Costa Rica produce menos del 1% del café global, pero le da al mundo algunas de las mejores tazas que enamoran a los consumidores nacionales, pero principalmente internacionales.
Un total de 22 cafés del país ganaron el premio Taza de la Excelencia 2022, un concurso abierto a todos los cafetaleros costarricenses cuyo objetivo es seleccionar a los mejores cafés de cada cosecha y exponerlos al mundo.
“Costa Rica no puede competir por volumen contra un Brasil, Vietnam, o incluso, a nivel de Centroamérica, Honduras es un productor más grande. Costa Rica hace muchos años decidió que va a competir por calidad”, acotó Noelia Villalobos, directora ejecutiva de la Asociación de Cafés Finos de Costa Rica (SCA-CR, por sus siglas en inglés).
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Taza de la Excelencia es una competición anual creada en 1999 por la organización internacional Alliance for Coffee Excellence que se realiza en 12 países miembros de dicha entidad. En Costa Rica el concurso se celebra desde el 2007 y este año sumó su edición número 14 (en 2010 no se hizo).
Los países participantes no compiten entre sí, sino que el concurso se enfoca a lo interno de cada uno. En Costa Rica, Taza de la Excelencia es el ranking oficial que evalúa a los mejores cafés del país.
Se trata de un largo proceso con diferentes fases de catación en las cuales se van eliminando concursantes. La última etapa es una catación con jueces internacionales que vienen al país y escogen a los ganadores. Todo este proceso se hace “a ciegas”, es decir, los catadores desconocen cuál café están degustando.
En el concurso tico, todos los cafés con nota de 87 o más se consideran ganadores y pasan a la subasta electrónica internacional. Esta nota mínima ha venido subiendo en los últimos años, pues existe una mejor calidad de los cafés y una mayor competencia.
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La producción de los tres primeros lugares, llamados premios presidenciales, se divide en dos lotes (A y B) para efectos de la subasta.
Este año, el primer lugar se fue para el cantón de Dota, a la finca Don Cayito, que recibió la máxima puntuación. El segundo puesto se quedó en ese mismo municipio y fue para la finca El Cedro - Hacienda San Isidro Labrador. La finca Los Toños, ubicada en Pérez Zeledón, completa el podio de los mejores cafés del país de este año.
En total, los 22 cafés premiados pertenecen a ocho cantones del país y tres provincias. Por regiones, la mayoría se concentra en la Zona de Los Santos y en el Valle Central Occidental.
Este año el concurso recibió 78 muestras de café, una cifra baja comparado a años previos pues la cosecha del país disminuyó.
EF conversó con los tres primeros lugares de Taza de la Excelencia para conocer sobre sus cafés y sus fincas.
Don Cayito, tres veces ganador
“Fue una gran sorpresa. Cuando me llamaron no lo podía creer”, expresó orgulloso Ricardo Calderón, propietario de la finca Don Cayito, que ganó por tercera vez no consecutiva el primer lugar de la competición nacional.
Don Cayito es un negocio familiar que cuenta con varias parcelas en los alrededores de Santa María de Dota que suman unas 100 manzanas. Su producción oscila entre los 2.500 y 4.000 quintales al año, dependiendo de la cosecha.
Su dueño contó que desde que tiene uso de razón está involucrado en la siembra de café a través de su papá. Después de los 20 años, se enfocó en esta planta y en hacer crecer el negocio.
Don Cayito produce, procesa y comercializa su café a través de su microbeneficio y su propia marca que lleva el mismo nombre de la finca.
Hace dos años empezaron también con una cafetería ubicada en Santa María, con el fin de ofrecer al público tico una parte de su café de especialidad, pues la mayoría se exporta.
Además de la cafetería, los consumidores pueden conseguir el café Don Cayito en la zona de Santa María y también a través de la venta en línea.
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“Toda una vida en café”
La finca El Cedro se hizo con el segundo lugar de Taza de la Excelencia 2022, apenas en su tercer año de participación.
“El premio nos da mucha alegría y es una muestra de que se hacen las cosas bien”, comentó su propietario Matías Monge.
Monge y sus tres hermanos representan la tercera generación dedicada al café y la familia completa está involucrada. “Es toda una vida en café”, contó.
La propiedad, ubicada en Santa María de Dota, combina bosque con 20 manzanas sembradas de café y produce unas 150 fanegas al año, aunque la cifra también depende de cada cosecha.
El Cedro procesa el café y comercializa una parte de café tostado de primera calidad bajo la marca Pata Larga, pero el negocio principal es la exportación bajo otra marca que lleva el mismo nombre de la finca.
El café Pata Larga se puede conseguir por medio de las redes sociales de la marca, en la cafetería Castilla (en Heredia), o en la tienda en línea Tastepuravida.com.
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La sorpresa de la Zona Sur
La medalla de bronce de Taza de la Excelencia viajó a la Zona Sur de Costa Rica, a la finca Los Toños, ubicada en Rivas de Pérez Zeledón, un cantón que está ganando espacio entre los cafés de especialidad del país.
Hace cinco años la empresa familiar incursionó en el café de especialidad. Actualmente producen entre 800 y 900 fanegas al año a través de varias fincas.
“Venimos trabajando en esto, mejorando genéticamente, en procesos y en nuevos mercados”, contó Johnny Alvarado, propietario.
La familia produce y procesa el café a través de su microbeneficio llamado Corazón de Jesús. La comercialización la hacen con intermediarios, pero la intención a futuro es llegar a tener un trato directo con los clientes.
El café premiado no está disponible para el mercado nacional, pues se dedicó completamente al concurso. Sin embargo, otras variedades y cosechas de café de especialidad de este microbeneficio se pueden conseguir a través de las marcas Orígenes y Hellmund, y en la cafetería Encafeinados (en barrio Escalante).
La subasta del café tico
La etapa final de Taza de la Excelencia es la subasta internacional. Cada país que organiza este concurso realiza su propia subasta.
La subasta de los 22 cafés ganadores ticos tuvo lugar el 7 de agosto anterior, la cual se hace de forma electrónica con la participación de empresas de todo el mundo que hacen sus pujas para conseguir cada lote de café. Para participar hay que inscribirse ante la Alliance for Coffee Excellence.
La subasta se hace “a ciegas” y se mantiene activa hasta que se agoten las pujas. El comprador de cada café se conoce hasta que termine la actividad.
El precio de la libra de café en la subasta arranca en los $5,50. En 2018, el café ganador de ese año fue también Don Cayito y marcó el récord de precio que se mantiene hasta hoy a nivel nacional: se vendió por $300 cada libra, algo difícil de repetir.
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Este año, Costa Rica rompió su récord de duración, pues la subasta se extendió por nueve horas y el café que alcanzó el mayor precio fue el lote B de Don Cayito, que se vendió por $140 por libra, el doble del precio mayor de la subasta del año pasado.
El segundo lugar fue el lote A de Don Cayito con $138 la libra. Entre ambos lotes, esta finca recogió poco más de $80.000. A los productores les llega cerca del 75% del monto de la subasta, pues se hacen algunas deducciones.
Ambos lotes se irán a Asia: los compradores son una empresa de China y otra de Corea del Sur, respectivamente. Esto va acorde a la tendencia de años anteriores, pues cerca del 80% del café de las subastas ticas va a deleitar el apetito de los asiáticos, los grandes compradores del momento.
La subasta alcanzó un precio promedio récord de $33,62 por libra, hubo 2.760 pujas y se recogió en total casi $675.000.
Previo a la subasta, la SCA-CR hace llegar muestras de estos cafés ganadores a más de 170 empresas de todo el mundo. La exposición internacional es uno de los grandes beneficios del proyecto.
Para la directora de la Asociación, el café costarricense está bien posicionado y logra características que hacen que se pague más por él.
“El café de Costa Rica tiene ese beneficio de que van a pagar más. Es diferente en cada país; talvez en Guatemala y Costa Rica podemos tener el mismo café, la misma variedad, el mismo proceso, pero quizá a Costa Rica le pueden pagar un poco más por el prestigio, el nombre y otros valores agregados”, explicó Villalobos.
En cada subasta, la SCA apunta a tener el mayor precio promedio posible porque, como ente organizador, recibe una comisión que le permite respirar financieramente, pues organizar Taza de la Excelencia tiene un costo de $250.000 aproximadamente.