El Acuerdo de París se plantea abrir una nueva etapa en los mercados mundiales de carbono, de forma que sean más confibales y ordenados, con reglas claras y la participación de todos los países.
La 26° Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), realizada este año en Escocia, contribuyó a avanzar en la reglamentación de estos mercados, aunque aún quedan puntos pendientes.
Estos mercados moverán millones de dólares en recursos, tanto desde el sector público como el privado, con el fin de reducir las emisiones y contribuir a detener el aumento de la temperatura mundial.
EF consultó a Jorge Arbache, vicepresidente del Sector Privado en la Corporación Andina de Fomento – Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), para entender algunos puntos clave del funcionamiento de estos mercados.
Los mercados de carbono no es un tema nuevo y ya se han aplicado anteriormente. ¿Cómo han venido funcionando?
—Los mercados de carbono han estado en funcionamiento durante muchos años y, por lo tanto, no es nuevo. La diferencia de antes con lo que tenemos ahora es la regulación del artículo 6 del manual básico del Acuerdo de París, que ordenará los mercados aportando más confiabilidad, seguridad e integridad a los créditos de carbono, elementos esenciales para que el mercado despegue. Se espera que, con esto, el mercado crezca significativamente ya en el próximo año.
¿Nos podría brindar uno o algunos ejemplos de cómo funciona este mercado, una transacción?
—Los mercados voluntarios, que atienden especialmente a empresas preocupadas por cuestiones de responsabilidad social y medioambiental corporativa, funcionan básicamente como un mercado financiero o de capitales donde compradores y vendedores se encuentran para hacer negocios. Una diferencia es que, dado que este es un mercado en formación, la cuestión de la integridad y el greenwashing son temas fundamentales y fuente de ruido. Los créditos deben estar certificados, registrados y auditados de acuerdo con los estándares internacionales para permitir una contabilidad adecuada de la compensación de la huella de carbono de la empresa compradora. El mercado secundario está en formación, incluso para atender a un número creciente de inversionistas.
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¿Quiénes son los grandes jugadores en este mercado? Estamos hablando de que tanto gobiernos como privados podrían involucrarse...
—Debido a la falta de reglas y estándares claros hasta ahora, el mercado se ha desarrollado de manera desordenada y está muy fragmentado. Pero, debido a las decisiones de la COP26, deberíamos observar una especie de “fiebre del oro” en la que no solo los países, sino también muchos Estados e incluso ciudades desarrollarán sus propios mercados.
Por otro lado, consultoras, empresas, universidades, bancos y fondos buscan aprovechar el momento e ingresar a este mercado empresarial multimillonario en busca de un lugar bajo el sol. Pero es poco probable que haya espacio para todos. Lo más probable es que en un futuro no lejano se produzca un proceso de concentración en torno a unos pocos centros mundiales de carbono. Las razones son muchas, entre ellas los altos costos operativos, la necesidad de eficiencia y dinamismo en los mercados y la integridad de los créditos, capacidades, la necesidad de financiamiento y seguros de proyectos, la existencia de una sólida cartera de proyectos, entre otros aspectos que, combinados con la estandarización, convertirán esto en un nuevo mercado de mundial de commodities. Estos son los factores fundamentales que atraerán a vendedores y compradores a un mercado.
¿Qué oportunidades tiene América Latina para participar en este mercado en la creación de proyectos y atracción de recursos financieros?
—América Latina es considerada por los expertos como la región con mayor potencial para ofrecer créditos de carbono debido a sus condiciones naturales únicas. Sin embargo, para transformar este potencial en beneficios, será fundamental observar los temas referentes a la respuesta de la pregunta anterior.
Para asegurar un lugar en el mapa del mercado de carbono y atraer recursos para la región, crear empleos e ingresos y recaudar impuestos, será necesario considerar la formación de un mercado regional de carbono que permita ganancias de escala, reduzca costos operativos, lleve a la especialización, facilita la financiación de proyectos y así atraer recursos internacionales. Este mercado podrá convivir, al menos en una etapa inicial, con los mercados nacionales sin ningún problema.
El mercado de créditos de carbono podría cambiar las reglas del juego para financiar el desarrollo de la región, pero llegar allí requerirá coordinación y compartir intereses entre países y entre empresas de la región.