El Reino Unido decidió el martes posponer hasta el año que viene la introducción progresiva de controles posbrexit a las importaciones de bienes de la Unión Europea (UE), en un contexto de escasez de productos debido a la pandemia y el Brexit.
Como en otros países, las perturbaciones debidas al COVID-19 provocaron en los últimos meses problemas de abastecimiento en el Reino Unido, cuyos supermercados se resienten de la escasez de numerosos alimentos.
Estos problemas de abastecimiento se ven acentuados por la escasez de mano de obra, sobre todo en el transporte por carretera, un problema agravado por la salida británica de la Unión Europea, que dificulta la entrada de nuevos trabajadores comunitarios en el país.
En este contexto, tras la salida completa del país del mercado único europeo el pasado 1.º de enero, a partir del próximo mes debían introducirse nuevas normas sobre la importación de productos de origen animal procedentes de la UE.
Pero estas se retrasarán del 1.º de octubre hasta el 1.º de enero, para que las empresas tengan más tiempo para adaptarse en un periodo especialmente complejo cuando empiezan hacer acopio de existencias antes de las fiestas navideñas.
“Queremos que las empresas se centren en su recuperación tras la pandemia, en lugar de enfrentarse a nuevos requisitos en la frontera, por lo que hemos establecido un nuevo calendario pragmático para la introducción de los controles fronterizos completos”, anunció el ministro encargado de la implementación del Brexit, David Frost, en un comunicado.
"Las empresas tendrán ahora más tiempo para prepararse para estos controles, que se introducirán progresivamente a lo largo de 2022", añadió.
El gobierno decidió que, aunque las declaraciones y los controles aduaneros completos se introducirán el 1.º de enero de 2022, las declaraciones en materia de seguridad y protección, así como los certificados fitosanitarios y los controles físicos no empezarán a aplicarse hasta el 1.º de julio de 2022.
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"El anuncio de este retraso es sensato teniendo en cuenta los problemas actuales para garantizar la preparación de los comerciantes, la necesidad de construir más puestos de control fronterizo y la crisis de escasez de personal cualificado", se congratuló William Bain, responsable de política comercial de las Cámaras de Comercio Británicas.
"Pero las empresas quieren seguridad por parte del gobierno", señaló, pidiendo al ejecutivo "mostrar cómo piensa aumentar la preparación del comercio desde la UE para los nuevos controles".
Asimismo la principal patronal del país, CBI, consideró que este "tiempo adicional puede ayudar a aliviar la presión en las cadenas de suministro antes del tradicionalmente ajetreado periodo navideño".
"Pero el impacto será efímero a menos que ese tiempo adicional permita avanzar en los retos a los que se enfrentan las empresas", subrayó su director para Europa, Sean McGuire, llamando a flexibilizar las normas de inmigración cuando "la falta de oferta esté causada por la escasez de mano de obra".
Por su parte el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, pidió el martes la creación de un “visado de recuperación COVID-19” de duración limitada para ayudar a contratar y formar a trabajadores europeos para paliar la escasez de mano de obra.
Con el fin de las restricciones ligadas al coronavirus, el desempleo siguió bajando en el Reino Unido entre mayo y julio, hasta 4,6%, frente al 4,7% registrado en los tres meses anteriores, y las ofertas de trabajo alcanzaron máximos históricos impulsadas por la escasez de trabajadores.
“Las cifras preliminares de agosto muestran que hubo más de 1,1 millones de puestos de trabajo vacantes en agosto, la primera vez que esto ocurre”, señaló el martes la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).