La crisis socioeconómica en Nicaragua deja una profunda huella en las exportaciones costarricenses, al primer semestre del 2019 las ventas hacia ese país cayeron a su punto más bajo en los últimos diez años y esta contracción generó un efecto dominó sobre el resto del istmo.
Una caída del 13% en las ventas hacia el país vecino en los primeros seis meses del año refleja la recesión que vive la economía nicaragüense, la cual es reconocida por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) como uno de los factores que incide en el poco crecimiento de la producción nacional, que para este año se estima en 2,2%.
A junio las transacciones hacia Centroamérica se contabilizaron en $1.184 millones y cayeron 3% con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando la cifra fue de $1.122 millones , de acuerdo a cifras de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Cobros arbitrarios por cada unidad de transporte que pasa por Nicaragua, la falta de un ferri que lleve los productos vía marítima a la región, la baja en el tipo de cambio y el alto costo de las tarifas eléctricas son algunos de los dolores que enfrentan el sector.
El efecto dominó
La recesión de Nicaragua se refleja en las cifras de exportación. Las ventas cayeron 13% al primer semestre del año cuando el monto total exportado fue de $237.473, mientras que en el mismo periodo del 2018 el país recibía divisas por $271.286, según Procomer.
Nicaragua representó en los primeros seis meses del 2019 el 20% del total de las ventas hacia el mercado centroamericano, el indicador más bajo de los últimos diez años.
Las compras en los hogares nicaragüenses se reducen producto de la crisis y por eso los productos importados –como los costarricenses– sufren las consecuencias, manifestó Mario Montero, presidente ejecutivo de la Cámara Costarricense de Industria Alimentaria (Cacia).
Para este año la tasa de desempleo abierto en Nicaragua oscilaría entre el 7,5% y el 8,5%, lo que implicaría un crecimiento de dos a tres puntos porcentuales pues en el 2018 el indicador fue del 5,5%, según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
La recesión en el país vecino causó un efecto dominó sobre la región. En El Salvador se dio una disminución del 4% en el monto total exportado durante el primer semestre del 2019, cuando se registraron $156.186 versus los $162.462 en el mismo periodo del 2018.
También se dio un decrecimiento del 0,03% en las transacciones hacia Honduras donde las ventas dejaron divisas por $200.472 en el periodo mencionado.
Mientras que en las otras naciones se dieron crecimientos muy discretos. El mayor dinamismo se registró en Panamá y fue del 0,56%, para un monto total exportado de $297.040. Por su parte, Guatemala se mantuvo estable con un tímido crecimiento del 0,22% en los primeros seis meses del año y con divisas por $292.985.
Iniciar con la Declaración Única Centroamericana (DUCA) también colaboró en la contracción, explicó Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
“La implementación del trámite de exportación mediante el DUCA-T a partir de mayo anterior provocó grandes dificultades en las exportaciones a toda la región durante tres semanas al imposibilitar el flujo normal de mercancías”, agregó Bonilla.
La DUCA-T se utiliza para el traslado de mercancías por vía terrestre.
Los desafíos
La contracción que produce Nicaragua en la región afecta a las pequeñas y medianas empresas que representan cerca del 77% de las compañías que exportan a la región, según Cadexco.
Uno de los desafíos que han encontrado los empresarios es el cobro “arbitrario” de $50 por cada unidad de transporte que ingresa a Nicaragua, ya sea que tenga como destino final dicho país o alguno del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), dijo Bonilla.
Situación que se evitaría si estuviera habilitado el ferri que va hasta Puerto La Unión en El Salvador. Precisamente transportar las mercaderías vía marítima es un gran reto para comercializar productos, comentó Jorge Mora, director comercial de Alzu S.A.
Esta empresa produce alimentos tostados, como plátano, yuca y malanga, y se colocan en el mercado centroamericano a través de Pricesmart, y con exportaciones directas y bimensuales hacia El Salvador.
Alzu S.A. podría tener mayor participación en el mercado centroamericano si el Gobierno lograra activar el ferri hasta El Salvador. Esta idea se consideró en el 2018 cuando estalló la crisis.
“Ahí veíamos una oportunidad porque El Salvador se podía convertir en un centro de acopio desde donde se podían desplegar los productos hacia al Triángulo Norte, sin embargo, la idea nunca se plasmó”, agregó Mora.
Para Alzu S.A la mayor afectación para el traslado de mercancías se dio durante la crisis del conflicto nicaragüense, en ese momento la empresa no tuvo pérdidas de producto y ahora la comercialización sigue su curso normal.
Otros desafíos que enfrentan los exportadores son viejos conocidos. El tipo de cambio a la baja, es uno de ellos, lo que implica que por cada venta que se realiza, los empresarios reciban menos colones. Así como el alto costo de la tarifa eléctrica.