores.
¿Cómo llega el Congreso a este 1.° de mayo? ¿Qué ha pasado en el último mes y qué tan lejos o qué tan cerca está Arias de un tercer mandato? EF le resume los principales eventos de la contienda y le explica sus implicaciones, hasta ahora.
La cronología
Las negociaciones de cara al 1.° de mayo en el Congreso suelen empezar con más antelación de la que reconocen públicamente sus interlocutores. No obstante, las declaraciones públicas al respecto toman fuerza en el mes anterior a la cita.
4 de abril: Búsqueda de reelección
Justo en los primeros días de abril, se activaron los primeros anuncios oficiales de cara a la renovación del Directorio Legislativo en Cuesta de Moras. El 4 de abril, la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) designó a Rodrigo Arias como su candidato a buscar la presidencia del Congreso por tercer año consecutivo.
Según el jefe de fracción liberacionista, Óscar Izquierdo, la decisión se tomó por “consenso”; a pesar de que el diputado desamparadeño Gilbert Jiménez propuso su nombre para el cargo, por considerar que la candidatura de Arias estaba desgastada.
8 de abril: Débil recuento
Unos días después, el propio Arias confirmó que solo tenía asegurado el respaldo de 17 de los 19 diputados de su fracción para el 1.° de mayo, pues Gilbert Jiménez y la alajuelense Montserrat Ruiz dudaban de respaldarle. Esto implicó para Arias empezar su camino con una brecha de 12 votos frente a los 29 que se requieren.
9 de abril: Contendiente socialcristiano
Junto con el anuncio de Arias, la fracción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) confirmó que también aspiraría a la presidencia legislativa. Como su candidato designaron al exalcalde de Belén, Horacio Alvarado.
La elección interna del PUSC también tuvo cierto nivel de complejidad, pues la legisladora Vanessa Castro quiso postularse. Ella, sin embargo, dijo desde el 7 de marzo pasado que “el gobierno, a través de doña Pilar Cisneros, manifestó que estaba vetada” para ese puesto y que así se lo hizo ver su fracción.
9 de abril: Surge alianza
Más tarde se hicieron públicos los acercamientos entre el PUSC, el Partido Liberal Progresista (PLP) y el Partido Nueva República (PNR) para formar una alianza en torno a la candidatura de Horacio Alvarado.
12 de abril: La reunión sin resultados
El PUSC, el PLP y el PNR necesitaban el respaldo de los diputados afines al gobierno para alcanzar los 29 necesarios para dirigir el Congreso, siempre que no se presentaran divisiones internas.
Sin embargo, la reunión del bloque con el presidente Chaves que se desarrolló el 12 de abril dejó más dudas que resultados concretos.
Al finalizar el encuentro, el Gobierno no se manifestó mayormente y los congresistas indicaron que no se tomó ningún acuerdo.
Antes de la reunión, Horacio Alvarado había manifestado su anuencia a poner en discusión temas de interés para el Ejecutivo durante su eventual gestión como presidente legislativo, incluida la venta del Banco de Costa Rica (BCR). Pero estas declaraciones no allanaron el camino para un respaldo oficialista.
16 de abril: Dudas en la Unidad
Las aspiraciones socialcristianas se empezaron a tambalear días después. El 16 de abril, el jefe socialcristiano Alejandro Pacheco reconoció que dos de los nueve diputados de su bancada todavía no decidían si apoyarían a Horacio Alvarado. Ellos eran Vanessa Castro y Carlos Felipe García, quienes intentaron sin éxito aspirar por la presidencia del Congreso y la jefatura de la bancada, respectivamente.
17 de abril: Las declaraciones del presidente
Tanto Arias como Alvarado reconocían el valor de obtener los votos oficialistas para ganar la presidencia del Congreso. Sin embargo, un evento terminó marcando distancia entre ambos bloques y el Ejecutivo.
El 17 de abril, el presidente Rodrigo Chaves arremetió contra los diputados del PLN, Katherine Moreira y Geison Valverde, así como contra la contralora general Marta Acosta, durante un evento organizado por el propio Ejecutivo en Limón. En un discurso acalorado, acusó a los congresistas de olvidarse de su provincia y a la contralora de ponerle trabas a proyectos importantes para su población.
Esta situación generó un nuevo punto de giro sobre las negociaciones legislativas.
Por un lado, el diputado Eliécer Feinzaig calificó las palabras de Chaves como “muy graves” y agregó que “no podía seguir en una negociación (con el Ejecutivo) en estas circunstancias”. Por otro, el liberacionista Rodrigo Arias canceló una reunión que tenía programada con el presidente Chaves para el 19 de abril, tras reclamarle “los ataques verbales infundados que procuran socavar la independencia de la Asamblea Legislativa o de la Contraloría”.
22 de abril: Arias prescinde del oficialismo
El presidente Chaves reaccionó diciendo que Arias seguramente había actuado presionado por su fracción a la hora de cancelar la reunión y dijo que le dejaba la puerta de Casa Presidencial abierta al liberacionista, en caso de que quisiera reprogramar el encuentro.
Sin embargo, el 22 de abril, Rodrigo Arias anunció que descartaba los votos del oficialismo para reelegirse.
23 de abril: El vuelco de Nueva República
En medio de este ambiente enrarecido, un nuevo evento modificó el conteo de votos de cara al 1.° de mayo.
A una semana de la sesión solemne, el PNR sorprendió y anunció que había renunciado a apoyar una alianza con el PUSC y el PLP, y más bien se había decantado por la continuidad de Arias.
Fabricio Alvarado, diputado y fundador de la agrupación, dijo que “el Gobierno de la República necesita de un directorio que, aunque de oposición, tenga la serenidad para promover la negociación y la búsqueda de soluciones”, y eso lo ofrecería una propuesta de Nueva República y Arias.
Este vuelco del partido fabricista fue sorpresivo, tomando en cuenta el reciente tono confrontativo y crítico de Nueva República con el PLN. Pero le quitó siete votos a la alianza de socialcristianos y liberales; y se los sumó a Arias, que ahora mismo toma la delantera.
23 de abril: ¿Falsa oposición?
El Frente Amplio criticó la alianza de Arias con Nueva República y dijo ver una “coreografía” para ocultar el apoyo del Gobierno y del presidente Chaves a Arias. A través de un comunicado, los frenteamplistas dijeron que el partido de Fabricio Alvarado ha sido una de las bancadas “que más ha actuado alineada” al Ejecutivo y que tampoco hay señales de que el actual presidente del Congreso haya perdido el respaldo oficialista, con el que fue elegido en 2022 y 2023 (más allá de si finalmente lo hacen público con sus votos en este 2024 o no).
No es claro que el FA pueda incidir en favor de algún contendiente. Esta agrupación descartó apoyar a Arias, a quien consideran un débil representante de la oposición frente a las derivas “autoritarias” del presidente Chaves. Pero también tiene claras diferencias ideológicas con las demás agrupaciones del Congreso, las cuales le aislan, y sobre todo con el Ejecutivo.
25 de abril: Arias aún más cerca
La diputada Montserrat Ruiz anunció que superó sus dudas sobre dar su respaldo para la reelección de Rodrigo Arias. Con ello, se sumó a la las diputadas Luz Mary Alpízar y María Marta Padilla (electas por el Partido Progreso Social Democrático pero disidentes del oficialismo), y pasó a formar parte de un grupo de 27 legisladores que apoyan al actual jerarca del Congreso para seguir en el cargo.
El procedimiento y las dudas
Para ser electo en los cargos de poder del Congreso, incluida la Presidencia, quien se candidatea debe obtener el apoyo de la mitad más uno de los diputados presentes en el momento de la votación. Esto quiere decir que se necesitan 29 votos cuando asisten los 57 legisladores, como suele ocurrir cada primer día de mayo.
Sin embargo, si ninguno de los aspirantes consigue los 29 respaldos necesarios, los votos nulos se le suman a quien lidera la contienda en el momento del desempate. De este modo se definió la presidencia legislativa en 2019, por poner un ejemplo, cuando el legislador evangélico Gonzalo Ramírez logró dejarse el cargo de la mano del Partido Liberación Nacional (PLN), in extremis, frente al entonces oficialista Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC).
Hasta el momento, ni Rodrigo Arias ni Horacio Alvarado cuentan con los 29 votos que necesitan para hacerse con la presidencia del Congreso. No obstante, el primero tiene la delantera y eso podría valerle.
El actual presidente legislativo contabiliza 27 congresistas de su lado hasta el momento; y podrían sumarse Gilbert Jiménez, el otro diputado liberacionista que dudaba en respaldarlo, o los socialcristianos que tampoco estaban seguros de apoyar a Horacio Alvarado.
De mantenerse esta relación de fuerzas, el PUSC y el PLP tendrían un escenario mucho más complejo para impulsar a Horacio Alvarado o cualquier otro candidato. Para superar a Arias, su única vía pasaría por conseguir votos de diferentes fuentes; incluidos eventuales disidentes del grupo que actualmente respalda a Arias, de legisladores del Frente Amplio o de los diputados afines al presidente Chaves: una amalgama que se ve compleja de configurar. Hasta ahora, liberales y socialcristianos apenas suman 13 votos estables y sus opciones de acceder al poder del Congreso parecen sumamente limitadas. Sin embargo, hasta el momento, ni socialcristianos ni liberales han comunicado que desistan de sus aspiraciones.