Las deducciones al salario son una realidad de la que no escapa ningún trabajador formal en Costa Rica. Como mínimo, los trabajadores y los patronos se deben enfrentar a 11 rebajos, en conjunto, cada vez que inician una relación de trabajo debidamente acreditada.
Además de estas deducciones, también están los impuestos. Sin embargo, solo pagan por concepto de renta las remuneraciones que superan los ¢929.000 mensuales.
¿Cuáles son los rebajos que pesan su salario mes a mes? EF le explica.
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Cargas al trabajo
Como mínimo, un trabajador del sector formal debe pagar una décima parte de su salario en cargas sociales y un aporte para su pensión voluntaria.
Además, el patrono tiene que girar el equivalente al 27% de la remuneración por esos dos mismos conceptos, así como por diversos aportes adicionales a instituciones.
El dinero que paga el patrono no sale estrictamente de la remuneración del empleado, sino que es un monto extra que el empleador paga al Estado como recargo por la contratación.
El mayor rubro que se debita del salario son las cuotas de afiliación al Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) y al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). Estas dos obligaciones representan rebajos de un 9,67% para los trabajadores y un pago de hasta el 14,67% sobre las planillas para los patronos. La cotización a la Caja es obligatoria.
Además de estos pagos, patronos y trabajadores también deben realizar pagos relacionados con la Ley de protección al trabajador (7.983). El patrono debe pagar un 4,75% extra, también sobre sus planillas, para atender rubros como el Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROP) y el Fondo de Capitalización Laboral (FCL) de su empleado; mientras este último tiene que aportar un 1% para el ROP (aunque ese dinero primero pasa unos meses en custodia del Banco Popular).
Asimismo, los patronos tienen que pagar hasta un 7,25% sobre cada salario para otras obligaciones de ley relacionadas con contribuciones especiales para entidades como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y el Fondo de Desarrollo Social Asignaciones Familiares (Fodesaf).
Para poner estos datos en contexto, podemos usar como ejemplo un salario de ¢1 millón. En ese caso, el trabajador tendría que recibir deducciones por ¢106.700 (recibir un salario líquido de ¢893.300); mientras que el patrono debe aportar ¢266.700 (adicionales al salario de ¢1 millón que originalmente paga al trabajador).
Todos estos montos se retienen al trabajador desde antes de que reciba su depósito mensual o quincenal. Por eso, el salario efectivo o neto difiere del que inicialmente se acordó en el contrato de trabajo.
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Impuestos y otros
Estas deducciones no son las únicas posibles. También está el impuesto sobre la renta, aunque este solo lo pagan algunos trabajadores.
Específicamente, este tributo se le cobra a aquellos empleados que reciben más de ¢929.000 mensuales, y su porcentaje aumenta de forma escalonada.
Siguiendo el mismo ejemplo antes mencionado de un trabajador que gana ¢1 millón mensual, este tendría que pagar ¢7.100 mensuales por concepto de renta. Ese monto equivale a un 10% de los ¢71.000 que exceden los primeros ¢929.000 mensuales exentos.
Por otra parte, trabajadores y patronos también pueden acordar otros tipos de aportes voluntarios.
Por ejemplo, son comunes aquellos que se relacionan con asociaciones solidaristas. Por ley, estos aportes no pueden ser inferiores al 3% ni mayores al 5%, aunque el trabajador puede hacer ahorros adicionales si lo desea. También son comunes las afiliaciones de trabajadores a sindicatos y cooperativas, entre otras organizaciones.
¿Son muchas cargas?
Decir si esta estructura de compromisos es muy pesada o muy ligera depende del punto de vista con que se mire.
Si se compara con la situación del resto de países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entonces es posible determinar que Costa Rica es un país que cobra muchos impuestos y tasas relacionadas con cargas sociales e impuestos a la planilla, pero que cobra relativamente poco sobre las ganancias personales.
Costa Rica tuvo una recaudación sobre las ganancias personales equivalente a un 1,56% del PIB en 2022: esto es cinco veces menos que el promedio de la OCDE y unas ocho veces menos que en países desarrollados como Finlandia, Estados Unidos o Bélgica, solo por poner algunos ejemplos.
En cambio, el país recaudó un 8,9% del PIB en contribuciones a la seguridad social. Esto, según OCDE, es casi el mismo promedio de los países del organismo (9%) y supera los números de potencias como Corea, Reino Unido, Suiza y Estados Unidos.
En cuanto a las cargas sobre las planillas de las empresas, Costa Rica recaudó un 1,4% del PIB por este concepto en 2022. Este es un monto muy superior al 0,5% del promedio de la OCDE y una cifra que solo superaron Francia y Austria en todo el organismo, durante el mismo período.
Las altas contribuciones sociales son un factor que “favorece la informalidad, erosiona la base tributaria y genera desigualdades”, según redactó la OCDE en su último informe de Estudios Económicos sobre el país, publicado el año pasado.
Junto con todos estos factores, los salarios en Costa Rica también son susceptibles de recibir rebajos por créditos que el trabajador haya aceptado por su cuenta. Esto varía según el comportamiento de cada persona.
Además, los salarios se pueden embargar hasta cierto punto, cuando existen acreedores que ganaron algún reclamo judicial o que tienen derecho a una pensión alimenticia. Por este último factor se puede retener hasta un 50% del salario del trabajador, como límite máximo.