Los habitantes de un cantón de la provincia de San José gozan del mayor desarrollo humano de Costa Rica, en comparación con el resto de municipios. Otro cantón josefino y uno herediano completan el top 3.
Esta conclusión se deriva del más reciente informe del Atlas de Desarrollo Humano Cantonal 2022, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y presentado este martes 13 de junio.
El estudio se construyó con datos del 2020, por lo que sus resultados reflejan la situación de los 82 cantones en ese momento, el primer año de la pandemia de la covid-19 que obligó a cierres de comercios y restricciones de movilidad que se tradujeron en dificultades económicas para muchas familias.
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Los recién creados cantones de Monteverde y Puerto Jiménez aún no aparecen en la lista de forma independiente.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medida resumen que se construye con tres componentes. El primero es el de vida larga y saludable, que se mide a través de la esperanza de vida; el segundo es el de educación, que usa dos indicadores: años esperados y años promedio de escolaridad; y el último es el componente de nivel de vida digno, que utiliza el indicador del ingreso per cápita por hogar y el consumo eléctrico, como aproximación al bienestar económico.
Los tres componentes se calculan para cada cantón y se ponderan para formar un índice que va de 0 a 1, siendo 0 el desarrollo más bajo y 1 el desarrollo más alto.
Según el informe 2022, tres cantones vecinos conforman el núcleo de mayor desarrollo humano del país. El primer lugar es para Santa Ana, que alcanza un valor de 0,871. A este le sigue Escazú, que puntúa 0,867, y finaliza en tercer lugar el cantón de Belén, con un índice de 0,858.
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Santa Ana ostenta esa primera posición por tercera vez consecutiva, tras desbancar a Belén.
En total, cinco cantones josefinos y cinco heredianos se ubican en los primeros 10 lugares de la lista.
La realidad opuesta la protagonizan principalmente territorios de las tres provincias costeras y la Zona Norte.
Matina mantiene el menor índice de desarrollo humano, con una calificación de 0,579, lugar que ocupa desde hace siete informes. A este cantón limonense lo acompañan La Cruz y Talamanca en el fondo de la tabla.
La Unión aparece como el municipio con el mayor índice de la provincia de Cartago y ocupa la casilla 11 a nivel nacional, mientras el cantón de Alajuela es el número uno en esa provincia y el 19 general.
En Guanacaste, el mejor posicionado es Abangares (posición 48); Golfito (45) es el que presenta el desarrollo humano más alto en Puntarenas; y en la provincia de Limón la mejor situación se registra en Siquirres (46).
A nivel provincial, todos los cantones de Cartago y Heredia –a excepción de Sarapiquí– están por encima del promedio nacional. La situación opuesta está presente en las provincias costeras (Guanacaste, Puntarenas y Limón), en las que todos sus municipios se ubican por debajo de esa línea.
Por categorías, 16 cantones están en la franja de desarrollo humano muy alto, que son aquellos con un índice de 0,800 y más. Un mayor grupo de 40 territorios están en el intervalo entre 0,700 y 0,799, que son los de alto desarrollo humano.
Otros 26 cantones cuentan con un desarrollo humano medio, que están por encima de 0,550. Ningún municipio presenta un bajo desarrollo humano.
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De vuelta al 2014
Los datos del IDH cantonal reflejan que en 2020 el promedio nacional dio varios pasos atrás por primera vez desde que se mide el índice.
El valor cantonal promedio se ubicó en 0,737, mientras en 2019 estuvo en 0,756. El dato del 2020 es similar al 0,733 reportado en el 2014.
Además, la cifra de personas que viven en cantones con desarrollo humano muy alto se redujo del 29,6% en 2019 al 18,9% en 2020.
Esta regresión tiene sus causas en una leve caída de la esperanza de vida, pero principalmente en un descenso del bienestar económico.
“La disminución en el IDH en 2020 se explica principalmente por una afectación en el bienestar material cantonal promedio en Costa Rica, lo cual tiene su correlato en la disminución sufrida en el promedio de ingreso per cápita del hogar cantonal estimado en el país”, explica el informe.
Ese ingreso pasó de ¢367.660 mensuales en 2019 a ¢317.099 en 2020, una reducción del 13,8%.
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El PNUD agrega que este resultado es coherente con lo registrado por otros indicadores que mostraron un incremento de la pobreza, una disminución de los ingresos y, en general, una situación económica desfavorable que se agudizó con la pandemia.
Por el contrario, el índice de conocimiento, que reúne los años esperados y años promedio de educación, muestra un ligero incremento entre 2019 y 2020, a pesar de las dificultades educativas producidas por la pandemia. Esto continúa con una tendencia que se mantiene desde inicios de la década anterior.
La esperanza de vida es la dimensión que puntúa más alto de los tres que forman el IDH cantonal, lo que significa que es el componente que más pesa en el desarrollo humano a nivel cantonal y a nivel país.
En segundo lugar está el índice de conocimiento y el último es el componente que mide la vida digna.