La ruta de victoria para la elección presidencial en los Estados Unidos se resume en una fuerte disputa en nueve estados, conocidos como los Battlegrounds (campos de batalla).
El presidente de los Estados Unidos y aspirante republicano, Donald Trump, tratará de replicar la conquista que logró en 2016 en estas regiones; mientras que el exvicepresidente demócrata, Joe Biden, emprendió una fuerte ofensiva este fin de semana acompañado por Barack Obama.
En los comicios del 2016 Trump ganó en Florida, Arizona, Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Iowa y Ohio. Las últimas encuestas publicadas por medios de comunicación estadounidenses reflejan que Biden tiene ventaja en algunas de estas regiones.
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Una encuesta publicada por el New York Times, este domingo 1.° de noviembre, revela que Biden tiene una clara ventaja sobre Trump en cuatro campos de batalla, se trata de los estados más decisivos para las presidenciales.
La medición muestra que Biden tendría el apoyo de votantes que no participaron en los comicios del 2016. El demócrata supera al mandatario estadounidense en los campos de batalla del norte: Wisconsin y Pensilvania. También encabeza en el Sun Belt, sobre todo en los estados claves de Florida y Arizona.
La encuesta realizada por el New York Times y Siena College, refleja que la ventaja de Biden en Wisconsin le da mayoría de 52% contra 41% en favor de Trump.
La lucha más fuerte en los Battlegrounds se reduce de nueve a seis estados: Arizona, Florida, Michigan, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. A la vez, dentro de estos territorios, hay 20 condados que ayudarán a decidir cuál candidato gana suficientes votos para llegar a la Casa Blanca por los próximos cuarto años.
El pulso por Florida
El sureño estado de Florida es uno de los campos de batalla electorales más calientes y decisivos. La contienda presidencial será muy similar a la del 2016, pero la composición de los votantes cambiará, según las encuestas.
El republicano Trump puede acreditarse con seguridad el apoyo de los votantes rurales y los hombres blancos, mientras que Biden prácticamente se asegura el respaldo de las mujeres y los votantes negros del estado.
Las últimas mediciones anticipan que es muy poco probable que el demócrata repita el sólido apoyo que consiguió Hillary Clinton entre los latinos en las elecciones del 2016. Por esa razón, el exvicepresidente de Obama apuesta por votantes blancos que respaldaron a Trump en los comicios de hace cuatro años, sobre todo los suburbanos de mayor edad.
Encuestas publicadas en la última semana, antes de la votación del 3 de noviembre, le conceden a Biden una ventaja de entre tres y seis puntos porcentuales sobre Trump en Florida, el estado que definió al presidente en las últimas seis elecciones.
Un elemento que no se puede obviar es que en el 2016 Trump ganó Florida gracias al respaldo de los votantes indecisos que tomaron una posición a última hora. Las encuestas de la Universidad de Monmouth y Marist College, revelaron que hay un 2% de electores que están en esta situación.
Al 30 de octubre, casi ocho millones de personas ya habían emitido su voto anticipado, esto representa más del 80% de los electores que participaron en la elección del 2016 en ese estado.
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Trump tiene el reto de ganar en los condados de Miami Dade (donde los republicanos perdieron desde 2008), Pinellas (donde ganó por un punto en 2016) y Osceola (donde también perdió en la elección pasada).
Rust Belt
En el Rust Belt, una zona que agrupa a los estados del centro-noreste con un enfoque industrial, se encuentran los decisivos territorios de Michigan, Pensilvania, Minnesota y Wisconsin.
Las encuestas ponen a Trump por debajo en estos cuatro estados del cinturón industrial. Eso sí, una simulación del medio FiveThirtyEight concluyó que si el republicano desea mantenerse en la Casa Blanca debe ganar obligatoriamente los estados de Florida, Arizona y Carolina del Norte.
En el caso de Pensilvania, Trump obtuvo la victoria en el 2016 por una mínima diferencia de votos, de 40.000 sufragios que representan el 0,7%, contra Clinton.
Pensilvania tiene dos enormes ciudades demócratas que son los condados de Chester y Filadelfia, donde los demócratas ganaron sin problema en el 2016.
Michigan, un estado de tradición demócrata, fue una de las grandes sorpresas hace cuatro años cuando le dio a Trump la victoria con una diferencia de apenas 0,3 puntos porcentuales (menos de 10.700 votos).
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Este estado votó por candidatos presidenciales desde 1972 y hasta 1988, pero desde Bill Clinton (1992) se convirtió en un Blue Wall (muro azul) donde los demócratas siempre encontraban el apoyo.
Las encuestas le dan la ventaja a Biden por 51% frente al 45% para Trump.
En Wisconsin Trump tiene un panorama incierto, se trata de un estado con una población blanca que supera el 80%. Sin embargo, las encuestas le dan una ventaja de 10 puntos porcentuales a favor de Biden.
Este estado industrial votó por demócratas entre 1988 y 2012, pero en la elección del 2016 se volcaron en favor del republicano.
Las encuestas ponen a Biden con 52% frente a Trump con 42% en este estado. En los comicios de hace cuatro años el republicano ganó con 47,2% frente al 46,5% que obtuvo Hillary Clinton.
Mientras que en Arizona, un estado de fuerte tradición republicana, Trump también va abajo en las encuestas con un 45% frente al 49% de su rival demócrata.
Hace cuatro años el presidente ganó por una diferencia de 3,5 puntos porcentuales, una de las victorias más estrechas de las últimas décadas. Uno de los factores que explican el cambio para la elección 2016, es el rápido crecimiento de la población latina que pasó del 15% en el 2000 al 24% en la actualidad.
Carolina del Norte
Se trata de un territorio republicano. De hecho, los demócratas solo ganaron en 2008 cuando Barack Obama se proclamó presidente.
Este estado tiene ciudades con grandes comunidades de votantes negros, profesionales moderados y estudiantes universitarios; al mismo tiempo, cuenta con condados rurales, con población más blanca y conservadora.
La diversidad en Carolina del Norte plantea un verdadero e incierto reto para los dos candidatos. Las últimas mediciones dan la victoria a Biden (49%).
Trump debe asegurarse el triunfo en este estado para seguir en la Casa Blanca.
En términos electorales, Carolina del Norte se considera un estado púrpura por la combinación uniforme de votantes de ambos partidos.
El territorio tiene un 62% de votantes blancos con corte conservador y evangélico. Además, incluye un segmento importante de personas progresistas con educación universitaria y el 20% de los votantes registrados son negros.