Luego del embate de la COVID-19 en Costa Rica, la cifra de personas sin ocupación se disparó, y aunque el golpe fue generalizado su magnitud no fue pareja entre la población.
Nueve meses después de iniciada la crisis sanitaria y económica, las mujeres continúan a la cabeza de las estadísticas del desempleo, con una tasa de casi el doble en comparación con los hombres, y con una recuperación laboral más lenta.
María Luz Sanarrusia, coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), señaló que los datos más recientes muestran que la inserción de las mujeres al mercado laboral tras los efectos de la pandemia ha sido menor en comparación con los hombres.
¿Por qué ocurre esto? Son muchos los factores, señaló Sanarrusia, pero uno de gran peso es el cuido de personas dependientes, una actividad no remunerada que se acrecentó sobre todo para las mujeres debido a las condiciones impuestas por la COVID-19.
Sanarrusia explicó que durante la pandemia la tasa de participación de las mujeres sí ha aumentado, pero no se ha visto reflejado en una mayor ocupación.
“Hay una leve mejoría en la tendencias desde marzo hasta octubre; pero en el caso de las mujeres es más lenta y se mantienen más en el desempleo. En cambio en el hombre sí se denota una mejoría”, agregó la coordinadora de la ECE.
Según la más reciente ECE, la tasa de desempleo en las mujeres alcanzó 30% para el trimestre móvil de agosto, setiembre y octubre del 2020, mientras que la de los hombres fue de 16,5%.
Si se comparan las tasas de desempleo más actualizadas con las del trimestre de mayo, junio y julio de este año las cifras cambian de forma positiva para la población masculina: durante ese trimestre móvil las mujeres reportaron una tasa de 30,2% (muy similar a la actual), mientras que la de los hombres fue de 20,7%.
María Picado, coordinadora del área de Gestión de Políticas Públicas del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), indicó que se debe tomar en cuenta que el cuido de hijos y familiares es una de las barreras históricas para las mujeres para acceder a empleos formales y de tiempo completo, y que se profundizó ante circunstancias como el cierre de centros educativos y guarderías.
“La reactivación económica debe verse en conjunto con las políticas de cuido; con redes de cuido universal”, manifestó Picado.
Actividades golpeadas
Además de un desempleo más amplificado, los números indican que las mujeres se desempeñan en gran medida en actividades más vulnerables en medio una crisis con las características de la generada por la COVID-19. El economista Pablo Sauma explicó que la pandemia impactó más al comercio, así como a hoteles y restaurantes.
“Casualmente en las actividades donde hubo mayor caída fueron donde más se ocupan mujeres y además, son las que están teniendo una recuperación más lenta, por eso también es más difícil retornar al mercado de trabajo”, explicó Sauma.
Lo datos para las mujeres podrían mejorar en las próximas encuestas de empleo, señaló este economista, pues aún no se ve reflejado el impacto de la recuperación en actividades de importancia como el turismo.
Análisis anteriores del INEC, señalan que para julio, agosto y setiembre las mujeres se dedicaban en mayor medida que los hombres en actividades de comercio y servicios; sobre todo en hoteles y restaurantes.
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Eso sí, el dato era mayor para las mujeres en cuanto a la población ocupada por tiempo parcial (266.720 hombres y 274.149 mujeres); pero la situación se revertía cuando se trataba de trabajos a tiempo completo (440.696 hombres y 295.687 mujeres). En ambos casos, la mujer reportó un ingreso bruto promedio menor.
Sauma resaltó que otra de las áreas que tuvo gran afectación por el desempleo tras el golpe de la COVID-19 fue la de trabajos con hogares como empleadores. Según datos del INEC, por ejemplo, para el III trimestre de este año alrededor de 5.492 hombres se desempeñaban tiempo completo en el área de hogares como empleadores, mientras que en la población femenina se registraban 20.847 mujeres.
Sanarrusia también llamó la atención que en otros ámbitos donde se desempeñan en números importantes las mujeres son los de educación y salud, que no han generado nuevas plazas de trabajo.
Mercado laboral
En general, la tasa de desempleo para el trimestre de agosto, setiembre y octubre de este 2020 aumentó en comparación con el mismo trimestre de 2019. La tasa de desempleo nacional fue de 21,9%; en comparación con el mismo trimestre del año anterior, aumentó estadísticamente en 9,7 puntos porcentuales (p. p.).
En cuanto a la tasa de ocupación (porcentaje de la población ocupada respecto a la población de 12 años y más), la de los hombres se ubicó en 60,3% y para las mujeres fue de 33,4%, según las mediciones del INEC.
La ECE indicó que la tasa de participación laboral en el trimestre de agosto, setiembre y octubre 2020 disminuyó en comparación con el mismo periodo del 2019. La tasa neta de participación fue 60,0%, disminuyó 1,7 puntos porcentuales (pp.) comparada con el mismo trimestre móvil del año anterior (61,7%). Por sexo, la participación laboral de los hombres fue de 72,2% y la de las mujeres fue de 47,7%.
Por otro lado, la tasa de no participación es mayor en las mujeres pues presentan una tasa del 52,3% en contraste con 27,8% para los hombres. La tasa de personas ocupadas en subempleo también es más alto para la población femenina al ubicarse en 25,0% y para los hombres, en 23,2%.
Otro de los datos brindados por la última ECE señala que la presión ejercida en el mercado laboral por la población desempleada y la población ocupada que busca cambiar de empleo se estimó en 29,9% y en comparación con el mismo trimestre del año anterior, aumentó 8,7 p. p. Para los hombres, la tasa de presión general fue de 25,8%, en cambio para las mujeres fue de 36,3%.