El Gobierno anunció su intensión de vender o concesionar la Fábrica Nacional de Licores (Fanal). La pregunta lógica es ¿cuál es el atractivo de una empresa cubierta por una nebulosa de deudas?
En este momento hay más dudas que respuestas. Ni Rodrigo Chaves, ministro de Hacienda; ni Pilar Garrido, ministra de Planificación, tienen datos certeros y precisos sobre la situación financiera de esta empresa estatal adscrita al Consejo Nacional de Producción (CNP).
EF consultó a Rogis Bermúdez, presidente ejecutivo del CNP, quien ofreció algunos datos generales sobre ventas y deudas, pero el desorden financiero es grande y la institución tiene pasivos que no están registrados en su contabilidad ni se reflejan en sus balances.
Este medio solicitó los últimos estados financieros disponibles de Fanal, pero la oficina de prensa del CNP no los remitió antes del cierre de este artículo.
En una conferencia de prensa, la tarde de este martes en Casa Presidencial, el ministro Chaves fue directo. “La contabilidad de Fanal no es transparente, no es fácil de leer para entender el giro del negocio y eso en sí mismo representa una preocupación que hay que arreglar”, aseveró.
Nebulosa financiera
De los pocos datos que saltaron de boca de los ministros del Gobierno y los escasos documentos recientes que tiene publicados el CNP en su sitio web –entre ellos los últimos estados financieros disponibles para 2017 y 2018–, se pueden extraer algunas conclusiones para reflejar la estela de complejidades contables.
Según Garrido el patrimonio neto de Fanal ronda los $17,4 millones. Esa cifra representa apenas el 0,4% del monto total del déficit fiscal (¢2,26 billones en 2020) y el 0,05% de la deuda pública (¢23,97 billones).
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De entrada, la venta de la fábrica de destilados no generará un gran aporte de capital directo, aunque el secreto, explica la ministra, está en calcular el efecto multiplicador que se le puede dar a ese monto patrimonial por el valor de las marcas y los productos que comercializa la empresa.
Para llegar a estas cifras y cuantificar realmente los montos de todas las deudas que tiene la institución, el Gobierno activó, desde hace varios meses, una comisión interinstitucional que debe cumplir esas tareas.
Los estados financieros muestran que en 2018 la fábrica reportaba deudas por ¢3.900 millones, pero el monto puede ser mucho más alto porque existen más compromisos que no están registrados. Así lo indicó el presidente del CNP, en entrevista con EF.
El jerarca incluso consideró que el principal de las deudas ronda actualmente los ¢17.000 millones y esa cifra crece a ¢63.000 millones si se le suman los intereses.
Un reporte agregado de empresas estatales 2019, publicado por el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan), detalla que el atraso en el pago de tributos por parte de Fanal provocó demandas judiciales por incumplimiento de deberes legales. Estos rubros se registraron en sus estados financieros lo que afectó sus resultados.
En 2017 destinó ¢3.430 millones al pago de juicios con el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) lo que le implicó desembolsar ¢390,9 millones ese mismo año y ¢461.4 millones en 2018, los dos montos por concepto de pagos de intereses y multas.
También en 2018 la fábrica de destilados contabilizó una deuda por ¢5.128 millones debido a atrasos en las transferencias por impuesto de renta, consumo y ventas que debe destinar al Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), al Inder, a la Municipalidad de Grecia y al Ministerio de Hacienda.
A nivel global la entidad reportó pérdidas por ¢3.170 millones en 2017 y por ¢3.998 millones en 2018.
El escudo del monopolio
Fanal fue creada por medio del decreto ejecutivo N.° 99 emitido el 2 de setiembre del 1850 por el gobierno de Juan Rafael Mora. El objetivo de esta empresa es que el Estado destile alcohol etílico y produzca bebidas alcohólicas para consumo nacional.
La Ley de Código Fiscal (8) de 1885 establece en el artículo 443 que la producción de alcohol es un monopolio en manos de la Fábrica Nacional de Licores.
Es hasta 1956, cuando por medio de la aprobación de la Ley Orgánica del Consejo Nacional de la Producción (2035) se otorga la administración de la Fanal como una empresa estatal adscrita a la recién creada institución.
170 años después de su nacimiento legal, esta fábrica de destilados tiene una oferta de entre 16 y 18 productos que incluyen el guaro Cacique, rones, ginebra, ligados, cremas, vodka, alcohol y otros.
La empresa apostó por la diversificación y en los últimos años lanzó nuevas líneas de Cacique ligado con sabores, estas novedades le permitieron llegar a un segmento de mercado de personas más jóvenes.
Actualmente comercializan sus productos en supermercados y detallistas. También vende alcohol a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y exploran la posibilidad de proveer este producto a los comedores escolares del Ministerio de Educación Pública (MEP).
A pesar de todos estos movimientos comerciales, los esfuerzos y la suma de errores en el manejo financiero de los últimos años atan a esta entidad a un futuro incierto en el que algunas voces auguran un cierre técnico o la quiebra.
El mismo presidente ejecutivo del CNP dijo a La Nación, el pasado 21 de enero, que “no existía el ningún escenario para vender Fanal”.
“La fábrica está en un problema financiero enorme porque los ingresos no dan para pagar cuentas. Hay deuda de muchos años que ni siquiera la empresa sabe de cuánto son, entonces se trabaja en cuantificarlas para tener claro el monto total”, comentó Bermúdez.
Sin embargo, la compleja situación fiscal del país con un déficit financiero que alcanzó el 6,96% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del 2019 y una creciente deuda pública que llegará al 62,6% de la producción nacional este año, fueron resultados suficientes para cambiar de idea sobre la posibilidad de vender o concesionar Fanal.
“Hay que concluir los estudios técnicos para valorar. Una vez analizada la situación tan comprometida que tiene en sus finanzas, con una gran cantidad de deudas con el mismo Estado, veremos si el negocio tiene la rentabilidad que todos imaginamos”, comentó Garrido.
La idea no es nueva. El diputado Pablo Heriberto Abarca, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), presentó un proyecto de ley en junio del 2019 para cerrar el CNP y trasladar Fanal a Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (Laica).
A finales del 2018 la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) recomendó al Gobierno eliminar el monopolio que recubre la producción de alcohol en Costa Rica.
Un análisis del mercado nacional determinó que el monopolio perjudica a los productores nacionales de licor porque los deja en desventaja frente a la Fanal y ante los comercializadores de destilados importados.
Aunque uno de los objetivos del monopolio era proteger a los productores de caña de azúcar, el estudio de Coprocom evidenció que este sector tiene buenos resultados desde hace más de 75 años.
Un ejemplo de esto es que la producción promedio internacional es de 55 toneladas de caña por hectárea, pero en Costa Rica llega a 73 toneladas por hectárea.
La investigación fue financiada con recursos de la Unión Europea y sirvió como insumo previo en la ruta de ingreso de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Es así como una Fanal ahogada en deudas, con problemas financieros, pero con marcas consolidadas en el mercado cuyo valor podría ser atractivo para algún inversionista, se convirtió en una pequeña parte del plan del Gobierno para consolidar las finanzas públicas en el corto plazo.