En Costa Rica la tasa de desempleo en el primer trimestre de 2020 fue de 12,5%, lo que equivale a 314.153 personas sin empleo y buscándolo, 38.000 más que el mismo período del 2019. Este es el último indicador sobre ese tema que aparecerá libre de coronavirus, pues a partir de abril todas las áreas del país sintieron el impacto de la pandemia.
Según la medición hecha en la Encuesta Continua de Empleo (ECE), aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y divulgada el 7 de mayo, el desempleo aumentó poco desde el último trimestre de 2019, pero la emergencia nacional por coronavirus se decretó el 16 de marzo y esos últimos días del mes fueron insuficientes para reflejar los efectos de la crisis sobre el empleo.
Los resultados son consecuentes con las proyecciones económicas ante la emergencia del COVID-19, hechas por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), a inicios de abril. En aquel momento, Rodrigo Cubero, presidente del BCCR, estimó que los efectos de COVID-19 sobre el empleo tardarían en reflejarse en los indicadores, pues el número de personas que cotizan ante la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), se mantenía estable en marzo.
De hecho, los indicadores económicos comenzaron a dar señales de recuperación económica en agosto de 2019, y algunas tendencias vistas a largo plazo hacían pensar que el país estaba en la senda hacia una recuperación económica.
Todavía un mes antes del primer caso de coronavirus en el país, el BCCR aspiraba a cerrar el 2020 con un panorama crediticio más dinámico y una recuperación económica moderada, con sus correspondientes efectos positivos sobre el empleo.
Sin embargo, para la próxima entrega de la ECE el panorama es poco alentador: la tasa de 12,5% de desempleo es la más alta de la última década, y funcionará como piso a los efectos de la pandemia. Además, el indicador actual ya incluye un aumento en el subempleo, es decir, en la cantidad de personas que trabajan menos de 40 horas semanales, aunque tengan la disponibilidad y el deseo de laborar durante la jornada completa.
Al comparar los datos de subempleo para el primer trimestre de cada año es posible determinar una tendencia creciente para ese periodo desde el 2017.
El porcentaje de población ocupada con empleo informal, aunque se mantuvo estable, fue de 47,1%: cerca de 1 millón de personas, de las cuales 625.000 son hombres y 415.000 mujeres.
Este fue el panorama que encontró el coronavirus y sobre el cual aplicó efectos como la “temporada cero” en turismo y una coyuntura que ha provocado cierre de restaurantes, negocios de servicios y comercio, despidos y paralización del trabajo de miles de trabajadores independientes.
EF consultó al Programa Estado de la Nación sobre la situación que reflejaba el empleo antes de los efectos del coronavirus, sin embargo, los investigadores informaron mediante su oficina de prensa que no se referirían al tema por tratarse de una encuesta recién publicada.
Señales del impacto
Las proyecciones actualizadas del BCCR contemplan una caída de 0,9% en el consumo de los hogares durante el 2020. Esta contracción anual, la primera en 38 años, tomó en consideración el deterioro en los ingresos de hogares y empresas, que en muchos casos podría estar ligado al desempleo o subempleo.
Sin embargo, en el cálculo del Central se incorporó también el efecto mitigador de los subsidios directos del Gobierno. Datos de Casa Presidencial actualizados el 5 de mayo, afirman que se han recibido casi 600.000 solicitudes, de las cuales ya se giraron más de 188.000, por un monto superior a los ¢19.700 millones.
Otros 91.000 casos de auxilio están en proceso de apertura de cuentas bancarias y entrarían en el grupo de beneficiarios en las próximas semanas.
El BCCR estimó que, en ausencia de medidas de apoyo a grupos vulnerables, el consumo de los hogares habría caído alrededor de 2% para el cierre del año.
Los datos que se reflejarán en la ECE del segundo trimestre incluirán las cifras que ya tiene el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS): al 6 de mayo se había aprobado la suspensión de 19.759 contratos laborales y la reducción de jornadas de 33.188 personas. En cada caso, las solicitudes pendientes duplican o triplican las ya aprobadas.
Caso aparte aplica para el sector turismo, cuyos datos están excluídos del total general. Solamente en negocios turísticos se han suspendido 18.484 contratos y se aplicó reducción de jornadas en 19.958 puestos.
Más de 10.000 empresas han solicitado auxilio y queda por ver cuántas de ellas consiguen recuperarse total o parcialmente después de la crisis, y cuántas no.
El sector de Zonas Francas también teme que se tomen medidas económicas contrarias a sus intereses, en particular sobre las cargas fiscales, y que esto ponga en peligro los 180.000 empleos generados por el sector.