El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y la Contraloría General de la República (CGR) celebraron su 75.° aniversario en los últimos días. Ambas entidades lo hicieron, además, advirtiendo sobre amenazas latentes en contra de sus funciones, de la institucionalidad que representan y del sistema democrático de Costa Rica.
La presidenta del TSE, Eugenia Zamora, advirtió sobre la amenaza de las “derivas totalitarias”, a nivel general; mientras que la contralora Marta Acosta apuntó directamente en contra del gobierno del presidente Rodrigo Chaves, al cual acusa de promover “ataques y desprestigios”.
Las instituciones celebraron su fundación los días 13 y 17 de septiembre con la presencia de diputados, expresidentes y figuras de cada entidad. A ninguno de los eventos asistió el presidente Chaves, que no ha escatimado en críticas hacia ambas organizaciones a lo largo de su mandato.
Advertencias
La primera celebración la realizó el TSE este 13 de septiembre, en el Teatro Nacional. En ella, la presidenta de la institución, María Eugenia Zamora, evitó hacer alusiones directas, como se espera de quien ostenta su cargo; sin embargo, dibujó un escenario convulso para los sistemas democráticos del mundo, incluido el costarricense.
“No tenemos derecho a dejar que se pierda algo que a nuestros abuelos y abuelas les costó tanto, y algo a lo que nuestros niños y niñas tienen derecho”, señaló.
Luego agregó que la historia de América Latina demuestra la importancia de que existan organismos electorales independientes. Según dijo, estos no son más importantes que la democracia en sí misma, pero han permitido que ella se asiente y tenga futuro a pesar de las corrientes autoritarias.
“Ni la democracia ni los derechos humanos son fruto de una evolución necesaria de la historia y, por ende, tampoco están escritos en piedra”, recordó. “Son una recientísima excepcionalidad en la historia de la humanidad y nada impide, en principio, que acaben siendo solo un breve y lejano capítulo tras una deriva totalitaria”, añadió.
Para ejemplificar los riesgos que siempre vive la democracia, usó las experiencias de Uruguay y de Chile. Los dos son países que gozaron de democracias solidas hasta 1973, “homologables a las más respetables del mundo”; pero que luego vivieron dictaduras.
En ambos casos, dijo, el modelo democrático “solo pudo ser apreciado cuando se perdió”.
Cuatro días más tarde, este 17 de septiembre, fue la CGR la que celebró sus 75 años en el Salón de Expresidentes de la Asamblea Legislativa.
En ese recinto, el tono fue distinto y la contralora general Marta Acosta direccionó su discurso en contra de lo que considera un “inusitado” comportamiento de la actual administración y del presidente Rodrigo Chaves en contra de las institucionalidad democrática del país. Según dijo, ve un “actitud irresponsable” de “intimidar” al órgano supervisor y “socavar los cimientos institucionales de la sociedad” costarricense.
“Es indispensable admitir que el control tradicionalmente provoca incomodidad y hasta disgusto aún en un sistema democrático como el nuestro”, señaló. “En su relación con la administración, le ha correspondido a la Contraloría enfrentar momentos de tensión y diferencias de criterio con muy diferentes gobiernos históricamente; no obstante, siempre, y salvo ocasiones muy calificadas como la actual, esas relaciones se han dado en el marco del respeto a la institucionalidad, a la Constitución Política y a las leyes”, puntualizó.
Acosta también declaró que el 75.° aniversario es un motivo de celebración, pero que debe haber autocrítica por parte de la institución para atender mejor las inquietudes de la ciudadanía. Reafirmó el país también debe garantizar la independencia de la institución y la importancia de que las instituciones públicas cumplan con la regulación que ella controla.
Tanto el Tribunal Supremo como la Contraloría se crearon como órganos independientes a través de la Constitución Política de 1949, promulgada luego de la Guerra Civil de 1948.
A la primera institución se le encargó “la organización, dirección y vigilancia de los actos relativos al sufragio”; mientras que la segunda, “la vigilancia de la Hacienda Pública”.
“Tiranía perfecta”
Como parte de su discurso en contra de la política tradicional costarricense, el presidente Rodrigo Chaves ha incluido como blanco de sus críticas a los “árbitros” de la contienda política, del control financiero estatal y del sistema judicial.
Entre muchos otros señalamientos, ha acusado a la Contraloría de trabar proyectos importantes para el desarrollo excediéndose en sus gestiones de control. Sobre el TSE, llegó a insinuar que la institución podría ser parte de quienes entorpecieran su hasta ahora infructuoso proyecto de referéndum sobre un plan relacionado con los alcances de la CGR.
En otro episodio, el presidente aseguró que Costa Rica ha vivido 75 años en una “dictadura perfecta”; es decir, desde el establecimiento de la Constitución actual. Más tarde, se corrigió y dijo que “tal vez la palabra ‘dictadura’ no fue la más apropiada, pero sí una tiranía”.
A pesar de las duras críticas del Poder Ejecutivo, los estudios de opinión pública del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica evidencian que la evaluación ciudadana a entidades como el TSE y la CGR no ha decaído en los últimos años.
La última encuesta aplicada por el centro universitario determinó que los costarricenses hoy evalúan al Tribunal con una nota de 6,6 puntos sobre 10 y a la Contraloría con una de 5,7 puntos. Ambos resultados se mantienen cerca del promedio histórico de los últimos 12 años.