Black Lives Matter en sencillo clama por una cosa: las vidas de las personas negras importan.
El movimiento inició en 2013 como respuesta a la inequidad racial en los Estados Unidos. Entonces, fue la respuesta a la absolución de George Zimmerman, acusado el asesinato de Trayvon Martin, un joven afroamericano de 17 años. Sin embargo, la tensión racional en la sociedad norteamericana viene de más atrás.
Las manifestaciones de la última década traen a espaldas otros movimientos que buscaban la igualdad de derechos civiles y la reivindicación racial en los Estados Unidos, como lo defendido por Marthin Luther King Jr. en los años 60 o las Panteras Negras, activas hasta los 80.
¿Qué es el movimiento que hoy acapara las pantallas de televisión del mundo e hizo que Donald Trump se refugiara en el búnker de la Casa Blanca?
De redes sociales a las calles: de Trayvon a George
Siete años después de su formación, las manifestaciones no han cesado. Por el contrario, las demostraciones se mantienen en medio de nuevos casos de violencia racial. Aunque la organización y el movimiento es internacional, sus manifestaciones se suelen centrar en Estados Unidos.
¿Por qué toma tanta fuerza en los últimos años? El acceso a la tecnología ha permitido evidenciar abusos policiales y crímenes contra personas negras. La muerte de George Floyd, después de que un policía se arrodillara sobre su cuello, fue la última gota y significó un resurgir del movimiento en 2020.
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Desde el 25 de mayo miles de personas se manifiestan a diario, lo que ha llevado a la instauración de toques de queda en algunas ciudades de Estados Unidos, manifestaciones y violencia en diversos sectores del país.
Una de las últimas manifestaciones tuvo como base Washington DC, frente a la Casa Blanca. Incendios cercanos y el enojo de los manifestantes provocaron que el presidente Donald Trump tuviera que refugiarse en un búnker de seguridad, según comunicaron funcionarios estadounidenses.
Para Pamela Cunningham, directora y cofundadora de la organización Costa Rica Afro, la escalada en las manifestaciones responde a la impunidad de los casos antecesores. El abuso policial hacia personas negras se remonta a mucho antes de que Black Lives Matter apareciera en Internet.
“Es consistente el hecho de que los policías pueden hacer con los cuerpos negros lo que quieran y que el sistema judicial no los enjuicia. El sistema está creado para proteger pero quienes protegen, no protegen a los cuerpos negros y el sistema está ahí para enjuiciar pero no enjuicia a quien oprime”, declaró Cunningham.
Mientras el de George Floyd es apenas el último ejemplo, Black Lives Matter señala que hay un patrón que se repite y sobre el que los manifestantes basan sus acciones: hay impunidad, no se castigan los actos ni las personas que los cometen y en ocasiones, ni siquiera se cuestionan. Denuncian racismo sistemático.
¿Hay racismo sistemático en EE.UU.?
La cercanía con Estados Unidos hace que los casos de racismo reportados en ese país, como la muerte de George Floyd, tengan más eco en Costa Rica, sin embargo, quienes lo denuncian aseguran que es problema global.
“Lo cierto es que Estados Unidos, al igual que Costa Rica, es un país que está fundado en las espaldas de las personas negras y ahí, consistentemente se han generado leyes que continúan oprimiendo a la población negra, desde lineamiento de ciudades hasta casos de la salud”, declaró Cunningham.
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Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la tasa de mortalidad por COVID-19 en Estados Unidos es dos veces superior entre los afroamericanos que en otras comunidades. La alta comisionada para los derechos humanos de esta organización, Michelle Bachelet, denunció que tanto la pandemia por COVID-19 como la muerte de George Floyd evidencian “las discriminaciones raciales endémicas” que padece Estados Unidos.
“Las manifestaciones ponen de manifiesto no sólo la violencia policial contra los ciudadanos de color sino también las desigualdades en el ámbito de la salud, educación y empleo y también la discriminación racial endémica", aseguró Bachelet.
Se considera racismo sistemático cuando el sistema de justicia, educación, políticas públicas, creación de empleos o acceso a cualquiera de las aristas que componen un Estado, tienen sesgos, fallos u omisiones que afectan a parte de la población por su raza. Para Black Lives Matter, este es el caso de Estados Unidos.
Este punto es constantemente recalcado por los manifestantes del movimiento, quienes señalan que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos acuerpa los movimientos de supremacía blanca.
Trump responde con fuerza
Este lunes 1.º de junio, Trump amenazó con eliminar las protestas usando la fuerza militar. Unas horas antes, a la noche del 31 de mayo, los manifestantes a favor de Black Lives Matter le pisaron los talones.
A escasos metros de la Casa Blanca la protesta tomó fuerza y terminó, nuevamente, con enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, incendios y múltiples arrestos. El presidente de los Estados Unidos debió pasar parte de la noche en el búnker de protección.
Mientras tanto los videos inundan las redes sociales, mostrando desde manifestaciones pacíficas hasta saqueos y violencia policial.
“Cuándo las personas dicen que las protestas son violentas, yo quisiera preguntar cuál es la otra opción. Porque, cuando las personas negras decidieron arrodillarse en los partidos deportivos, esa no era la forma; cuando nos manifestamos a través de palabras o escritos, esa no es la forma y cuando salimos a protestar, tampoco es”, explicó Cunningham.
¿Y Costa Rica?
El Centro de Mujeres Afrodescendientes, Proyecto Caribe y Costa Rica Afro son solo algunos ejemplos de organizaciones en Costa Rica que trabajan en la búsqueda de la igualdad para las personas afrodescendientes.
En esa línea, parte de estas organizaciones busca apoyar a los manifestantes en Estados Unidos. Uno de los mecanismos es con donaciones para financiar distintos grupos dentro de Black Lives Matter. Con el dinero se pagan los procesos penales de los detenidos, alimentación o atención de salud.
“No estamos pidiendo fondos para nosotros, están gestionados directamente al Black Lives Matter Network. Entendemos que es poco lo que podemos hacer, pero queríamos hacer algo”, explicó Cunningham.
El apoyo en Costa Rica al movimiento ha sido más amplio de los esperado por las organizaciones. En dos días han logrado recaudar cerca de $1.500 con donaciones desde el país.