El tiempo apremia y Costa Rica debe buscar alternativas para demostrarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) que puede pagar el Crédito de Servicio Ampliado por $1.750 millones. Ante el ruido que produjo la idea de gravar las transacciones bancarias, el Gobierno valora hacer una reingeniería del Impuesto del Valor Agregado (IVA).
La posibilidad de cambiar las reglas de un impuesto ha rondado los reflectores del debate en torno a las maltrechas finanzas públicas y ahora retomó impulso en la mesa de diálogo multisectorial.
Para negociar un tema que es escabroso, el Poder Ejecutivo presentó dos propuestas el miércoles 18 de noviembre.
La primera consiste en incrementar el IVA de la canasta básica tributaria del 1% al 7%, con la devolución del 8% a los cuatro deciles con menos ingresos y que generaría un rendimiento del 0,24% del Producto Interno Bruto (PIB); la segunda propuesta eliminaría todas las tasas diferenciadas (que se cobran a la canasta básica, seguros, educación y seguros) para nivelar todos los porcentajes al 13%.
Bajo este escenario se haría una devolución del 110% a los cuatro grupos de hogares con menores ingresos y tendría un rendimiento neto del 1,14% del PIB.
Estas son solo dos propuestas y todas las cartas están sobre la mesa para meterle bisturí a un impuesto que aún no cobra madurez en el país, pues se recauda desde julio de 2019.
En esta crisis económica sin precedentes, subir impuestos no es la única solución; al unísono Costa Rica debe controlar el gasto para salir de este problema estructural.
Propuestas
Pilar Garrido, coordinadora del equipo económico y ministra de Planificación, manifestó en setiembre que el país debe optar por una propuesta que genere rendimientos similares a gravar las transacciones financieras, en caso de que esta propuesta no prosperara. Con la llamada Tasa Tobin, el Poder Ejecutivo pretendía recaudar cerca del 3% del PIB.
Para comenzar hay que tener presente que en esta crisis es ineludible un aumento en los impuestos, y por supuesto, una reducción en los gastos. “El país iba a tener que ajustar el IVA tarde o temprano”, afirma Rocío Aguilar, exministra de Hacienda.
Más allá de recomendar una tasa, tanto Aguilar como Francisco de Paula Gutiérrez, exministro de Hacienda y exjefe del Banco Central, consideran que es vital emparejar la tasa del impuesto y eliminar las tarifas diferenciadas. Tal y como lo contempla una de las propuestas del Gobierno.
Ambos exministros coinciden en que se deberían incorporar mecanismos de devolución para los grupos más vulnerables.
También se deberían eliminar todas las exoneraciones como las que se contemplan para los sectores de construcción y turismo, a criterio de Aguilar. Durante esta crisis a estas dos industrias se les aprobaron nuevas leyes para extender el plazo de las exoneraciones y las tarifas diferenciadas.
“Se pueden buscar otras formas de colaboración como los fondos de avales pero no vía impuestos”, agregó la exministra de Hacienda.
Emparejar todas las tasas al 13% y subirlas paulatinamente hasta alcanzar el monto máximo fijado, es otra recomendación de Aguilar. Por ejemplo, si se concluye que el IVA debe ser del 16% primero se podrían emparejar los porcentajes y luego subirlos.
El incremento podría ser de forma anual o de acuerdo a indicadores de crecimiento.
Bajar la tasa del IVA al 9% y nivelar todas las tarifas es la consideración que hace Edgar Robles, director de postgrado de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica (UCR). Pues así se lograría una mayor recaudación que con una tasa del 13% y las tarifas diferenciadas actuales.
También se debe recordar que cuando se discutía la reforma fiscal, hoy Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (N° 9.635), el entonces diputado Ottón Solís promovía una moción para elevar la tasa del impuesto al 16% para sanear las finanzas públicas.
No subir el IVA más que los vecinos centroamericanos es la recomendación de Abelardo Medina Bermejo, coordinador del área macrofiscal del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi). En Guatemala la tasa des del 12%, en El Salvador es del 13%, en Honduras del 15% (18% para combustibles), en Nicaragua del 15% y en Panamá del 7%.
Ahora bien, para que el IVA rinda en la misma proporción que el impuesto a las transacciones bancarias, este debería de tener una tasa del 20%, indicó el ministro de Hacienda, Elian Villegas, en entrevista a este medio en setiembre anterior.
En los próximos días la discusión se concentrará en cuánto se debe subir el IVA. De momento lo que se sabe es que por cada punto porcentual que se aumente el impuesto, este rendiría 0,4% del PIB, según la coordinadora del equipo económico.
Esto significa que por cada punto que se aumente se recaudarían ¢111.084 millones, según el cálculo hecho por EF. Para llegar a esa cifra se utilizó el PIB del 2020 que es de ¢27,7 billones y que contempla la contracción del 4,5%, de acuerdo a la proyección del Banco Central de Costa Rica (BCCR). Ver tabla con cálculos de recaudación.
Los exministros de Hacienda también coinciden en que el incremento del impuesto se debe hacer de forma permanente.
Mientras que Ottón Solís, actual jerarca del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y quien promovía el aumento del IVA durante la discusión en la Asamblea Legislativa, manifestó que el aumento podría ser temporal y luego podría bajarse cuando disminuya el peso de la deuda respecto al PIB.
Por ejemplo, se podría volver a la tasa original del 13% cuando la deuda tenga un peso menor al 60% respecto a la producción nacional. Solís manifestó que es necesario que el país aumente el impuesto para que pueda honrar sus deudas, incluidas las que tiene con el BCIE.
Recorte al gasto
Para estabilizar la economía es necesario que el país no solo aumente impuestos sino que también deje atrás su adicción al gasto.
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Ponerle freno al crecimiento de los gastos corrientes mediante la aplicación de la regla fiscal, es un buen paso aunque solo eso no es suficiente, considera Gutiérrez. Reducir el tamaño del Estado y eliminar instituciones que realizan las mismas funciones es algo que el Poder Ejecutivo debería de contemplar.
“No es una cosa inmediata pero sí deberíamos abocarnos a ver si necesitamos cuatro o cinco instituciones para manejar vivienda, por ejemplo. Está el INVU, el Banhvi, Fodesaf, el Ministerio de la Vivienda, uno no necesita tanto”, puntualizó.
Eliminar las exoneraciones es otro paso pues estas generan mucha opacidad.
Para hacer sostenible el nivel de deuda también se debe hacer más eficiente el gasto, recaudar mejor los impuestos y procurar que la deuda no sea tan cara pues Costa Rica ostenta la tasa implícita más alta de la región, según el coordinador del área macrofiscal del Icefi.
Con el fin de mejorar la recaudación fiscal, y evitar la evasión y elusión, el Ejecutivo impulsa el expediente 22.016, proyecto conocido como Hacienda Digital para el Bicentenario, que se aprobó en primer debate.
La iniciativa consta de un crédito por más de $156 millones con el Banco Mundial para revisar y actualizar 59 sistemas informáticos del Ministerio de Hacienda.