Los índices de fecundidad —el promedio de hijos estimados por mujer en un determinado territorio— se comportan de forma diferente en todos los países del planeta. Naciones Unidas, sin embargo, señala una tendencia: “los países con mayores niveles de fecundidad suelen ser los de menor renta per cápita”.
Esto se refleja en el mapa del mundo. Las tasas más altas se observan en países del centro de África, donde algunas naciones tienen registros similares a los que tuvo Costa Rica hace seis décadas, mientras que las más bajas se ven en Asia, Europa y algunos países de América.
A nivel mundial, la tasa se estima en 2,25 por mujer en 2023, según los registros más recientes recolectados por la División de Población de las Naciones Unidas (ONU). Esto quiere decir que la población mundial seguiría creciendo en las próximas décadas, aunque con aportes diferentes a ese crecimiento por parte de cada unidad territorial.
Las estimaciones de la ONU señalan que el mundo alcanzaría los 8.500 millones de habitantes en 2030, los 9.500 millones en 2050 y los 10.400 millones en 2100, aunque el organismo internacional reconoce “cierto margen de error”.
“Los resultados”, advierte, “se basan en la variante media de la proyección de fecundidad, que contempla un descenso de la fecundidad en los países donde aún predominan las familias numerosas y un ligero aumento en países en los que la media de fecundidad es inferior a dos hijos por mujer”. Asimismo, "se prevé que mejoren las posibilidades de supervivencia en todos los países”.
¿Cómo se compara el índice de fecundidad de Costa Rica con el resto del mundo? y ¿cuán tarde o cuán temprano empiezan a tener hijos los costarricenses? Estas son las estadísticas mundiales y lo que nos dicen al respecto.
Fecundidad ultrabaja
Si se quisiera resumir la situación de Costa Rica en relación con el resto del mundo, se podría decir que el país tiene una tasa de fecundidad relativamente baja, pero que la edad media de las mujeres en el país para tener todos sus hijos es temprana.
En cuanto a la tasa de fecundidad, el registro costarricense (1,33) es menor que el mundial (2,25) y el latinoamericano (1,81). En América, solo Chile tiene un registro menor (1,17).
La tasa de fecundidad o de fertilidad estima el promedio de hijos e hijas que tendrían las mujeres, al finalizar su periodo fértil, en cada territorio. Este es un indicador con múltiples usos, entre ellos, determinar los niveles de reemplazo generacional. Si el número asciende por encima de 2,1 se considera que hay en marcha un reemplazo positivo y si no, entonces negativo.
El registro costarricense también se encuentra por debajo del promedio de los países de renta media (2,10); y se acerca más al promedio de países de renta alta (1,47) que a los de renta baja (4,53), como también pasa en Uruguay y Chile.
En Costa Rica, el número viene en caída desde la década de los 1960. El registro llegó a superar los 7 hijos e hijas por mujer por aquellos años; pero desde 2004 es menor a 2,1. Es decir, se encuentra por debajo de la tasa de reemplazo generacional.
Los números de Costa Rica son bajos y desde 2020 incluso entraron en la categoría “ultrabaja”, según ha explicado el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC): una denominación que se aplica cuando la tasa cae por debajo de 1,5.
En cuanto a la edad media de fecundidad, la cifra costarricense es relativamente baja en la comparación mundial.
La edad media de la fecundidad, o edad esperada de fecundidad, representa la edad a la que tienen sus hijos o hijas las mujeres, en promedio, por cada territorio. Según los datos recolectados por la ONU, el registro de Costa Rica es bajo a nivel mundial (28,2), aunque mayor que el de América Latina (27,5).
Según el Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (UCR), este número no suele variar mucho entre poblaciones y, “por lo general, se concentra entre los 26 y los 30 años”.
Además, es influenciado por la cantidad general de hijos que tienen las mujeres en cada país.
Los niveles de fecundidad tienen múltiples implicaciones para la economía de un país. Una tasa baja, como la de Costa Rica, conduce al envejecimiento paulatino de la población, lo cual aumenta la presión sobre los sistemas de pensiones y los servicios de salud públicos.
Asimismo, este fenómeno se puede relacionar con una desaceleración de la productividad económica, aunque los efectos se pueden contrarrestar parcialmente por medio de fenómenos migratorios, como ya ocurre en múltiples países de Europa.
Una alta fecundidad, por su parte, puede dinamizar la economía; pero también puede tener desventajas. Por ejemplo, usualmente presiona al alza la demanda de recursos y de servicios públicos, lo cual puede resultar excesivo y derivar en condiciones de pobreza cuando dichas necesidades no se logran satisfacer. Esta es la realidad de múltiples países en el centro de África, actualmente.