El proyecto de ley de renta global dual (22.393), que se tramita actualmente en la Asamblea Legislativa, aumentaría la cantidad de contribuyentes en un 15% - unas 44.555 personas- en comparación con los trabajadores que actualmente pagan el impuesto de renta según se desprende de una investigación elaborada por Andrés Fernández Aráuz, economista, investigador y estadístico; en exclusiva para EF.
Esta iniciativa, que nació en las mesas de diálogo multisectorial coordinadas por el Gobierno a finales del año pasado, arribó a Cuesta de Moras el 22 de enero y ya registra un texto sustitutivo, presentado el 5 de febrero del 2021.
¿Pero, cuál es el impacto de esta iniciativa? El plan pretende dar un mismo tratamiento a los ingresos de los asalariados y de las personas físicas con actividad lucrativa. Al mismo tiempo modifica los tramos del tributo, con lo cual algunos trabajadores engrosan las filas de los contribuyentes mientras que otros las abandonan.
El Ejecutivo incluyó la propuesta como uno de los siete proyectos necesarios para implementar un plan de ajuste fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Por su parte, el Ministerio de Hacienda sostiene que con este mecanismo tributario se dará una reducción en la desigualdad de ingresos porque se cobrará más a quienes perciben mejores ingresos.
¿Qué cambia?
Unas 419.461 personas en el país reciben ingresos que serían gravables, es decir, que superan el monto mínimo vital de ¢8,2 millones anuales, establecido en el artículo 34 del proyecto de ley.
Sin embargo, esa cantidad de potenciales contribuyentes se reduce a 405.000 personas una vez que se les aplican los descuentos que contempla el texto, entre ellos, por ejemplo, los créditos familiares que le permiten a una persona rebajar su monto de renta si tiene un cónyuge o hijos en diferentes rangos de edades.
Ese número de contribuyentes se ve erosionado por la evasión y la elusión fiscal. La investigación de Fernández estima que más de un 85% de los asalariados cumplirán con sus pagos, así como un 33% de los trabajadores independientes. Eso lleva el número de tributantes a los 287.619.
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Si se aprueba la iniciativa de ley, tal y como está en el Congreso actualmente, la cantidad total de contribuyentes crecería en un 15% con respecto a la actual. Un 3% de los tributantes actuales (sobre todo trabajadores independientes) dejarían de estar sujetos al tributo de renta, pero se registraría un 18% de nuevos obligados, todos ellos asalariados.
Se daría una reducción del 24% en los trabajadores independientes que deberán pagar el impuesto, pero aumentaría en un 20% la cantidad de nuevos asalariados quienes estarán sujetos a la renta.
Mientras que los empleados públicos que actualmente están sujetos al tributo se mantendrán y se sumará un 20% adicional de funcionarios estatales con el nuevo impuesto global.
En el caso del sector privado, se registrarían salidas y entradas de contribuyentes, pero en el neto el número de obligados crecería un 9%.
Casi el 60% de los nuevos contribuyentes de renta global dual serían empleados públicos. Eso se explica porque los ingresos que se perciben en este sector son, en promedio, superiores a los del privado, lo que les hace más susceptibles al pago del impuesto.
Desigualdad e ingresos
Hacienda afirma, en la exposición de motivos del proyecto de ley, que la recaudación adicional con este impuesto será del 0,43% del Producto Interno Bruto (PIB) por año. Mientras que la investigación de Fernández proyecta el rendimiento final en 0,55% de la producción nacional.
Sobre la reducción en la desigualdad de ingresos, Hacienda prevé que sería del 1,01%, pero el estudio de Fernández concluye que será de 1,09%.
Para comprender la progresividad del tributo es necesario poner en perspectiva el impacto que las nuevas tasas y el sistema global tendrán en los diferentes deciles de ingreso.
La reducción de la desigualdad se explica porque los grupos de menores ingresos (del decil uno al seis) permanecerán sin estar sujetos al impuesto. Quienes se encuentran en los deciles siete y ocho −y actualmente pagan el tributo− dejarán de ser contribuyentes, porque se trata de trabajadores independientes, para ellos crecería la base exenta.
En los deciles de mayores ingresos (nueve y diez) se percibirá un mayor impacto. La entrada en vigencia de la normativa aumentará la cantidad de contribuyentes en estos grupos, sobre todo en el nueve, donde saldrán 2.000 personas, pero se sumarán 63.272 nuevos obligados.
Este hallazgo comprueba que se trata de un impuesto progresivo, pero con efectos principalmente sobre los trabajadores asalariados que reciben ingresos altos.
El límite que separa los grupos de ingreso ocho y nueve es de ¢723.334, lo que quiere decir que si el proyecto se aprueba, únicamente los trabajadores con salarios iguales o superiores a ese monto mensual estarían sujetos a la renta global.
Metodología
El estudio utilizó como base la información de los ingresos obtenida por la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh 2018), que recoge información más robusta en comparación con otras mediciones como la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho).
Para clasificar cada uno de los más de 116 tipos de ingresos de la Enigh, se contó con la asesoría de una abogada tributaria y un contador, ambos de la firma Deloitte. Con base en su experiencia, fue posible definir cuáles rubros de ingresos ya se encuentran gravados con la ley vigente y cuáles estarían sujetos en caso de que el texto propuesto se apruebe.
Se logró identificar los diferentes ingresos que conformarán la base imponible general, y que según el artículo 32 del proyecto, se incluyen en la totalidad de la renta neta del contribuyente, excluidas las rentas del capital y las ganancias y pérdidas patrimoniales, siempre que no estén vinculadas a la actividad lucrativa.
El artículo 34 indica que el mínimo vital para cada contribuyente asalariado es de ¢8,2 millones anuales. Dado que se espera que la ley entre en vigor a partir del 1.° de enero del 2022, es necesario indexar este mínimo a precios de agosto de 2018, mes de referencia de la estructura de ingresos y gastos de los hogares considerado en este estudio.
Para eso se utilizó la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto 2018 a diciembre 2020, y la proyección de crecimiento del IPC publicada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en su último Programa Macroeconómico, que sería del 1,3% durante el 2021.
De esta forma, se determinó que el crecimiento general de precios entre agosto de 2018 y diciembre del 2021 sería del 5,039%. Así, el mínimo vital de ¢8,2 millones de colones en 2022 equivaldría a ¢7,8 millones de colones a precios de agosto de 2018.
En el estudio se aplicó una base mínima vital del doble (¢16,4 millones) para las personas con discapacidad, según lo establece el proyecto de ley. La metodología aplicada por el Ministerio de Hacienda para sus estimaciones no contempló este elemento, aunque sus efectos sobre las proyecciones finales son apenas ligeramente diferentes.
También se utilizaron, como cuota íntegra, las tarifas de renta definidas en el artículo 43 (escala general del impuesto), que van desde 10% hasta 27,5% sobre distintos tramos de la base liquidable.
El procedimiento descrito permite identificar −en la teoría− a la totalidad de personas que deberían tributar bajo el modelo global dual. Sin embargo, la evasión es un fenómeno real que conduce a que no todos los potenciales contribuyentes paguen de forma efectiva.
A diferencia de las estimaciones de Hacienda, el estudio utilizó la Enign 2018 y la estructura de tramos de renta vigentes en ese mismo año para determinar cuáles y cuántos de los potenciales contribuyentes realizaron las declaraciones de renta en 2018.
Esto arrojó que el 87% de los trabajadores asalariados cumplió con la obligación, mientras que la porción se redujo al 33% para los independientes o por cuenta propia no asalariados.
Al aplicar estos factores, se obtiene el dato estimado de posibles contribuyentes del impuesto de renta global dual. Las proporciones son distintos a las utilizadas por Hacienda, que fueron del 80% para asalariados y del 30% para independientes.
Los factores descritos hasta ahora se aplicaron al esquema de ley del impuesto de renta vigente con el objetivo de estimar la situación actual y poder valorar los cambios ocurridos en caso de que se pasara al formato global dual.
La investigación fue contrastada previamente a su publicación en este medio con las proyecciones elaboradas por el Ministerio de Hacienda, que sirvieron para calcular su rendimiento anual en términos del PIB, así como su impacto en la desigualdad de ingresos y otros rubros.
Puede consultar la metodología y el estudio completo en este enlace o en el siguiente documento.