Los diputados de la Asamblea Legislativa aprobaron, este lunes, en primer debate el proyecto de Presupuesto Nacional para 2023. Se trata de un presupuesto de ¢12,3 billones, que crece un 6,5% en la comparación con este año por el crecimiento del pago de intereses y amortizaciones.
El plan de gastos lo aprobaron 33 congresistas y en contra votaron 15; de las fracciones del oficialista Partido Progreso Social Democrático (PPSD) y del Partido Liberal Progresista (PLP).
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Eliécer Feinzaig, del PLP, explicó que su fracción votó en contra por considerar incorrectos cambios que se realizaron al plan de gastos en la Comisión de Asuntos Hacendarios.
Específicamente, mencionó la decisión de recortar ¢81.100 millones correspondientes originalmente al pago de intereses de la deuda, los cuales fueron redirigidos por diputados de los partidos Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PUSC), Frente Amplio (FA) y Nueva República (PNR) a otras partidas.
Entre ellas, los recursos se reorientaron a entidades como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), las asociaciones de desarrollo, las instituciones del sector vivienda, municipalidades, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el Poder Judicial y el Ministerio de Cultura, entre otras.
Según Feinzaig, dicho cambio no tomó en cuenta que “las tasas de interés siguen subiendo en el mundo y en Costa Rica”, lo cual convertiría en un sinsentido la reducción.
“Ya a estas alturas la tasa básica pasiva en Costa Rica creció mucho más de lo que se había proyectado para todo el año 2022 e incluso para parte del 2023, por lo tanto la deuda interna de Costa Rica el próximo año va a enfrentar pagos de intereses más altos de los que estaban proyectados y por lo tanto consideramos peligroso que se haya eliminado esos ¢80.000 millones y pico de la partida de intereses”, observó el legislador.
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Los 33 votos a favor del plan de gastos serían insuficientes para el segundo debate, en el que se requiere de al menos 38 respaldos. Sin embargo, a pesar de la oposición del PPSD y del PLP, las bancadas restantes cuentan con suficientes votos para confirmar la votación, siempre y cuando sus diputados acudan al plenario oportunamente, en mayor cantidad. El PLN, el PUSC, el PNR y el FA suman 41 votos en conjunto.
Jonathan Acuña, del Frente Amplio (FA), opinó de forma contraria a Feinzaig. Él celebró lo que consideró “una recuperación” de los ¢80.000 millones, “que habían sido recortados por el Gobierno” a diversas instituciones “sin consultar” y sin tomar en cuenta sus reales necesidades.
Los cambios aprobados en el Congreso habían sido criticados por el presidente Rodrigo Chaves y por el ministro de Hacienda, Nogui Acosta. De hecho, el mandatario se enfrentó con los legisladores de la Comisión de Asuntos Hacendarios que aprobaron las modificaciones, a los que trató de “irresponsables”.
No obstante, el diputado Acuña afirmó que el Gobierno no pasó de las críticas y nunca presentó propuestas de cambio concretas para incidir sobre el presupuesto. “A mí me queda claro que había una distancia sobre aquel discurso tan fuerte y la preocupación real que tenían, que no existía, solo había un cascarón de un discurso (...) si realmente existiera una preocupación tan grande y fuerte, como señalaban en su momento, al punto de llamarnos irresponsables a ocho diputaciones, yo habría esperado acá las intenciones de abrir el Plenario a comisión para resolver eso; pero no las presentaron ni una sola vez”, subrayó.