Lejos de Manuel Antonio o los volcanes de la región Central, existe otra cara de los parques nacionales de Costa Rica: aquellos mucho menos visitados y explorados por los turistas nacionales y extranjeros.
Con base en los datos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), EF puso el foco en los cinco parques menos conocidos para ahondar en los motivos de esta baja visitación y exponer sus atractivos.
No obstante, las razones no siempre son poco conocimiento o publicidad, sino que inciden fallas administrativas, condiciones deficientes de infraestructura, ocupación de terrenos privados y un débil registro de visitantes.
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Juan Castro Blanco, el parque del agua
El parque nacional Juan Castro Blanco, en Alajuela, fue el parque nacional con menos visitas entre 2012 y 2022, con 732 entradas, según datos del Sinac. En 2022 aparece con cero registros.
No obstante, el guardaparques Luis Pérez refutó estos datos y aseguró que el parque sí es visitado, pero existen varios inconvenientes. El registro se lleva en un libro de actas porque no tienen plataforma de cobro ni Internet. Los ingresos ilegales son otro problema.
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El parque tiene dos centros operativos oficiales: la estación Volcán Viejo, en Bajos del Toro, y otro en San José de la Montaña, del lado de Ciudad Quesada.
La administracion está haciendo un registro de propiedades privadas dentro del parque para adquirirlas paulatinamente. También hay un proyecto para construir un centro de visitantes en Bajos del Toro, pueblo que ha experimentado un desarrollo turísitico reciente por las diversas cataratas de la zona.
En cuanto a los atractivos, el parque tiene al agua como el principal eje: Pozo Verde, la laguna Congo y cataratas en el sector de Venecia de San Carlos están entre los puntos icónicos. También hay varios senderos que reciben poco mantenimiento y se puede hacer avistamiento de aves.
Piedras Blancas, el hermano menor de Corcovado
El parque nacional Piedras Blancas, en Golfito, ha estado históricamente ligado a Corcovado; pero es menos visitado, con 3.727 ingresos en la última década. Las razones pueden ser varias.
Piedras Blancas tiene dos accesos terrestres. Uno es el sendero El Tajo, pero este cruza propiedades privadas y la legalidad del paso de personas está en una zona gris, mencionó Cristian Gallardo, coordinador de Turismo del Área de Conservación Osa (Acosa). No toda el área del parque ha sido pagada por el Estado a los propietarios, por lo que siguen habiendo terrenos privados.
La otra entrada –más oficial– es por el río El Bonito, pero implica caminar por el río y cruzarlo en varias ocasiones, por lo que hacerlo en época lluviosa es complejo y la visitación se reduce.
El parque también tiene acceso marítimo, por el golfo Dulce, pero la falta de guardaparques y la lejanía del centro operativo La Gamba con la costa y el río hacen que haya un subregistro de los ingresos.
“No tenemos claridad de los ingresos que se hacen al parque en toda la parte marina, y son bastantes”, afirmó el funcionario.
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Las formaciones coralinas, los manglares y el avistamiento de cetáceos están entre los principales atractivos de Piedras Blancas. También se puede observar el desove del pez aguja.
Existen varios senderos para caminar, entre ellos El Bonito. En este sector existen dormitorios donde las personas pueden pasar la noche; para ello no es necesario reservar, solo llegar al lugar y no se cobra un monto extra.
El parque ofrece mirador, observación de aves, la catarata Sardinal, la catarata El Bonito y el recorrido por el río Esquinas.
Barbilla: cultura y naturaleza
El parque nacional Barbilla es el menos visitado de la región Caribe. Los datos del Sinac indican que recibió 4.157 visitas de 2012 a 2022.
Hasta 2009 no había electricidad y el camino de acceso era complicado. El parque ha trabajado con la Municipalidad de Siquirres para mejorar las condiciones y desde 2018 la calle tiene algunas partes asfaltadas y otras con grava en buen estado.
La entrada al parque está a 18 km de la ruta 32 y el pueblo que se ubica a sus puertas es Las Brisas de Pacuarito.
El contacto con la comunidad cabécar de Nairi Awari es uno de los aspectos diferenciadores del Barbilla. Hay recorridos con guías locales y cada mes se suele hacer una feria de productos con artesanos de la zona.
En el Barbilla confluye el bosque trópico húmedo y muy húmedo. Las personas pueden visitar dos cataratas, recorrer un sendero de 9 km de dificultad media alta en total, caminar por el río Danta y además se está acondicionando un futuro mirador.
La Amistad, el parque binacional
Lleva el nombre de parque internacional La Amistad. Su nombre revela dos características: es internacional porque se extiende hasta Panamá, y hace referencia a la amistad con ese país. Además, es el área protegida terrestre más grande de Costa Rica.
A pesar de su extensión y de tener cinco accesos, el parque tuvo solo 8.000 admisiones en la última década.
De acuerdo con Roger González, exadministrador y coordinador de Turismo Sostenible del Área de Conservación La Amistad Pacífico (Aclap), el parque se creó con el objetivo de conservar los ecosistemas y el recurso hídrico, y no precisamente con la idea del turismo.
Poco a poco la llegada de personas abrió las puertas a la visitación, pero hay obstáculos. El primero es que los caminos de acceso son deficientes y se requiere de vehículo 4x4.
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La lejanía a centros urbanos puede ser otro factor por el que el parque recibe poca gente: está a tres horas de San Isidro de El General y a dos de Buenos Aires y San Vito.
El servicio de agua potable y electricidad llegó hace unos años, pero el parque aún carece de senderos planificados y señalizados y de infraestructura adecuada para visitantes.
La Amistad posee tres reconocimientos internacionales: es Patrimonio de la Humanidad, Reserva de la Biosfera y Sitio Ramsar. Protege un ecosistema de páramo y alberga varios cerros que superan los 3.000 metros de altura.
Uno de ellos es el cerro Kamuk. En el sendero Tres Colinas, que conduce hasta ese punto, se construirán tres campamentos para los montañistas que deseen subir hasta la cima.
El Valle del Silencio es otro de los sitios de interés.
Hay varios senderos con diferente tipo de dificultad y para algunos de ellos se necesita un guía. También se edificarán torres de observación de aves.
El camino de acceso que presenta las mejores condiciones es el de Altamira de Bioley, en Buenos Aires.
Diriá, enclavado en Guanacaste
El parque nacional Diriá, creado en 2004, se ubica en las montañas de Santa Cruz, Guanacaste, pero a pocos kilómetros de la costa. Entre 2012 y 2022, los datos indican que recibió 16.300 visitas.
La visitación de esta área protegida padece al tener una infraestructura limitada a pesar de estar a solo 14 km del centro de Santa Cruz. El camino de ingreso está pavimentado hasta la mitad y la otra sección es agreste, con escaso mantenimiento. Esa puede ser la razón por la cual la mayoría de visitantes son vecinos de las comunidades circundantes.
Solo tres funcionarios están asignados al parque y esto dificulta contabilizar a todas las personas que ingresan pues los principales atractivos están lejos del centro operativo, relató Jorge Castrillo, encargado del Diriá.
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Este parque es ideal para el ciclismo de montaña y buena parte de sus visitantes practica este deporte. El terreno presenta una gradiente altitudinal de 800 metros de diferencia y es la segunda elevación más alta de la península de Nicoya, por lo que ofrece vistas al golfo del mismo nombre.
Los turistas pueden recorrer un sendero de 900 metros, visitar la catarata Brasil, el río Enmedio y pozas. Otra ventaja es que queda a poca distancia de playas guanacastecas.
La entrada al parque nacional Diriá está por el pueblo de Arado.
Planificación país
La llegada de turistas a los parques nacionales está estrechamente relacionada con el plan de manejo y la zona de uso público que define el Sinac, pero también hay otros factores. La baja visitación en ciertos parques recae también en la estrategia país, comentó Gisselle Méndez, coordinadora de Turismo del Sinac.
“La relación con la áreas protegidas tiene que ver también con la planificación que tiene el Instituto Costarricense de Turismo con base en los objetivos país (...). El país promociona en puntos específicos”, acotó.
Esa es, en parte, la razón detrás de que lugares como Manuel Antonio o ciertos volcanes se promocionen constantemente, además de que algunos de ellos son de los parques más antiguos.
Por otra parte, el desarrollo de los parques es paulatino. Los cinco mencionados en esta nota enfrentan desafíos administrativos y de infraestructura que deben solventarse antes de promocionarse abiertamente.
“No es abrir por abrir sin que hayan ciertas facilidades, hay que irlo construyendo. Detrás de cuánta gente entra hay todo un trabajo previo que muy poco se ve en gestión de turismo”, aseguró la funcionaria.