Costa Rica cuenta con 53 universidades activas, pero gradúa hoy prácticamente la misma cantidad de profesionales que hace diez años. En 2024, los 53 centros de educación superior en suelo nacional emitieron 39.935 títulos de grado, apenas un 2,6% más que el promedio de la última década.
De ese gran total de títulos emitidos en 2024, el 35,9% lo entregaron las universidades estatales. Las dos terceras partes restantes correspondieron a centros privados.
Como es usual, la Universidad de Costa Rica (UCR) fue la que más certificaciones emitió en 2024. En total, esa casa de enseñanza repartió 5.474 diplomas de bachillerato y de licenciatura, por encima de los 3.277 que entregó la Universidad Nacional (UNA).
En el sector privado, el mayor registro fue el de la Universidad Latina. Esa institución asignó 2.666 certificados, incluso por encima de las otras tres universidades del Estado.
Esta es la última radiografía de la graduación en el sistema universitario de Costa Rica: las titulaciones de grado están relativamente estancadas y se contraen en el sector privado.

La lista
Las cinco universidades públicas tienen niveles de graduación relativamente altos. La UCR y la UNA son las dos que más títulos entregaron en 2024; mientras que la Universidad Estatal a Distancia (UNED) fue la cuarta, la Universidad Técnica Nacional (UTN) fue la novena y el Tecnológico de Costa Rica (TEC) fue el decimosegundo.
Por otra parte, en cuanto a las instituciones del sector privado, la situación es más compleja.
Existen 12 centros grandes, en donde se entregaron más de 1.000 titulaciones; 5 centros medianos, en donde se asignaron de 500 a 1.000; 12 centros pequeños, en donde se emitieron de 100 a 500; y 19 centros ultra-pequeños, en donde no se llegó a la centena.
La lista de los centros grandes la conforman algunos de los más conocidos del sector.
Puntualmente, las universidades Latina, San Isidro Labrador, Castro Carazo, de las Ciencias y el Arte, Americana (UAM), de San José, Florencio del Castillo, Fidélitas, San Marcos, Libre, Santa Lucía e Hispanoamericana.
En un segundo peldaño quedan otras, igualmente reconocidas, como la Ulacit, la Ucimed, la UACA, la UIA o Politécnica.
En el extremo contrario, hubo hasta 15 centros educativos que expidieron menos de 50 certificaciones en todo el 2024 y, entre ellas, hubo cuatro que ni siquiera imprimieron más de una decena.
Esos centros fueron todos de corte religioso: la Universidad Teológica de América Central Monseñor Oscar Arnulfo Romero, la Universidad Juan Pablo II, Universidad Evangélica de las Américas y la Universidad Bíblica Latinoamericana.
Por tipo de carreras, un 31,4% de los títulos entregados por todas las universidades se relacionaron con carreras STEM (de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, por sus siglas en inglés).
En el sector público la proporción STEM fue de un 35,5% frente a solo un 29,1% en el sector privado, donde la mayoría de esos diplomas fueron en campos de la salud.
Cuando se revisan los datos por institución, además, destaca el caso de 15 universidades privadas donde no se otorgó un solo título de carreras STEM y otras ocho donde la proporción fue menor al 15% (incluidas algunas de las más grandes del sector).
A nivel general, tanto a nivel estatal como privado, las disciplinas de ciencias económicas y educación continúan siendo las que tienen mayores niveles de graduación. En el sector privado fueron 11 de cada 20 títulos emitidos en 2024 los que se entregaron en esas dos grandes áreas, mientras que en el sector público fueron 9 de cada 20.
Graduación decae
Los casi 40.000 títulos de grado de 2024 son apenas un 2,6% más de los que se otorgaron entre 2014 y 2023, en promedio, y un 2,6% menos que los entregados en el 2023.
La situación general es de estancamiento, sin embargo, es distinta cuando se analiza específicamente el sector público o el sector privado.
La emisión de títulos en el sector público en 2024, aunque más pequeña que la privada, es un 19,6% más grande que el promedio del período 2014-2023; mientras que en el sector privado es un 4,9% inferior.
En otras palabras, el sector público ha crecido, mientras que el sector privado se ha contraído.
Los investigadores del Programa Estado de la Nación (PEN) señalaron esa tendencia en su último Informe del Estado de la Educación, publicado este 2025. Según redactaron, “aún no se ha podido dar una explicación” para ese fenómeno, pero las principales hipótesis plantean que podría relacionarse con “cambios demográficos y en el mercado laboral”.
Para llegar a esa conclusión, el think tank académico usó como insumo un conversatorio en el que participaron diversas autoridades de centros privados, afiliados a la Asociación de Universidades Privadas (Asupri).
En ese contexto, dichas autoridades apuntaron hacia cuestiones como el estancamiento de las matrículas; la caída en la calidad de los aprendizajes preuniversitarios, que aumenta la deserción temprana y los tiempos de graduación; y las presiones del mercado laboral, que “hacen crecer la necesidad de trabajar” de los estudiantes, por encima de su necesidad de estudiar.
La mayoría de presiones que mantienen estancada la titulación universitaria, además, están fuera de las manos de las universidades.
Por ejemplo, poco pueden hacer las universidades con el hecho de que sigan siendo menos de siete de cada 10 personas de entre 18 y 34 años las que logran concluir la secundaria, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Según el PEN, con estas condiciones, es previsible que persista el rezago en términos de “logro educativo”, lo cual se asocia de forma directa con mayor desigualdad y peores indicadores de productividad laboral y desarrollo humano.
“Si las dinámicas actuales se mantienen sin implementar medidas correctivas, se estima que para el año 2034, cerca de un 40% de la población entre 25 y 34 años contará con algún título de educación superior”, se lee en el informe. Ese, añadió, es “el nivel de logro educativo terciario que los países de la OCDE tenían en el 2014″. El promedio actual de la OCDE ya se acerca al 50% y se estima que alcanzaría un 65% dentro de 10 años.
