Imagínese una carretera indispensable para transitar que a mitad de camino tiene un muro que dificulta el paso. La pared es puerto Caldera, y las dos vías en colapso son el punto de atraque y la carretera de ingreso terrestre donde los tiempos de espera son extensos.
Cuando se da el colapso en carretera lo normal es que los conductores busquen vías alternas, en este caso los buques buscan puertos alternos. En lo que llevamos del año cuatro buques graneleros ya han optado por moverse de puerto e ingresar por Moín, a la vez empiezan a llegar los buques carreros (transportan vehículos) que normalmente atracaban en el Pacífico.
La ralentización de los procesos no toma por sorpresa al sector de comercio, era algo que ya se veía venir al conocerse que puerto Caldera, en el Pacífico, llega a superar hasta el 100% de capacidad de espacio en patios y el 95% en puestos de atraque.
“Los barcos de carga general, los que traen carros y algunos graneleros pueden pagar entre $10.000 y $30.000 de fondeo”, indicó una agencia marítima que prefirió mantener el nombre en anónimo. El fondeo es un espacio de anclaje en el que los buques esperan hasta el atraque en el puerto.
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El 88,8% de las importaciones llegan vía marítima, y lo hacen principalmente por el Pacífico debido a que es la conexión estratégica con Asia. Ante el aumento en los tiempos de espera y en el costo a pagar, algunos sectores ya han recurrido a otros puertos para ingresar al país o cambian el origen de la mercancía a países, que por su ubicación, tengan una conexión práctica con Limón.
“Los periodos de espera en buques graneleros no se va a lograr corregir hasta que se haga la inversión de aumentar las capacidades del muelle”, afirmó Wagner Quesada, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense De Puertos Del Pacífico (Incop), quien comentó que el muelle de Golfito podría recibir carga mientras se realizan las modernizaciones en Caldera.
Huida de clientes
Los granos, la carga suelta y los vehículos son algunos de los productos que ingresan por puerto Caldera. Pero la dinámica está dando un giro y ahora los buques evitan el alto congestionamiento que representa la terminal del Pacífico.
Los megagraneleros empezaron a llegar el año pasado a la terminal Gastón Kogan, operada por la estatal Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
“En los últimos seis meses se han atendido ocho buques graneleros que originalmente serían atendidos en Caldera y en el último año cinco barcos carreros adicionales que han tenido que utilizar el puerto de Limon como puerto de descarga alternativa del puerto de Caldera”, informó Japdeva a EF.
Para el presidente de Incop la llegada de graneleros a Moín se debe más a la situación del Canal de Panamá que a los problemas de Caldera. La vía del país vecino del sur reporta demoras debido a problemas con el abastecimiento de agua, y algunos importadores han tomado la decisión de trabajar sus operaciones de graneleros por Moín.
El jueves 11 de abril del año en curso llegó a Japdeva un megabuque con 9.000 toneladas de maíz y 700 toneladas de soya para consumo nacional. Si bien es un negocio que se está explorando en Moín, también sucede porque Caldera no da más.
El pasado 16 de marzo llegaron 663 unidades de transporte a Moín en el buque Florida Highway. Japdeva reveló que clientes como Purdy Motor “han considerado a Japdeva como un puerto seguro para atender el ingreso de sus vehículos”.
Un buque carrero puede transportar hasta 1.500 vehículos, pero descargar en Caldera se vuelve una odisea en la que los precios van incrementando. “Los mismos dueños de carros y los mismos clientes míos de carreros están buscando cómo no venir a Costa Rica y cómo irse para Nicaragua o para Panamá. Ver cómo descargan los carros allá y se los traen de manera terrestre”, indicaron desde la agencia marítima.
La directora de la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria (Aivema), Liliana Aguilar, confirmó que se han desviado vehículos a Panamá, Colombia y pasando el Canal de Panamá con entrega en Limón. Además, el traslado de cada vehículo se ha incrementado hasta más de $300.
La representante de Aivema contó a EF que algunas navieras han remitido cartas donde indican que no realizará escala en Costa Rica. “Es una lamentable situación que impacta al sector automotriz”, dijo Aguilar.
Crisis anunciada
La Sociedad Portuaria de Caldera (SPC), concesionaria encargada de la administración del puerto, ya había advertido de lo que pasaba en Caldera. La crisis se debe a que la infraestructura no da a basto para operar en medio del crecimiento del flujo comercial con Asia.
La infraestructura del puerto está obsoleta y no es para menos. Su construcción data de la década de los 80 cuando los buques comerciales eran más pequeños que los actuales.
Su calado fue hecho para embarcaciones pequeñas y esto obliga a que la mercadería destinada a Costa Rica deba ser transbordada en México o Panamá a naves que puedan atracar en el puerto nacional.
Las condiciones del puerto ralentizan la operatividad. Mientras en Caldera los procesos de liberación de mercancías pueden demorarse hasta 15 o 22 días, en las terminales en el Caribe el mismo proceso puede tardar cuatro días..
El plan de contingencia, que consiste en predios o puestos transitorios, se traduce en mayor tiempo de espera para los exportadores e importadores, ya que la carga pasa del buque al predio y sacarlo de ahí suma días al proceso. Se pueden tardar hasta diez días en sacar la carga, según dijo a EF en febrero anterior Line Brix, encargado de compras e importaciones de Importadora Química del Norte.
En el 2018 la SPC entregó un plan de modernización al Incop, pero no llegó a más. Ahora, tras la insostenibilidad del puerto, Incop y la concesionaria llegaron a una conciliación en la que SPC invertirá $5,5 millones en el mantenimiento de las instalaciones en lo que resta de la concesión, es decir de aquí a agosto de 2026.
“Dada la antigüedad de puerto y de cara a la finalización del periodo de concesión en el año 2026, se acordó incrementar significativamente el monto de mantenimiento en lo que resta de la concesión, en pro de garantizar que, al momento de la entrega de las instalaciones, estas se encuentren en buen estado, teniendo en cuenta el deterioro natural por el uso de las mismas”, subrayó la SPC.
Una vez que inicie el periodo de la nueva concesionaria se dará el banderazo de salida a las obras de modernización. Mientras se da esa reestructuración, la operación en Caldera se verá aún más reducida, por lo cual las autoridades planean trabajar en el acondicionamiento del muelle de Golfito para atender la necesidad.
“Ese muelle perfectamente podría estar atendiendo de una a dos naves con carga granel, aceros, hierro fundamentalmente o eventualmente vehículos”, expresó Quesada, quien admitió que uno de los mayores retos será evitar que los trabajos de modernización afecten la operación en Caldera.
El viernes 12 de abril Incop informó que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) publicó la licitación pública denominada Acondicionamiento de Nuevos Patios para Puerto Caldera. Esto tiene como fin crear nuevos patios con mayor capacidad que den un poco de respiro a los puntos de ingreso y salida al puerto, tomando en cuenta que la operación de Caldera puede deteriorarse aún más cuando se de el servicio de ferri entre Costa Rica y El Salvador.