El registro de desempleo entre diciembre y febrero de este año fue de 13,3%. El número es 5,2 puntos porcentuales menor que el del mismo período del año pasado, cuando la pandemia de COVID-19 todavía implicaba restricciones mayores de movilidad y de algunas actividades; pero todavía se resiste a alcanzar los niveles anteriores a la emergencia sanitaria.
La tasa es todavía 1,1 p.p. mayor que en el mismo período de 2020, cuando todavía no se detectaba el primer caso de coronavirus en Costa Rica.
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Según las estimaciones estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Costa Rica registra 2,1 millones de personas ocupadas: unas 115.000 más que en 2020. Sin embargo, en la comparación con 2019, el rezago persistente es de unas 120.000 más.
Antes de la pandemia, los niveles de desempleo ya se consideraban altos. En el mismo período de 2020 se estimaba una tasa de 12,2%, equivalente a unas 310.000 personas, en una fuerza de trabajo de 2,5 millones. Pero hoy, el número estimado de personas en desempleo es de unas 322.000 personas todavía, entre 2,4 millones.
Diversos analistas e instituciones especializadas coinciden en la confluencia de múltiples factores que pueden explicar la persistencia de un rezago en los niveles de desocupación y de desempleo. Entre ellas, las empresas pudieron optimizar el uso de su personal en la crisis.
Menor participación
La más reciente encuesta del INEC señala una tasa de participación laboral de 59,6%. Esta cifra es incluso menor en 1,2 p.p. que en el mismo período de 2021.
La caída es aún más dramática si se compara con el mismo período de hace dos años, sin la pandemia, en hasta 4,3 puntos.
La población fuera de la fuerza laboral incluye a personas mayores de 15 años que podrían laborar pero no lo hacen porque no están disponibles (no desean trabajar por obligaciones y limitaciones físicas o de edad), tienen limitaciones (desean trabajar pero no pueden por obligaciones o limitaciones físicas) o se encuentran desalentadas (no tienen dinero para buscar trabajo, se cansaron de buscarlo o no lo encuentran por discriminación).
De los 1,6 millones de personas que se estiman fuera de la fuerza de trabajo hoy día, 1,5 dicen no estar disponibles, 92.000 que tienen limitaciones y 30.000 que están desalentadas.
Hace dos años, antes de la pandemia, estos números eran de 1,2 millones, 156.000 y 56.000 personas, cada uno; lo cual implica que más personas dejaron no desean emplearse del todo, por distintos motivos como estudio, edad, obligaciones familiares o similares.