En los próximos 17 meses el ministro de Comercio Exterior, Andrés Valenciano, deberá potenciar la Inversión Extranjera Directa (IED) fuera del Gran Área Metropolitana (GAM). Aunque el objetivo es loable, la tarea no es sencilla, pues se deberán superar lastres como bajar el costo de la electricidad, mejorar la infraestructura, elevar el nivel de la mano de obra y llevar conectividad a todos los rincones del país.

Estos son los desafíos que por años han rezagado la inversión fuera de las fronteras del Valle Central.

El pasado 23 de noviembre, día en que se dio a conocer el nombramiento de Valenciano, el presidente de la República le instruyó priorizar su gestión en la atracción de inversión, generación de empleo, encadenamientos y capacidad exportadora a todos los territorios.

Pese a los desafíos las empresas también vislumbran oportunidades para llevar sus operaciones a zonas rurales, como Guanacaste. Los incentivos que brindan el régimen de zonas francas o la posición geográfica, hacen de Costa Rica una nación óptima para invertir.

El promedio de la IED fuera de la GAM desde el 2015 es del 16% respecto a la inversión total, según cálculos hechos por EF con datos proporcionados por la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).

Desafíos

Durante el 2020 la IED fuera de la GAM permitió crear 465 empleos nuevos, de acuerdo con la Coalición. A pesar de las oportunidades que representa llevar inversión a las zonas rurales primero se deben superar lastres estructurales.

“Como país tenemos que llevar conectividad a todos los rincones del país, mejorar la infraestructura, bajar el costo de la electricidad. Pensemos que estas empresas, como Coca Cola o Mexifrutas, son altamente automatizadas y eso significa que hay gran dependencia en la energía eléctrica”, comentó Jorge Sequeira, director general de Cinde.

Reducir el costo de la tarifa eléctrica es uno de los principales reclamos del sector productivo durante años. El Gobierno trabaja sobre el tema desde hace meses pero los empresarios aún no sienten alivio.

Desde enero de 2019 el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) realiza una hoja de ruta para darle una estabilidad financiera a la entidad y además producir un impacto positivo en las tarifas.

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En setiembre el Gobierno incorporó la disminución de los costos de la energía en la propuesta inicial que pretendía llevar al Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese entonces Pilar Garrido, ministra de Planificación y coordinadora del equipo económico, explicó que se pretende una rebaja en el precio final que ronde entre el 5% y el 20%.

El valor de las tarifas eléctricas se asocia directamente con la mano de obra no calificada que existe fuera del Valle Central, pues la mayoría de empresas que pueden contratar a este tipo de personal son las de la industria agrícola, y al ser altamente automatizadas dependen mucho de la energía eléctrica.

Tal es el caso de Mexifrutas que en el 2019 anunció una inversión de $20 millones en Siquirres para una planta de procesamiento de frutas, y que en una primera etapa dio trabajo formal a más de 130 personas. La empresa de origen mexicano inició operaciones formales en este 2020.

El país acaba de dar un importante avance para mejorar el nivel de mano de obra, pues el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) ya vio aprobada su reforma en segundo debate en la Asamblea Legislativa el pasado 7 de diciembre. La aspiración es que a través de este cambio se pueda mejorar la enseñanza del inglés en las comunidades rurales.

Costa Rica tiene salarios mínimos altos para el empleo no calificado comparado con otros países de Centroamérica y algunas regiones de México, indicó el director general de Cinde; factor que también le resta competitividad al país en materia de inversión en áreas rurales.

Oportunidades

Así como existen amarras también se vislumbran oportunidades; y el reacomodo que muchas empresas han hecho a nivel global durante la actual crisis sanitaria, representa una oportunidad de oro para Costa Rica, según Valenciano.

Una oportunidad que el país podría aprovechar en el mediano plazo es la industria del cáñamo pues se puede enfocar en dos vías: la investigación y el desarrollo. Legalizar este cultivo podría generar empleo en áreas fuera de la GAM, pues se requiere contratar de mano de obra no calificada para el área agrícola. Así lo indicó el director general de Cinde.

En la corriente legislativa hace fila el proyecto de Ley de Producción de Cannabis y Cáñamo para Fines Medicinales (expediente 21.388), sin embargo, la iniciativa aún no ha sido convocada por el Poder Ejecutivo en las sesiones extraordinarias.

A pesar de los retos que hay en las zonas rurales hay varios casos de éxito.

Tal es el caso de la planta de Coca Cola, una de las más modernas del mundo, y que inició operaciones a finales del 2019. Esta operación requirió de un perfil de empleados variado entre personal técnico, operarios y científicos; la empresa estimó un total de 130 operadores para cuando las operaciones estuvieran al 100%, según consta en una nota del diario La Nación del 13 de enero de 2020.

Sykes y Amazon son otros ejemplos de empresas que expandieron operaciones en diversos puntos del país.

Amazon lo hizo con el teletrabajo y registró 1.550 personas que laboran de manera virtual en Pérez Zeledón, San Ramón, San Carlos, Limón, Puntarenas, Pococí, Turrialba, Palmares y Liberia; según Yahaira Barquero, Gerente de Promoción de inversión y Desarrollo de Capacidades fuera de GAM de Cinde.

Por su parte, la empresa de servicio al cliente, Sykes, expandió sus operaciones a Liberia y contratará a cerca de 600 personas en los próximos 18 meses.

Fuera de la GAM existen empresas de manufactura liviana, servicios, industria de procesamiento alimentario e infraestructura turística. Este año cuatro compañías iniciaron operaciones, se trata de: Avantica, ubicada en Liberia y San Carlos; Growth Acceleration Partner, instalada en San Carlos; Mexifrutas en Siquirres; y Confidencial en Pérez Zeledón.

En el 2019 solo una compañía inició operaciones en zonas rurales, se trata Quantum Free Zone en Limón. Por lo que la inversión en regiones no urbanas tuvo un crecimiento del 300% en este 2020.

La IED fuera de la GAM aporta un total de 3.660 empleos, 465 puestos nuevos se crearon en este 2020 lo que representó el 13% del total.