Organizar un viaje dentro del mismo país llamó la atención de los turistas locales desde el 2020, año en el que la pandemia volcó la mirada turística nacional hacia las zonas rurales. Así se desprende del más reciente estudio sobre la Distribución del Turismo Rural en Costa Rica, hecho por Airbnb.
En el 2022 la plataforma registró un aumento mayor del 100% en las reservaciones de noches en zonas rurales. Cantones y distritos de la provincia de San José, Alajuela, Cartago y Puntarenas destacan entre los sitios no urbanos con más reservaciones desde marzo de 2020
“Durante la pandemia experimentamos que en Costa Rica hubo una inversión completa del turismo nacional y el extranjero. Antes (de la pandemia) un 80% del turismo en la plataforma venía del exterior; después un 20% venía del exterior y un 80% se originaba aquí mismo en Costa Rica. Esto por supuesto ya se ha venido balanceando”, indicó Carlos Muñoz, director de políticas públicas y comunicación Airbnb para Centroamérica y el Caribe.
Distritos como San Rafael Arriba de Desamparados y Vuelta de Jorco de Aserrí, ubicados en el sur de la provincia de San José, forman parte de las localidades que recibieron mayor cantidad de visitas desde que registraron la primera reserva en 2020.
Más reservas
Un 43% de los huéspedes nacionales utilizan la plataforma para hospedarse en sectores rurales motivados por vivir una experiencia local lejos de zonas turísticas, según una encuesta realizada por Airbnb Costa Rica.
Las diez localidades rurales con más reservas del 2020 al 2022 fueron:
- Alajuela: Guadalupe en Zarcero y Río Segundo.
- Cartago: Peralta en Turrialba.
- Puntarenas: La Cuesta en Corredores, Limoncito en Coto Brus y Brunca.
- San José: San Luis en Turrubares, Guaitil de Acosta, San Rafael Arriba en Desamparados, Vuelta de Jorco en Aserrí.
En la encuesta hecha por la compañía un 39% de los huéspedes indicaron que ahorrar dinero es una de las razones para acudir a la plataforma, mientras que un 14% busca flexibilidad con el calendario o el destino de su viaje.
“Es algo muy positivo distribuir al turismo dentro de los destinos y entre ellos hacia pueblos menos conocidos ya que aporta beneficios económicos para comunidades que anteriormente no lo tenían”, comentó Muñoz.
Un espacio completo representa para una familia un costo promedio por persona de ¢35.600. Para parejas y personas solas el costo por noche representa ¢41.800
Las reservaciones privadas crecieron un 40%. Este tipo de estancia se refiere a las habitaciones que se alquila dentro de una casa y se convive con el anfitrión.