El Estado Islámico (EI) sigue siendo una fuerza “poderosa” en Afganistán, consideró en una entrevista con la AFP el diplomático estadounidense de mayor rango en Kabul, que atribuyó al grupo yihadista el reciente atentado que mató a decenas de adolescentes cerca de una escuela.
No obstante el encargado de negocios, Ross Wilson, atribuye a los talibanes el aumento de la violencia en Afganistán, acusándolos de quebrantar los compromisos asumidos durante las conversaciones de paz, incluso cuando las fuerzas estadounidenses continúan su retirada.
“El EI aquí sigue siendo una fuerza poderosa, y es una de las tantas razones por las que seguimos brindando a las autoridades afganas asistencia en seguridad y antiterrorismo”, señaló Wilson el martes en la entrevista con la AFP.
El 8 de mayo hubo un ataque cerca de una escuela para niñas en Kabul con más de 50 muertos, y el viernes otro contra una mezquita en los suburbios de la capital, con 12 muertes. Este último fue reivindicado por el EI, pero no así el primero.
“Ecosistema de terrorismo”
"El ataque cerca de la escuela y el de la mezquita, días después, parecen claramente obra del llamado Estado Islámico", indicó, añadiendo que elementos de Al Qaida siguen operando en el país.
"Esto no exonera a nadie y, por cierto, tampoco a los talibanes por la violencia en que están directamente involucrados o por el ecosistema de terrorismo y excesos del que continúan siendo (...) profundamente cómplices", añadió.
A pesar de desmentidos de los talibanes y reivindicaciones del EI, el gobierno afgano frecuentemente atribuye la violencia contra civiles a los primeros, argumentando que el EI fue derrotado hace dos años en su exbastión, la provincia de Nangarhar (este).
La organización yihadista destacó en 2014 haciendo aparición en vastas zonas de las provincias de Nangarhar y Kunar (noreste). Sus partidarios reivindicaron ataques hasta en Kabul, en tanto eran blanco de las fuerzas estadounidenses, afganas e inclusive de los talibanes.
Los estadounidenses y la OTAN comenzaron el 1 de mayo una retirada, que continuará hasta el 11 de septiembre, 20º aniversario de los atentados en territorio norteamericano. Pero, entre tanto se produce un repunte de violencia entre talibanes y gobierno afgano.
Wilson acusa a los talibanes de lanzar en los últimos meses ofensivas "importantes" contra fuerzas y civiles afganos, "tomándolos como blanco en mercados y ciudades en todo el país".
“Ningún sentido”
El diplomático, en el pasado destacado en Rusia y Turquía, juzga la violencia "injustificable" en tanto los talibanes mantienen conversaciones de paz con Kabul, aunque estancadas.
"Estamos profundamente decepcionados con el comportamiento de los talibanes y la prosecución de esta violencia injustificada contra los afganos", señaló Wilson.
"No tiene ningún sentido (...) cuando estás comprometido en un proceso político".
El diplomático, llegado a Kabul en enero de 2020, afirma que Washington aún cree en una solución pacífica.
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"Lo que intentamos hacer ahora es promover este acuerdo político que lleve a un cese el fuego y al final permanente de los combates", explicó.
Proyecto que, para muchos analistas, parece lejano.
Los talibanes, sin brindar detalles específicos, insisten en que Afganistán debe volver a ser un emirato, gobernado por un Consejo religioso, como cuando ostentaban el poder, entre 1996 y 2001.
El presidente Ashraf Ghani ha preparado un plan que incluye un acuerdo político con los talibanes, un cese el fuego y elecciones presidenciales.
Washington respalda la idea de un gobierno interino, que incluya talibanes.
Tras el acuerdo entre Washington y los talibanes en 2020, que allanó la vía para la retirada estadounidense, las conversaciones de paz entre Kabul y los insurgentes comenzaron en Catar en septiembre. Pero, no se logrado ningún acuerdo.
Fue programada una conferencia especial para reanudar conversaciones, a fines de abril en Turquía, pero se pospuso ‘sine die’ puesto que los talibanes se negaron a participar en protesta por el retraso de la retirada estadounidense, prevista para el 1 de mayo.
“Es obvio que el país seguirá enfrentando problemas difíciles durante meses o años”, admitió. “Somos claros en nuestro compromiso de continuar nuestra asistencia de seguridad (...) No vamos a ninguna parte. Estamos aquí”.